25 años de 'Deep Rising', la molona serie B con tentáculos gigantes que Harrison Ford rechazó

Treat Williams, secundado por Famke Janssen y Kevin J. O'Connor en 'Deep Rising'
Treat Williams, secundado por Famke Janssen y Kevin J. O'Connor en 'Deep Rising'
(Cinemanía)
Treat Williams, secundado por Famke Janssen y Kevin J. O'Connor en 'Deep Rising'

La triste noticia del fallecimiento de Treat Williams hizo al cinéfilo recordar los títulos clave de su trayectoria, entre ellos Deep Rising, en el que regaló un carismático personaje que siempre estará en la memoria del amante de la serie B. A su vez, el foco en Harrison Ford por Indiana Jones y el dial del destino también lleva a acordarse, de manera indirecta, de la película de Stephen Sommers, ya que siempre se ha comentado que se pensó en el mismísimo Ford para protagonizarla. Estos dos aspectos y el factor del 25 aniversario invitan a revisar dicho filme.

Volviendo a la anécdota de Ford. Sí, en origen los productores de Deep Rising (que en su fase embrionaria iba a titularse Tentacle) hablaron con el icónico intérprete, si bien su incorporación no cuajó, por lo que el papel recayó en Williams. El cambio respecto a la intención inicial implicó que el presupuesto se tornara más ajustado. Siempre estará la duda de cuál habría sido el resultado, pero queda claro que no hubiera tenido el mismo tono.

El de Ford no fue el único detalle llamativo acerca del reparto pretendido. Famke Janssen no fue la primera opción para el rol de la ladrona hábil y sensual que establece esa atractiva relación con Finnegan (Williams), sino que eligieron a Claire Forlani. Sin embargo, la actriz, que no sintonizó con Sommers, abandonó el proyecto. Y ahí entró en escena Janssen, que venía de cautivar en Goldeneye y que después seguiría en lo alto con la trilogía X-Men.

'Deep Rising' o la buena serie B con monstruo

Jason Flemyng, con el monstruo de 'Deep Rising' detrás
Jason Flemyng, con el monstruo de 'Deep Rising' detrás
(Cinemanía)

Estrenada en agosto de 1998 en España, Deep Rising, que aquí llevó por subtítulo El misterio de las profundidades, reviste una merecida etiqueta de filme de culto. En esencia es una obra (perdón por la licencia coloquial) molona en virtud de su armazón de serie B de acción con monstruo, sus influencias clásicas, su tono ligero, su condición de estimulante entretenimiento y el entonadísimo trabajo de Sommers.

El director, aunque ya había firmado para Disney Las aventuras de Huckleberry Finn (con un joven Elijah Wood) y El libro de la selva. La aventura continúa, plasmó su verdadera carta de presentación, la cual le condujo al cine de aventuras de gran presupuesto, marco en el que brilló con La momia (ya menos con su secuela). Perdería su 'mojo' con Van Helsing, como más adelante volvería a corroborarse con G. I. Joe.

Deep Rising parte de una arrebatadora premisa: unos mercenarios dispuestos a asaltar un crucero de lujo con servicio de casino llegan a su objetivo en el peor momento, ya que algo ha hecho que encalle y que no haya ni rastro de los pasajeros ni de la tripulación. La razón de ese ambiente fantasmal, unas criaturas con tentáculos gigantes. Al factor especial del planteamiento contribuye sin duda el hecho de que el grupo de soldados contrata para el traslado inicial al dueño de un viejo barco (Finnegan) y a sus compañeros, quienes descubren sus turbias intenciones y que, previa traición, se ven implicados en la lucha por la supervivencia.

El desarrollo articula la clásica dinámica de que los personajes van siendo eliminados, base cuyo atractivo natural se potencia por el juego con las alianzas entre enemigos, las tensiones, los momentos de sálvese quien pueda, el factor de los espacios cerrados… y por supuesto el liderazgo que emerge, el de Finnegan, compartido con el jefe de los mercenarios (Wes Studi).

El carisma de Treat Williams en 'Deep Rising'

Como se ha indicado, Williams exhibe un carisma simbolizado en su perfil de héroe y en sus geniales frases, de esas que solo existen en las películas. Lo impagable relacionado con el personaje comienza cuando está en los controles de su querido barco, que a su manera hace pensar en una nave espacial (los mandos, el sillón). Finnegan bien podría haber sido un contrabandista galáctico (aquí estaba la conexión Han Solo…).

La película, como es lógico, ha envejecido regular en términos de fotografía y en lo referente a los efectos digitales de los tentáculos y la criatura final. También asoma lo viejuno en lo relativo al sistema de comunicaciones del crucero (esos CD…). Sin embargo, esta realidad no altera la sugerencia evocada, sobre todo porque se trata de una de esas películas que ya no se hacen. Lo digital por cierto convivió con la vía de los efectos prácticos clásicos, representada en el momento gore del moribundo excretado.

El clímax de 'Deep Rising'
El genial clímax de 'Deep Rising' con la moto acuática
(Cinemanía)

Sobre el reparto, al pensar en Deep Rising brotan enseguida los nombres de Williams, Janssen, Kevin J. O’ Connor (en el rol del amigo gracioso de Finnegan), Studi y, en menor medida, Anthony Heald (el odioso dueño del crucero, con una muerte cruel como mandan los cánones y que por cosas del guion sabía mucho de bichos marinos mutados). En la revisión sorprende caer en la cuenta de que también estaban, entre los soldados, Jason Flemyng, Cliff Curtis y Djimon Hounsou.

Para cerrar el artículo aludiendo a la esencia molona de la película, este componente tuvo como colofón el clímax en el que Finnegan y la ladrona huyen de los tentáculos y de las llamas a bordo de una moto acuática a toda velocidad. Su carácter de serie B arrebatadora se completó con el epílogo en la isla. Qué pena que nunca se hiciera la segunda parte.

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