Su carrera comenzó con una película capaz de engullir la carrera de un actor que acababa de ganar un Óscar. Su título era Manolete. Producida por cinco países diferentes, Manolete fue una deslucida faena que se estrenó un año más tarde de lo esperado, en el Festival de Toronto, cuando algunos ya la tildaban de “película maldita”. Los críticos que la vieron, como Javier Ocaña, le cambiaron el adjetivo: “Maldita no, mala”. A España, llegaría aún más tarde y sobrepasó, por muy poco, los 40.000 euros de recaudación.
Ni Penélope Cruz ni mucho menos Adrien Brody, que iniciaría con Manolete una etapa llena de decisiones profesionales catastróficas, consiguieron salvar a este título, que entró cadáver en las enfermerías de las salas. Tampoco lo hizo Santiago Segura, que interpreta al mozo de espadas del malogrado torero. Y mucho menos lo hizo Jason Fernández, que disfrutó de un fugaz papel como “niño sevillano”.
De eso hace ya 17 años. Desde entonces, el actor madrileño ha sumado 14 créditos a su filmografía, entre largometrajes, series, cortos y hasta un videoclip, con Ana Mena. Así que, antes de centrarnos en sus títulos principales, veamos (y escuchemos) su incursión en el mundo de la música.
Un Erasmus en Inglaterra para ser ‘chico Almodóvar’
Tras aparecer en Manolete, en El corazón de la tierra y en la serie Maitena: Estados alterados, Jason Fernández detuvo su carrera para marcharse a Londres, donde realizó un curso de interpretación en la Royal Holloway University.
A su regreso a España, Fernández se dejó ver en varias producciones televisivas, destacando La que se avecina, en la que aparece en dos capítulos. También se puso al frente de la serie de Enrique Urbizu Libertad, en la que el bandolerismo se mezcla con las relaciones paternofiliales. El director bilbaíno editaría, más tarde, una versión de su serie para transformarla en un largometraje que llevó el mismo título, encandiló a la crítica y no tanto al público.
Tras su colaboración con Urbizu, Jason Fernández se incorporó al reparto de Alba, miniserie presidida por Elena Rivera. En sus trece episodios, se da cuenta de la doble tragedia de una chica que, tras ser violada en grupo, tiene que enfrentarse a una pesadilla en la que la víctima, a ojos de la sociedad, se convierte en la culpable.
Durante el último año, hemos visto a Jason Fernández en dos producciones de naturaleza y género bien distintos: la serie Bienvenidos a Edén, emitida y cancelada por Netflix; y Extraña forma de vida, quinto y último cortometraje dirigido por Pedro Almodóvar. El cineasta manchego está decidido a ser revolucionario hasta en el devenir de su propia trayectoria y, a sus 73 años, parece hallarse inmerso en una fase dominada por los cortometrajes, tipo audiovisual que más bien suele servir como presentación en sociedad para los directores primerizos.
En Extraña forma de vida, Fernández comparte pantalla con Ethan Hawke y Pedro Pascal. Sin embargo, y como reconoció el actor en una entrevista para El Periódico, no fue hasta mucho después de pasar la audición y leer el guion que Jason Fernández descubrió quiénes serían sus compañeros de rodaje e, incluso, que la película en la que trabajaría estaría dirigida por Almodóvar.
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