[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE FAST & FURIOUS X]
“¿Puedes hacer menos ruido, Vin? Vas a despertar al público”. Así se mofaba Peter Bradshaw, de The Guardian, de A todo gas (2001). La suya no fue la única crítica negativa que recibió la producción de bajo presupuesto dirigida por Rob Cohen, aunque también tuvo sus defensores.
Variety la consideró “una película de autocine”, mientras que Empire aseguró que era “lo más divertido del año”. Lo que nadie imaginó fue que aquella apuesta que había costado 40 millones de dólares sería el germen de una saga multimillonaria.
22 años después, Fast & Furious X debe volver a elevar la apuesta con la presión añadida de ser la penúltima película de la franquicia. Recordemos que Vin Diesel había concebido Fast & Furious 9 como la primera entrega de una trilogía que pondría fin a la longeva saga, con Justin Lin en la silla del director.
Por desgracia, diferencias creativas (y presuntos roces con Diesel) apartaron a Lin de Fast & Furious X en favor de otro colaborador de Universal, Louis Leterrier, que repetirá al frente de la entrega final.
'Fast & Furious X': crítica
En el clímax final del filme, Jason Momoa, esquizofrénico villano de esta historia, le dice a Vin Diesel que quien está detrás del volante ya no es el que marca la diferencia. Casi parece que se está refiriendo a Fast & Furious, que, con su décima entrega, confirma algo que sus predecesoras ya venían adelantando: hace tiempo que esto dejó de ser solo una saga de coches tuneados y acción desenfrenada, de carreras y derrapes.
No nos malinterpretéis, Fast & Furious X sigue ofreciendo esa adrenalina con olor a gasolina y neumático quemado que la encumbró; es más, las escenas más destacables e imperecederas ponen una vez más a sus protagonistas en el asiento del conductor, como la persecución en coche, moto y hasta vehículo teledirigido por las calles de Roma, a la caza de una bomba gigante en llamas.
Sin embargo, las carreras ilegales por Los Ángeles han desembocado en misiones internacionales donde las corruptelas gubernamentales, las venganzas familiares, las asiduas incriminaciones y la necesidad de conectarlo absolutamente todo pueden más. La décima película es, más que nunca, un homenaje a toda la franquicia, una pasarela de viejos conocidos que reaparecen, sin importan si tiene sentido o no; una enumeración de frases destinadas a tocarte el corazoncito que a menudo provocan más vergüenza ajena (con Diesel hasta arriba de colirio en los ojos); y hasta fotos promocionales de los filmes previos que los protagonistas tienen enmarcadas y dispuestas como altares en sus casas.
Pese a sus mejores intenciones, Diesel se pasa de rosca en la parte más emocional, rozando a veces el ridículo, en su afán por reivindicar a la 'familia', a Paul Walker (del arranque con Fast & Furious 5 a referencias grotescas -"un policía y un corredor"-), a todos y cada uno de 'los Toretto'. El resultado es una obsesión malsana por las conexiones disparatadas, con el personaje de Daniela Melchior descubriéndose como la hermanísima del de Elsa Pataky, madre del hijo de Dom.
Afortunadamente, Fast es mucho Fast y las taras provocadas por la ceguera obsesiva de Diesel y la ambición malentendida quedan compensadas cuando la trama reduce marchas, se vuelve a propósito una parodia de sí misma y astutamente se enfoca en hacernos disfrutar con sus explosiones, sus piruetas automovilísticas imposibles por tierra, mar y aire, y su falta de miedo a probarlo todo, abrazando más géneros como la fantasía o la ciencia-ficción que la acción.
El humor vuelve a ser una de sus bazas ganadoras, terreno en el que John Cena merece una mención especial. El actor abraza esa vis cómica que tan bien ha sabido explotar en DC (casi podemos imaginar a Diesel viendo las ficciones de su amigo James Gunn y diciendo a Cena: "¡Eso es lo que quiero!") con un Jakob Toretto desatado, desternillante, el "tío guay" que hace de canguro de su sobrino mientras lo protege y lo instruye. Qué bueno es Cena cuando es bueno y cómo eleva este filme solo con ver Los Minions en un avión.
