'My Little Eye'

La olvidada película de terror de los inicios de 'Gran Hermano' que vas a gozar si la rescatas en Netflix

  • La plataforma esconde sorpresas como este reivindicable filme de 2002 dirigido por Marc Evans, interesante por su tratamiento singular, por el tiempo al que remite... y por el pequeño papel de un primerizo Bradley Cooper
Laura Regan, en 'My Little Eye'
Laura Regan, en 'My Little Eye'
(Cinemanía)
Laura Regan, en 'My Little Eye'

En las plataformas de streaming, como el usuario aficionado a la prospección cinéfila sabe, puede encontrarse de todo, y además mezclado de una manera que siempre descoloca. Fuera del foco de las novedades y las tendencias de rápida caducidad, el limbo digital está poblado de múltiples sorpresas y rarezas enterradas o colocadas ahí directamente por el algoritmo. En las amplias y heterogéneas catacumbas de Netflix aparece My Little Eye, película de 2002 olvidada hace tiempo que sin embargo merece la pena rescatar.

My Little Eye (La cámara secreta) es de esos filmes que ves en el momento de su estreno y que, aunque te llamaron la atención y los recuerdas, tardas años o décadas en revisar y que cuando por fin lo haces vuelves a apreciar sus elementos. Su revisión resulta interesante por varios motivos, empezando por su contexto. Su premisa y su propia naturaleza remiten a los exitosos inicios del fenómeno Gran Hermano, a la época en la que descubríamos los realities, y a nuestros primeros pasos con Internet. A su vez, deja rasgos formales que conectan con el metraje encontrado, respecto a lo que hay que considerar lo reciente que estaba La bruja de Blair.

Kris Lemche, uno de los protagonistas de 'My Little Eye'
Kris Lemche, uno de los protagonistas de 'My Little Eye'
(Cinemanía)

La propuesta del británico Marc Evans, que después trabajaría con Colin Firth en Trauma, en cuyo guion figura James Watkins (autor de Eden Lake y de La mujer de negro), muestra a cinco jóvenes que aceptan convivir y ser grabados por las cámaras durante seis meses en una vieja casa en el bosque a cambio de ganar un millón de dólares. Para conseguirlo, el grupo al completo debe permanecer allí hasta el final.

La exposición comienza con el inolvidable sonido que hacían de partida las viejas conexiones a Internet y con una breve explicación, vía rótulos, del planteamiento. Pequeños fragmentos de las entrevistas realizadas a los elegidos y un resumen mediante el formato multicámara de la actividad durante las primeras semanas en la casa completan un inicio con gancho por lo de ir al grano. 

Sin perder tiempo, la historia quiere detenerse en cómo afectan a los personajes las acciones orquestadas por los de fuera, la organización, para remover su ánimo (el contenido de los paquetes que les dejan). Un camino que por supuesto conduce al terror.

La hábil dirección de Marc Evans en 'My Little Eye'

'My Little Eye'
'My Little Eye'
Cinemanía

Evans logra articular una narración bastante hábil, aspecto simbolizado en la inspiración a la hora de escoger, a partir del juego con el factor de las cámaras que observan (también con su ruido clásico), los planos idóneos para describir el estado anímico de los protagonistas. Ya hubieran querido disponer de esas opciones de encuadre en cualquier edición de GH. El componente mencionado hace pensar además en lo que la filmación tuvo de experimento al respecto.

My Little Eye, a la que le sobra el absurdo subtítulo que se le añadió en español y que por cierto contó con un potente cartel oficial (el ojo, el fondo rojo), ha envejecido si se atiende a su fotografía y en especial a las plasmaciones introducidas en las escenas de violencia. Una circunstancia que no afea lo que suscita. Retiene la singularidad que exhibió 20 años atrás, la cual enlaza con los ecos de película de culto evocados.

En esa línea, no importa que se vean venir las intenciones de uno de los cinco implicados. Uno se queda con lo clásico del giro relacionado y, sobre todo, con la carga turbia de la revelación, que lleva a un tema sórdido del que entonces se hablaba mucho. Asimismo, visto ahora, surge la idea de que el crudo cierre bien pudo estar presente entre las referencias formales tomadas por James Wan para el impactante colofón de Saw.

Sí, en 'My Little Eye' salía Bradley Cooper

El reparto lo encabezaron Laura Regan, que en esa etapa encadenó My Little Eye con la también interesante Ellos, y Kris Lemche, sin duda con el mejor personaje (problemático a la par que cínico y radicalmente pragmático, así como el que antes se percata de la realidad). 

Sorprende encontrarse, en el rol del joven que pide ayuda y pasa una noche en la casa (y al que se le ve la doblez), a un primerizo Bradley Cooper. Todavía llevaba el pelo teñido de rubio. Una de esas curiosas apariciones que no se recuerdan y en las que se repara en sucesivas revisiones.

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