Matthew Perry y su infierno de adicciones desde 'Friends': "Cuando tengo peso es alcohol, si estoy delgado son pastillas"

Matthew Perry, en una imagen de archivo.
Matthew Perry, en una imagen de archivo.
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Matthew Perry, en una imagen de archivo.

La muerte del actor Matthew Perry este sábado en su casa en Los Ángeles ha supuesto una conmoción para el mundo del espectáculo. La policía investiga las causas de la muerte, ya que el intérprete fue hallado sin vida en jacuzzi de su mansión.

La vida de Matthew Perry ha estado plagada de problemas de salud derivados de sus adicciones, tanto a fármacos como al alcohol, unas adicciones de las que el actor habló con franqueza en sus recientes memorias: Amigos, amantes y aquello tan terrible.

En el libro, Perry cuenta que se volvió adicto a la vicodina después de un accidente de moto acuática en 1997 y completar un programa de rehabilitación de 28 días ese año.

Durante los años siguientes, su peso fue una montaña rusa, cayendo a 66 kg debido a una pancreatitis. En febrero de 2001 tuvo que ingresar en una clínica de desintoxicación por su adicción a la vicodina, a la metadona, a las anfetaminas y al alcohol.

Precisamente cuando la adicción al alcohol estaba en sus máximos, era cuanto más peso cogía. El actor dijo que llegó a ser capaz de identificar, viendo su aspecto en Friends, a qué era adicto en ese momento: "Cuando tengo peso es el alcohol, cuando estoy delgado son las pastillas, cuando tengo perilla son muchas pastillas", dijo en su día.

En 2018 tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica de urgencia por una perforación intestinal: su colon había estallado a causa del consumo de opioides y pasó dos semanas en coma, conectado a un respirador artificial.

Tuvo que ser sometido a una colostomía que lo dejó "con un 2% de posibilidades de vivir". "Me desperté y me di cuenta de que tenía una colostomía en el abdomen. Me dijeron que todo era muy desastroso por ahí abajo y que no podían hacerme una operación quirúrgica, pero que en un año podría revertirlo", confesaría después.

Durante nueve meses, el actor tuvo que llevar una bolsa externa conectada a su colon. "Fue un infierno, porque esa bolsa se rompía todo el rato", explicó Perry. "En aquel momento se abrió una ventana, yo trepé a través de ella, y conseguí rechazar la oxicodona", dijo el actor, que sintió como volver a nacer tras esa intervención.

"Todos los doctores me dijeron que nadie pasa esa operación. Mi gran pregunta es ¿Por qué yo sí? Tiene que haber alguna razón", reflexionaba después el recién fallecido actor, que antes tuvo que luchar contra su alcoholismo.

"Era un objeto amarillo y brillante que de repente lo abarcaba todo. No podía ver nada más en la cocina. Pero me sentí querido y comprendido en la compañía de Dios, o de lo que fuera aquello", dijo entonces sobre cómo pude dejar de beber.

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