30 años de 'Philadelphia', la primera gran película de Hollywood sobre la discriminación hacia las personas con VIH

El largometraje, protagonizado por Tom Hanks y Denzel Washington, está basado en el juicio de un abogado que reclamaba sus derechos laborales tras ser despedido por haber contraído el virus y padecer sida.
'Philadelphia' está basada en un caso real ocurrido en Estados Unidos.
'Philadelphia' está basada en un caso real ocurrido en Estados Unidos.
'Philadelphia' está basada en un caso real ocurrido en Estados Unidos.

Geoffrey Bowers cumplió uno de sus sueños el día que Baker & McKenzie se fijó en su currículum. Corría el mes de agosto de 1984 cuando la oficina de Nueva York del prestigioso bufete, con más de 1.700 letrados, contrató al estadounidense como abogado de litigios, con un suculento salario inicial de 48.000 dólares al año.

Todo iba muy bien hasta que, a mediados de 1985, Bowers empezó a sentir un punzante dolor de cabeza y una noche, después de trabajar hasta tarde, sufrió un desmayo. El médico que lo vio en el hospital le diagnosticó meningitis, pero en abril de 1986 sintió algo duro en el paladar y el dermatólogo al que acudió le comunicó que sufría un sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel que suele afectar a los pacientes con sida.

Después vino la siempre inquietante prueba del VIH, cuyo resultado dio positivo. El diagnóstico fue un mazazo para Bowers, que manejó el asunto con discreción e intentó continuar con su vida. Hasta que, en mayo de ese mismo año, los signos visibles del cáncer se extendieron a su cara y torso. Los doctores utilizaron entonces radioterapia para tratar de reducir el tamaño de sus lesiones, que él también intentó ocultar con cosméticos.

'Philadelphia' escenifica este caso sobre discriminación laboral.
'Philadelphia' escenifica este caso sobre discriminación laboral.

"La gente me decía que aquello no funcionaba", declaró Bowers. "Pero en algunos casos sí que funcionó. Modificó el color púrpura brillante, ese horrible tipo de color púrpura chillón y deslumbrante, para que menos gente se me quedara mirando en lugares como el autobús o el tren, en la oficina, en todas partes…".

Fue en otoño de 1986 cuando los directores de su bufete descubrieron que estaba enfermo y se pusieron de acuerdo para despedirlo. Pese a que ellos le explicaron que habían tomado esa decisión debido a su bajo rendimiento, él estaba convencido de que en realidad lo hicieron por el hecho de padecer sida, que en esa época se consideraba una especie de castigo divino. Así pues, denunció el asunto ante la División de Derechos Humanos de Nueva York, en lo que fue uno de los primeros casos de discriminación laboral por sida en Estados Unidos.

Durante las vistas, se demostró que los socios de la empresa votaron a favor de despedir a Bowers tan solo dos meses después de que el abogado recibiera buenas notas en una evaluación rutinaria de su rendimiento. Y que tomaron esa decisión eludiendo la política de la empresa al no entrevistar a sus supervisores, pedir una lista de sus clientes ni determinar sus horas facturables.

A raíz del despido, según contaron sus amigos, Bowers se volvió un tipo solitario, desarrolló insomnio y empezó a tomar tranquilizantes. Sin ahorros y tras perder un trabajo por el que entonces cobraba 81.000 dólares al año, pasó a depender económicamente de amigos, familiares y su pareja, un escritor independiente con el que compartía un apartamento en East Village.

El caso se resolvería finalmente en diciembre de 1993 con la mayor indemnización jamás concedida por el mencionado organismo: 500.000 dólares en concepto de daños compensatorios y los salarios atrasados que Bowers habría percibido de haber seguido trabajando. Por desgracia, la indemnización no llegó nunca a manos del abogado, que falleció en septiembre de 1987, a los 33 años.

Una película valiente y pionera

La dramática historia de Bowers inspiró la película Philadelphia (1993). A su personaje protagonista, Andrew Beckett, lo encarnó el actor Tom Hanks, que tuvo que perder casi diez kilos para aparecer adecuadamente demacrado en las escenas del juicio. Como se muestra en uno de los momentos más conmovedores de la película, Bowers llegó a quitarse la camisa para mostrar en la sala las lesiones de su pecho (cuando las de su cara ya no eran visibles).

Con guión de Ron Nyswaner, Philadelphia fue la primera película producida por un gran estudio que abordó el peliagudo tema del estigma del sida. Su director, Jonathan Demme, aprovechó que venía de triunfar con El silencio de los corderos para que la siempre conservadora meca del cine le dejase poner en pie un drama judicial honesto, cautivador y memorable con el que poder dar visibilidad a la fuerte discriminación que a principios de los noventa experimentaban los homosexuales con VIH.

Como alguien que también había tenido prejuicios hacia los seropositivos, en su caso por un tema de desinformación, Demme deseaba que toda esa gente que pensara que el sida no era más que una enfermedad de mariquitas se llegara a identificar con su película. De hecho, el personaje de Joe Miller, interpretado por Denzel Washington, fue creado como una especie de sustituto del público.

Al principio del largometraje, aquel abogado de poca monta tenía tantos prejuicios homófobos que se sentía profundamente incómodo teniendo que defender a su cliente. "Desde el principio dijimos que no buscábamos un público que conociera a alguien con sida", declaró el productor Edward Saxon. "El público tiene mucho más en común con el personaje de Denzel que con el de Tom".

Tom Hanks y Denzel Washington protagonizan 'Philadelphia'.
Tom Hanks y Denzel Washington protagonizan 'Philadelphia'.

Al fin y al cabo, añadió, "la crisis del sida se debió en gran parte a que la gente era homófoba". A medida que Miller iba conociendo mejor a su cliente y veía de primera mano el sufrimiento y la humanidad del susodicho, su homofobia disminuía drásticamente, lo que también proporcionó a los espectadores más conservadores una experiencia de aprendizaje.

Pese a lo arriesgado de la propuesta, Philadelphia recibió bastantes elogios y recaudó 200 millones de dólares. Además, le granjeó un premio Oscar a Hanks y otro a Bruce Springsteen, compositor de la canción Streets of Philadelphia. Pero, sobre todo, marcó un punto de inflexión en la forma de tratar a los gays y las lesbianas, que hasta entonces eran una mera comparsa o aparecían reducidos a una caricatura en el cine comercial.

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