El otro nombre propio destacable (para disgusto del ego de Vin) es el de Jason Momoa, que se lo pasa pipa, mejor que nunca, en la piel de Dante, un villano para el que parece haberse contagiado de la psicopatía, la impredecibilidad y la mezquindad del Joker de Heath Ledger. A Fast le faltaba el antagonista desquiciado, ese que disfruta con un sadismo demente de pintar las uñas a unos cadáveres. Puede resultar demasiado estridente, pero Momoa se las ingenia para deleitarnos viéndolo gozar.
Probablemente, la pregunta que más te hagas en las dos horas y 20 minutos que dura la película sea: ¿Qué demonios está pasando? Pero es la magia de Fast. Es un mundo de fantasía diseñado por y para Diesel, por y para sus fans, con sus encomiables virtudes y sus muchos defectos, en el que tienes que decidir si entras o no. En esta décima entrega, si eliges no hacerlo, te chirriará a más no poder su guion vago y facilón, o el poco mimo con el que trata a actores como Brie Larson (lo más destacado son los primeros planos de sus zapatos) o Tyrese Gibson.
Pero si entras y aceptas los códigos de esta nueva barbacoa torettiana, como quien se adentra en el cine de superhéroes tolerando poderes y apocalipsis constantes, disfrutarás como un enano de la mamarrachada al son de Gasolina, te reirás de ellos (pero también con ellos) y abandonarás la sala extasiado por la insolencia de ESOS últimos cameos, sintiendo que te han tomando un poco el pelo, pero a la vez encantado de que lo hagan.
¿Es Fast & Furious X mínimamente lógica? Ni de lejos. ¿Es excesiva? Casi siempre. ¿Se toma en serio a sí misma? Casi nunca, y fracasa cuando lo hace. ¿Es disfrutable? Muchísimo, sobre todo para los fanáticos de la franquicia, que ya adolecen de síndrome de Estocolmo. En esta penúltima onda expansiva, el conductor sigue marcando la diferencia.
'Fast & Furious X' sinopsis
Dom Toretto (Diesel) se medirá a un nuevo enemigo: Dante Reyes (Jason Momoa), hijo del narcotraficante Hernán Reyes (Joaquim de Almeida en Fast & Furious 5). La intromisión de Toretto y Brian O’Conner (Paul Walker) costó a Reyes su imperio criminal y Dante está deseando vengarse con algo peor que la muerte: el sufrimiento.
'Fast & Furious X' fecha de estreno y duración
La décima película de la saga llega a los cines el 19 de mayo distribuida por Universal y tiene una duración de 141 minutos.
'Fast & Furious X' director
Esta 'familia' tiene otro miembro: Louis Leterrier es el nuevo director de la saga Fast & Furious después de que Justin Lin abandonara el último proyecto por supuestos desacuerdos con Vin Diesel.
Leterrier es un director francés conocido por estar al frente del díptico Transporter junto a Jason Statham, El increíble Hulk (la de Edward Norton), Furia de titanes o Ahora me ves. Su última película antes de Fast & Furious X fue Agente contrainteligente y, desde entonces, participó en series de Netflix, desde Cristal Oscuro a Lupin.
Leterrier, que ha encajado a las mil maravillas entre los Toretto, también dirigirá Fast & Furious 11.
'Fast & Furious X' reparto
Jason Momoa no es el único que se suma a esta aventura. Vin Diesel vuelve a contar con la banda al completo: regresan Michelle Rodriguez como Letty, Jordana Brewster como Mia, Tyrese Gibson en la piel de Roman, Nathalie Emmanuel como Megan, Ludacris en la piel de Tej, Sung Kang como Han y Helen Mirren como Magdalene Shaw.
En este nuevo enfrentamiento contra Dante (Momoa), la familia Toretto contará con la ayuda de Brie Larson en la piel de Tess, la hija de Don Nadie (Kurt Russell), y de viejos conocidos como Jason Statham interpretando a Deckard Shaw, Charlize Theron como Cipher y John Cena como Jakob Toretto, hermano de Dom. Que ellos quemen rueda; nosotros queremos disfrutar de Rita Moreno como la abuela Toretto.
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