Entrevista

Juan Carlos Fresnadillo vuelve: hablamos de 'Damsel', Millie Bobby Brown y la mayor apuesta fantástica de Netflix

Un cuento de hadas transformado en 'survival horror' con Millie Bobby Brown como princesa guerrera. Así es 'Damsel', el esperado regreso del canario al cine tras un hiato de trece años.
Juan Carlos Fresnadillo y Millie Bobby Brown
Juan Carlos Fresnadillo y Millie Bobby Brown
Arturo Holmes/WireImage
Juan Carlos Fresnadillo y Millie Bobby Brown

"Me gusta mucho la fantasía”, comenta Juan Carlos Fresnadillo (Santa Cruz de Tenerife, 1967) con los ojos bien abiertos y una sonrisa dibujada en el rostro a mi pregunta de su interés por este género cinematográfico. Nos encontramos en una tarde invernal de febrero en un hotel del centro de Madrid para hablar de su nueva película, Damsel, que llega a Netflix el 8 de marzo, y que es una fantasía en toda regla: hay princesas con el poderío de Millie Bobby Brown, reinas y madrastas carismáticas como Robin Wright y Angela Basset, príncipes acaramelados, un dragón y una terrible maldición en torno a esta criatura. 

Todo lo que se le podría pedir al género –y mucho más–, pero con un giro contemporáneo que acerca la propuesta, por si fuera poco, hacia el terreno del survival horror. Dice el cineasta canario, asentado desde hace años en Los Ángeles, que Damsel es la culminación de muchos proyectos que no han fructificado, desde el remake de Los Inmortales al live-action de Merlín, el encantador. Nosotros, además, también celebramos que es su regreso al cine después de un hiato de 13 años.

¿Qué tenía Damsel que atrajera tu atención, aparte de que es un filme de fantasía?Me gustaba mucho la revisión y la actualización de la película con el modelo de cuento clásico. La estructura, los personajes, el viaje de la protagonista de Damsel están enclavados dentro de la dramaturgia del cuento clásico, pero la historia aporta una nueva visión y articula, además, algo muy emocionante, que es el nacimiento de una heroína que tiene que descubrir que nadie va a venir a salvarla y que tiene que luchar por sí misma para sobrevivir. Siempre he sentido mucha atracción por los cuentos de hadas, aunque te confieso que se salían un poco de mi zona de confort. Fue un desafío aceptar el proyecto.

¿Y cuál es tu zona de confort?Mi zona de confort son películas más pequeñas, quizás. Es curioso, porque he hecho películas grandes, pero Damsel es una producción muy grande. Es gigante. Hasta ahora me ha gustado moverme en películas de carácter sobrenatural y fantástico, pero donde los territorios estaban más acotados y no había tanta épica. Y esta película desarrolla un espíritu de épica y aventura de manera muy notoria. Ha sido adentrarme en un terreno que siempre me ha atraído como espectador, pero que como cineasta no lo había explorado tan decididamente. Ha sido un viaje y una experiencia maravillosa y dura a la vez, y que me han hecho crecer como cineasta.

¿De qué manera crees que los relatos del viaje del héroe o heroína nos interpelan hoy en día?Seguir hablando de príncipes que vienen a rescatar a princesas... Creo que no estamos en un lugar como para contar eso, sino en un lugar más real, de más verdad y más consecuente con nuestro tiempo. Como en Damsel, donde vemos a Elodie, esta mujer que se queda sola y, con su propia fuerza y carácter de lucha y su espíritu de supervivencia, es capaz de transformarse. A mí particularmente me interesan las historias ancestrales si también ilustran aspectos de nuestro tiempo.

La película juega con los arquetipos femeninos de los cuentos: la princesa, la reina, la madrastra. ¿De qué manera modulaste esos aspectos con tus actrices?Modulando precisamente la idea de que cada personaje representa una dimensión diferente en la historia. Los cuentos de fantasía están asociados al crecimiento y a la pérdida de la inocencia, y Floria representa ese mundo idílico que aún no ha sido corrompido, esa inocencia y espíritu romántico de quienes creen en los cuentos de hadas y en el príncipe azul. Con el personaje de la madrastra buscábamos algo que cambiara la dinámica habitual de personaje antipático, ¡y qué mejor que Angela [Basset] para aportar esas tres dimensiones a un personaje que suele ser muy secundario!

Juan Carlos Fresnadillo
Juan Carlos Fresnadillo
Jacobo Medrano

Menudo lujazo contar con Angela Basset y con Robin Wright. Te confieso que al verla en Damsel no paraba de pensar en La princesa prometida.Es que tener a Robin Wright como la reina de esta historia es casi una declaración de intenciones de lo que queremos hacer y de esa irreverencia con el espíritu de los cuentos clásicos con la que jugamos, para conducirlos hacia un lugar más rebelde y salvaje y contar una historia más actual y real sobre unas mujeres que se empoderan y que se convierten en heroínas luchadoras.

