La demanda contra Alec Baldwin y los productores detalla cómo fueron los últimos momentos de Halyna Hutchins

El iluminador de ‘Rust’, Serge Svetnoy, acusa a los responsables de ‘Rust’ de negligencia.
El iluminador Serge Svetnoy junto a Halyna Hutchins
El iluminador Serge Svetnoy junto a Halyna Hutchins
El iluminador Serge Svetnoy junto a Halyna Hutchins

En las semanas transcurridas desde el, día en que un disparo accidental de Alec Baldwin acabó con la vida de la directora de fotografía Halyna Hutchins, las autoridades aún no han presentado cargos contra ninguno de los implicados. De hecho, y mientras se desarrollan las investigaciones, la Oficina del Sheriff del Condado de Santa Fe no ha esgrimido pruebas contra nadie y la fiscal Mary Carmack-Altwies asegura que no hay indicios de que alguien haya saboteado el set de Rust, el western independiente que dirigía Joel Souza en el rancho Bonanza Creek, en Nuevo México. No obstante, y según recogen medios como Variety, ya se ha presentado una primera demanda contra algunos de los implicados por parte del iluminador del film, Serge Svetnoy.

Durante un ensayo de Rust, la armera Hannah Gutierrez Reed obtuvo una pistola de un carro y se la pasó al ayudante de dirección David Halls, quien se la entregó a Alec Baldwin diciendo “pistola fría” en referencia a que no había munición real. No obstante, Baldwin abrió fuego y alcanzó tanto a Hutchins, que fallecería más tarde, como a Souza, quien se recuperaría horas después. Son Halls, Gutierrez Reed y Baldwin (como productor de la película) los principales destinatarios de la demanda de Svetnoy, que los acusa de negligencia junto a otros implicados en la película. Según se detalla, ellos “no cumplieron en absoluto con sus responsabilidades y violaron las normas más básicas de la industria que rigen el uso y el mantenimiento de las armas de fuego y la munición”.

Svetnoy y Hutchins habían sido buenos amigos durante los últimos cinco años. Ambos procedían de Europa del Este, llamando cariñosamente Svetnoy a su compañera “Galla” (un apodo ucraniano), mientras trabajaban juntos hasta en nueve películas previas a Rust, incluyendo un film indie de superhéroes protagonizado por Joe Manganiello, Archenemy. Los abogados de Svetnoy han presentado su demanda ante el Tribunal Supremo de Los Ángeles, y en ella se detallan los últimos momentos de vida de Hutchins, a la vez que se asegura que el accidente se produjo a causa del deseo de producción por reducir costes: este esfuerzo les condujo a contratar un número insuficiente de personas y a una armera sin experiencia, según Svetnoy, como era Gutierrez Reed.

Nadie del set habría “hecho nada” por mejorar la seguridad, rechazando solicitudes de entrenamiento con armas, no enviando boletines de seguridad diarios, y sin reaccionar adecuadamente a dos descargas accidentales previas. El testimonio de Svetnoy encaja con lo que ya había trascendido de la producción de Rust, marcada por un ahorro insensato que se expandía al incumplimiento de las medidas COVID-19, a la contratación de Halls (con un considerable historial de negligencias), y a que, el mismo día de la tragedia, buena parte del equipo se marchara en protesta por la inseguridad de Bonanza Creek. Poco antes de que se produjera el disparo, el equipo había sustituido velozmente a estos miembros por personas contratadas en las inmediaciones, sin sindicar.

La versión de Svetnoy

El disparo efectuado por Baldwin que alcanzó a Souza e hirió mortalmente a Hutchins no alcanzó a Svetnoy “por uno o dos centímetros, posiblemente menos”, según se detalla en la demanda. “No había ninguna razón para colocar una bala real en el revólver Colt del 45 ni para que estuviera presente en el plató de Rust, asegura el iluminador, alegando que la maestra de utilería Sara Zahry no había inspeccionado la pistola antes de llevarle el carro a Gutierrez Reed, como tampoco la inspeccionó esta ni Halls ni Baldwin. Un examen conveniente de aquel carro habría evitado la tragedia, sostiene Svetnoy, quien el día del tiroteo había estado preparando la iluminación dentro de una iglesia. A poca distancia, Alec Baldwin ensayaba una escena en compañía de su equipo.

Al parecer, Svetnoy estaba a menos de dos metros de Baldwin mientras este sacaba el Colt de su funda y apuntaba a la cámara. El iluminador escuchó entonces un disparo y “sintió un extraño y aterrador silbido de lo que parecía aire a presión a su derecha”, paralelamente a notar cómo “lo que creía que era pólvora y otros materiales residuales del arma golpeaban el lado derecho de su cara y arañaba los cristales de las gafas que llevaba”. Al girarse Svetnoy vio a su amiga en el suelo mientras Souza gritaba “¿qué coño ha sido eso?” y Baldwin preguntaba qué acababa de ocurrir. Rápidamente, Svetnoy cogió el cuerpo de Hutchins y acunó su cabeza mientras sus manos se iban cubriendo de sangre.

Cherlyn Schaefer, médico del plató, acudió a atender las heridas de Hutchins y le encargó a Svetnoy que se asegurara de mantener una máscara de oxígeno permanentemente sujeta al rostro de la directora de fotografía. “Mientras lo hacía vio que los ojos de la señora Hutchins se iban apagando, su cara se volvía gris y sus labios empezaban a ponerse negros”, cuenta la demanda. “Los siguientes 20 o 30 minutos parecieron los más largos de la vida del demandante mientras intentaba ayudar y consolar a la señora Hutchins, observando cómo su conciencia se desvanecía inexorablemente”.

Ahora mismo los demandados Halls, Gutierrez Reed y Baldwin son efectivamente los grandes focos de la investigación policial para esclarecer lo ocurrido, aunque el abogado de la armera ya ha hablado en su defensa y asegurado que se la está inculpando injustamente.

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