Nada de monerías: la trama del chimpancé de ‘¡Nop!' explicada

¿La última película de Jordan Peele te ha dejado con más preguntas que respuestas? Este artículo es para ti
Gordy, un personaje de '¡Nop!'
Gordy, un personaje de '¡Nop!'
Universal
Gordy, un personaje de '¡Nop!'

[Este artículo contiene SPOILERS de '¡NOP!']

Puede que no sepas qué pensar sobre el chimpancé de ¡Nop! Puede que no sepas qué pensar sobre ¡Nop! en general. Si eres de esos, este artículo es para ti. Quien escribe esto pudo ver la última película de Jordan Peele hace meses en un pase de prensa matinal en versión original sin subtítulos (lo que sin duda añadió diversión a la experiencia) y salió como tú del cine. En pocas palabras: con el culo torcido. Eso sí, en estos meses de ventaja que te llevo desde que vi ¡Nop! para entrevistar a su director, he podido darle algunas vueltas que me permito compartir contigo. Porque tanto ¡Nop! como Gordy, su chimpancé machacón, tienen más sentido del que crees.

Daniel Kaluuya en un fotograma de '¡Nop!'.
Daniel Kaluuya en un fotograma de '¡Nop!'.
Cinemanía

Que la subtrama de Gordy funcione por sí misma y sea, visualmente, lo más potente de la película no debe hacernos pensar que no guarda relación con la trama principal. De hecho, Peele subraya su importancia abriendo la película con el chimpancé, imágenes como fogonazos de este mono ensangrentado y rabioso en un plató de televisión con la señal de “Applause” parpadeando detrás. ¿Una escena para epatar? Bueno, también. ¡Estamos hablando del director de Déjame salir y Nosotros! Pero no solo eso.

¡Nop! es una película sobre la explotación en el mundo del espectáculo, sobre lo adictos que somos a ese espectáculo. La cita bíblica colocada por Peele al comienzo de la cinta no deja lugar a dudas: "And I will cast abominable filth upon thee, and make thee vile, and will set thee as a spectacle" es una cita del Libro de Nahúm (Capítulo 3, versículo 6) que me permito transcribir en inglés ya que la traducción española (“Y echaré sobre ti suciedades, y te afrentaré, y te pondré como estiércol”) pierde el sentido otorgado por el director.

Por supuesto, la cita también hace referencia a ese OVNI que sobrevuela el rancho de los Haywood, protagonistas de ¡Nop!, arrojándole objetos de lo más variopintos (“suciedades”), pero el meollo de la cuestión se encuentra en el final de la cita: “Y haré de ti un espectáculo”.

Fotograma de '¡Nop!'
Fotograma de '¡Nop!'
Universal Pictures

No es casual que los Haywood trabajen en Hollywood, meca de la industria del espectáculo, ni tampoco lo es su ocupación: son entrenadores de caballos, a los que explotan para anuncios, películas o series de televisión. Cuando el patriarca muere golpeado por uno de los objetos voladores regurgitado por lo que parece una nave espacial, sus hijos, OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald (Keke Palmer), deciden vender algunos de sus caballos para salvar la empresa familiar.

Cuidado con el chimpancé

Conocemos entonces al comprador, su vecino, Ricky 'Jupe' Park (Steven Yeun), personaje secundario de ¡Nop! pero quizás el más interesante de la película. Jupe es el dueño de Jupiter’s Claim, un parque temático inspirado en la Fiebre del Oro (más explotación) y en la película que protagonizó de niño, Kid Sheriff, que gestiona con su mujer y sus hijos con los que aparentemente comparte una existencia feliz.

Sin embargo, su despacho tiene una puerta secreta que Jordan Peele no tarda mucho en abrir. Al asomarnos al otro lado descubrimos que Jupe fue en su infancia un niño actor de gran éxito y que conserva en esa habitación una especie de museo de esa época. En la pared hay colgado un poster de Kid Sheriff, película con aires al Spielberg de los 80 que Jupe protagonizó cuando era un crío gordito y que, para ilustrar una vez más la brutal explotación de la cultura del espectáculo, Target ya ha capitalizado en una línea de camisetas. 

Pero el punto álgido de la fama de Jupe llegó con Gordy´s Home!, una sitcom de los 90 sobre una familia que convive con un chimpancé (casi casi tan guay como la premisa de Bojack Horseman). Y, sobre todo, con el brutal suceso que le traumatizaría para siempre: el rodaje en el que Gordy se asustó con unos globos y armó una carnicería en plató, matando e hiriendo gravemente a todo el equipo a excepción de Jupe. Un suceso truculento que acabó convertido en portada de la revista Mad y en sketch del Saturday Night Live.

Gordy, como los caballos que entrenan los Haywood y como el propio Jupe, es otro animal explotado del show business. Pero Jupe, lejos de alejarse de la cultura que ocasionó el fatídico incidente, sigue explotando su pasado traumático en ese pequeño museo de los horrores que tiene pegado al despacho. Todo en Hollywood, y en general en la cultura estadounidense, es susceptible de ser explotado.

Jupe, parece decirnos Jordan Peele, es el colmo de esta práctica. Ha sido explotado como niño actor, casi muere en manos de un chimpancé explotado por la industria de la televisión, pero es incapaz de poner freno a esta cadena. En su parque temático exprime el imaginario de la película que lo hizo famoso, su gran trauma y hasta a su compañera de reparto en Gordy´s Home!, Mary Jo Elliot, a quien el mono dejó desfigurada. En las últimas semanas, internet se ha volcado en la búsqueda de un caso real que haya podido inspirar esta trama, un rastro que acaba en la historia de Charla Nash, la mujer que perdió las manos y la cara al ser atacada por el chimpancé de unos amigos.

'¡Nop!'
'¡Nop!'
Universal

Cuando el OVNI, ese extraterrestre con forma de orquídea que es su propia nave espacial, aparece en ¡Nop! el afán de los personajes es el mismo: su explotación, sea esta económica o reputacional. Todos quieren sacar tajada de los alienígenas. Mientras Jupe monta un show y cobra entrada, los Haywood (y el director y el periodista de TMZ) se empeñan en filmar el cielo en un intento de inmortalizar a los alienígenas pero también de inmortalizarse a sí mismos. 

Por eso no es casual que la salvación para unos y otros tenga que ver con no mirar. Si el público del show de Jupe no hubiese mirado atentamente al OVNI nunca hubiese sido engullido por él (qué momentazo, puro Cronenberg). Los Haywood se salvan cuando se dan cuenta de que no deben mirar al OVNI fijamente. Jordan Peele nos advierte así de que nuestra única salvación frente a la cultura del espectáculo pasa por dejar de mirar. Aunque sabe de antemano que estamos condenados a hacerlo. Si no, nos hubiésemos perdido su película.

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