Carla Simón se une a Buñuel, Saura, Camus: los mayores triunfos del cine español en festivales internacionales

La cineasta catalana es la primera mujer de nuestro cine en ganar el máximo galardón de un festival internacional de clase A.
Carla Simón con el Oso de Oro por 'Alcarràs'
Carla Simón con el Oso de Oro por 'Alcarràs'
Vianney Le Caer
Carla Simón con el Oso de Oro por 'Alcarràs'

El triunfo de Carla Simón alzándose con el Oso de Oro del Festival de Berlín este año por su segundo largometraje, Alcarràs (estreno en cines el próximo 28 de abril), no solamente supone un enorme motivo de alegría sino también un hecho histórico al tratarse de la primera mujer del cine español que gana el máximo galardón de un festival internacional de clase A.

Así, el nombre de Carla Simón queda unido a grandes de nuestro cine como Luis Buñuel, Carlos Saura o Mario Camus. Precisamente toma el relevo del director cántabro, anterior cineasta español en ganar el Oso de Oro en Berlín; fue en 1983, por su adaptación de La colmena, compartiendo el galardón ex aequo con Ascendancy, de Edward Bennett. 

Desde entonces, solo la coproducción hispano-peruana de La teta asustada (2009), con la que Claudia Llosa ganó el Oso de Oro, nos había acercado de nuevo al premio más importante del festival. Cabe destacar que, además del logro pionero de Simón como directora, Alcarràs también supone el primer Oso de Oro para una productora española, María Zamora.

La historia del cine español en el Festival de Berlín

Desde su posición en el calendario, la Berlinale tiene la tarea de abrir cada año el circuito de festivales de clase A, los cuatro más importantes de la cinefilia internacional. El certamen alemán, donde Carla Simón empezó su carrera ascendente en 2017 con el premio de Mejor ópera prima por Verano 1993, ha sido el que tradicionalmente mejor ha tratado al cine español, exceptuando al Festival de San Sebastián.

En 1960, en plena dictadura franquista, fue César Fernández Ardavín el primer cineasta español en ganar el Oso de Oro con El Lazarillo de Tormes (1959), una coproducción hispano-italiana. En esa misma década, Carlos Saura ganó en dos ocasiones el Oso de Plata de mejor dirección: por La caza en 1966 y por Peppermint Frappé (1967) en 1968. Veinte años después, ya en democracia, Saura consiguió el Oso de Oro de 1981 con Deprisa, deprisa.

Unos años antes, la Berlinale consagró su palmarés a la contribución del cine español en 1978 con una decisión insólita: entregar el Oso de Oro a las tres películas españolas en competición. Esas fueron Las palabras de Max, de Emilio Martínez-Lázaro; Las truchas, de José Luis García Sánchez; y el cortometraje Ascensor, de Tomás Muñoz.

Uniendo a estos cinco directores los nombres de Mario Camus y Carla Simón, obtenemos el septeto de cineastas españoles que han ganado el Oso de Oro del Festival de Berlín en sus 72 ediciones de historia.

El cine español en los demás festivales internacionales

Cannes es el festival más importante del mundo y su Palma de Oro el galardón más prestigioso del planeta cine. La única de la cinematografía española la ganó Luis Buñuel con Viridiana en 1961 (ex aequo junto a Una larga ausencia, de Henri Colpi), sin contar coproducciones con participación española como El viento que agita la cebada (Ken Loach, 2006), Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas (Apichatpong Weerasethakul, 2010) y La vida de Adèle (Abdellatif Kechiche, 2013).

Carlos Saura ganó nuestro único Grand Prix de Cannes, la medalla de plata del festival, con Cría cuervos en 1976 (un ex aequo compartido con La marquesa de O, de Eric Rohmer). El Premio del Jurado, la medalla de bronce, fue en 1992 para El sol del membrillo, de Víctor Erice (otro ex aequo, en este caso con Una vida independiente, de Vitali Kanevsky); también hubo participación española en la coproducción de La carta (Manoel de Oliveira, 1999).

Por último, los dos únicos cineastas españoles que han ganado alguna vez el premio de mejor dirección en el Festival de Cannes han sido Luis Buñuel (Los olvidados, 1951; diez años antes de la Palma de Oro) y Pedro Almodóvar (Todo sobre mi madre, 1999); en 2006, el manchego ganó el premio de mejor guion por Volver.

En cuanto al Festival de Venecia, el más veterano del circuito, el cine español no tiene aún ningún León de Oro aunque en 1956 se quedó a las puertas. Calle Mayor, de Juan Antonio Bardem, quedó tan igualada con El arpa birmana, de Kon Ichikawa, que el jurado internacional se declaró incapaz de decantarse por una de las dos y, ante la imposibilidad de concederles el galardón ex aequo, declaró el premio desierto.

En 2004, Alejandro Amenábar con Mar adentro ganó el único Gran Premio del Jurado del Festival de Venecia puramente de nuestra cinematografía, sin contar coproducciones como El desafío (Francesco Rosi, 1958). En cuanto al León de Plata de mejor dirección, el único cineasta español que lo tiene es Álex de la Iglesia, por Balada tirste de trompeta (2010); un año en el que también ganó la Osella de Oro por su guion, como en anteriores ocasiones Pedro Almodóvar (Mujeres al borde de un ataque de nervios, 1988) y Bigas Luna & Cuca Canals (La teta y la luna, 1994).

El Festival de San Sebastián, la última cita del calendario festivalero, es considerablemente la que más presencia española ha tenido y tiene. Solo haremos recuento de las ganadoras de la Concha de Oro: La guerra de Dios (Rafael Gil, 1953), Sierra maldita (Antonio del Amo, 1954), El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), Furtivos (José Luis Borau, 1975), Demonios en el jardín (Manuel Gutiérrrez Aragón, 1982), La mitad del cielo (Manuel Gutiérrez Aragón, 1986), Las cartas de Alou (Montxo Armendáriz, 1990), Alas de mariposa (Juanma Bajo Ulloa, 1991), Días contados (Imanol Uribe, 1994), Bwana (Imanol Uribe, 1996), Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa, 2002), Los pasos dobles (Isaki Lacuesta, 2011), Magical Girl (Carlos Vermut, 2014) y Entre dos aguas (Isaki Lacuesta, 2018).

Por último, aunque quede fuera del circuito de festivales de clase A, merece la pena destacar la pujanza del cine español en el prestigioso Festival de Locarno, donde Albert Serra ganó el máximo galardón, el Leopardo de Oro, en 2013 con Història de la meva mort; y en cuya última edición Espíritu sagrado, de Chema García Ibarra, obtuvo una mención especial y los dos protagonistas de Seis días corrientes, de Neus Ballús, ganaron el premio de mejor actor.

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