Tanto Basset como Wright son dos actrices de prestigio. ¿Cuál fue su respuesta cuando les propusisteis el papel?La verdad es que tenía muchas dudas con Robin, porque me parecía una actriz más del ámbito alternativo e independiente, y esta es una película familiar y para el gran público. Pero realmente le encantó la posibilidad de hacer un personaje como el suyo y desarrollarlo desde un lugar muy cercano, aportando, en el sentido del deber, una cierta justificación sobre sus motivos.

Háblame de la decisión de trasladar la historia hacia el survival, con ese largo tramo que tiene lugar en unas enormes cuevas.Damsel es muchas cosas: un cuento clásico, una película de misterio, de acción, es una aventura, pero también es el nacimiento de una heroína. Y si quieres ilustrar ese viaje de la heroína, ella ha hacerse a sí misma en circunstancias extremas, luchando a solas en esa cueva. Es en ese episodio de supervivencia cuando vamos a ver nacer una nueva heroína que deja atrás su pasado, deja atrás la niña que era y se convierte en esta luchadora dispuesta a llegar hasta el final para hacer justicia.

'Damsel' es un cuento, una aventura y el nacimiento de una heroína"

Todo el entorno de las cuevas es abrumador y realmente increíble.Todas las cuevas que has visto en la película están construidas. Los exteriores se rodaron en Portugal, pero por cuestiones técnicas, teníamos que construir los sets en Londres. Y ahí, junto con Patrick [Tatopoulos] levantamos esos decorados. Hicimos todo un trabajo de exploración de cuevas que nos gustaban y tratamos de construir el viaje de Elodie de la forma más orgánica y realista posible. Ese era nuestro leitmotiv: abrazar la fantasía pero que sea una fantasía realista, que te haga sentir que esto ha ocurrido en algún momento.

No habrá sido nada fácil rodar en esos decorados.Ha sido complicadísimo coreografiar las escenas. Piensa que eran sets muy realistas, resbaladizos, con aristas, rocas. Y a mí me apetecía relatar precisamente este tramo de supervivencia estando muy cerca de Millie y con la cámara muy encima para ver sus ojos, para ver todo lo que está pasando y padeciendo. Y, claro, cuando tienes la cámara tan cerca, no puedes engañar: tienes que realmente sentir lo que debería sentir el personaje en esa situación. Fue una experiencia extrema para Millie en todos los sentidos.

¿Hubo días complicados?Lo pasó mal y luego, además, se da la situación de que es claustrofóbica. Ella lo cuenta sin problemas, pero ¡imagínate! Millie fue a lugares que le daban mucho miedo y lo hizo con una valentía, entrega y capacidad de compromiso con la historia y conmigo que es realmente muy de agradecer. Se entregó en cuerpo y alma y eso se nota cuando ves su interpretación. En Damsel, Millie da un salto de gigante en cuanto a lo que ha venido haciendo y creo que nos enseña a todos la gran actriz que es.

¿Y para ti, ese tramo fue también el más complejo?Te confieso que cuando leía el guion de Dan [Mazeau] y pensaba en ese tramo, me daba muchísimo respeto. Porque había que armarlo muy bien, ser muy preciso con todo lo que ocurre y que a su vez fuera consecuente con la historia, porque de ahí va a salir una nueva Elodie, una nueva mujer. Ahí está todo su viaje, y fue muy desafiante en todos los sentidos: vestuario, decorado, interpretación… En cada película siempre hay una parte a la que le tienes un poco de respeto y la parte de supervivencia me daba terror.

Entre Intruders (2011), que se estrenó en cines, y Damsel, que lo hace en Netflix, ha pasado más de una década y muchos cambios.Las maneras de producir, en el fondo, son muy parecidas a las de siempre. A lo que he tenido que adaptarme es al hecho de que mi película va a ser distribuida masivamente en todo el mundo a través de una plataforma. Pertenezco a una generación que se crio en el cine y echo de menos eso, pero prefiero mirar hacia delante con optimismo y pensar que este sistema también tiene muchas compensaciones. Como que, probablemente, Damsel sea la película de mi carrera que más gente vaya a ver nunca. Y eso es excitante en muchos sentidos.

¿Y qué has estado haciendo este tiempo?Todo el mundo me lo pregunta, pero lo que pasa es que la gente no sabe de mi periplo. Me apetecía probar cosas nuevas, como la televisión y he estado haciendo series durante cinco años. Luego, pues la pandemia y mi propio carácter de canario [risas]. Pero si analizas mi carrera, entre proyecto y proyecto han pasado cinco años. Me gusta pensar en mí como el hombre del quinquenio, como si el tiempo que necesito para una película fuera el mismo de completar una carrera universitaria... 

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