'Flash' será la primera película de estreno en distribuirse por NFT

No está siendo un buen año para Hollywood. Más allá de las dos huelgas combinadas con las que lidia ahora mismo (actores y guionistas), la industria no deja de acumular blockbusters que han requerido una inversión colosal apenas cubierta por las ganancias en taquilla. El caso de Flash en Warner/DC es especialmente doloroso, porque la película vino a estrenarse tras meses y meses acumulando polémicas en pos de la actitud de Ezra Miller y sus problemas con la justicia.

Las recomendaciones entusiastas de Tom Cruise o James Gunn quisieron enderezar el pabellón, pero hoy por hoy la película de Andy Muschietti lleva recaudados 261 millones de dólares globales con un presupuesto de 200 millones y otros 65 en términos de publicidad: veremos si consigue siquiera cubrir esa suma. Warner parece haber tirado la toalla y ya piensa en un lanzamiento doméstico algo peculiar. Así es como una de sus filiales, WB Movieverse, ha resuelto estrenar la película… en NFT.

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Flash será el primer film de estreno que llega al mercado doméstico como token no fungible, luego de que esta misma empresa probara estrategias similares con el Superman de 1978 y la versión extendida de El señor de los anillos: La comunidad del anillo. En el caso de Flash, este 18 de julio la película quedará disponible a través del servicio blockchain de Eluvio: el mismo día en que llega al resto de plataformas digitales. La versión que se podrá ver entonces será en 4K Ultra HD, con características especiales y coleccionables de realidad aumentada.

Se adquiriría por tarjeta de crédito o criptomoneda, quedando a disposición del usuario dos versiones del NFT: una edición Mystery y otra edición Premium, cada una acompañada de una pieza de arte distinta. Las opciones de la edición Mistery son el Barry original, el joven Barry (ambos Ezra Miller), el Batman de Michael Keaton y la Supergirl de Sasha Calle. De esta edición, valorada en 35 dólares, habrá 10.000 copias.

La edición Premium, por su parte, cuesta 100 dólares y solo hay 2.000 copias de la misma, con figuras en movimiento que nos muestran bien al Barry maligno, bien al Barry heroico luchando con Batman y Supergirl. Una estrategia ocurrente para una película cuyo destino económico, por lo demás, parece sentenciado. 

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