Final explicado de 'Argylle', la comedia de espías de Henry Cavill, Bryce Dallas Howard y Dua Lipa

Matthew Vaughn ('Kick-Ass', 'Kingsman') deja las puertas abiertas a una saga de espionaje con un sorprendente final. Su escena postcréditos lo cambia todo. 
Fotograma de 'Argylle'
Fotograma de 'Argylle'
Cinemanía
Fotograma de 'Argylle'

[ESTA PELÍCULA CONTIENE SPOILERS DE ARGYLLE]

Habríamos pagado dinero por ver la cara de los mandamases de Fox después de darse cuenta de que Matthew Vaughn había ignorado todas sus "recomendaciones" para Kingsman: Servicio secreto (2014). 

“Deshazte del ceceo del supervillano”, pero ahí seguía Samuel L. Jackson pellizcándose la lengua. “Nada de explotar cabezas”, y Give It Up sonaba en aquel espectáculo pirotécnico. “Prescinde de esa secuencia en la que Colin Firth aniquila feligreses en una iglesia”, y Vaughn hacía de un actor cuya mayor hazaña física en cine había sido agarrarse de los pelos con Hugh Grant, el protagonista de esta histórica toma de acción.

Hace 10 años, Matthew Vaughn re rio del cine de espías con el inicio de la saga Kingsman, una apuesta descacharrante que nos descubrió a Taron Egerton en perfecto esmoquin y hasta arriba de gadgets elegantes. Una década, una secuela y una precuela después, el director regresa a la comedia sobre el oficio de agente secreto con Argylle.

Antes de su estreno, la película ya acaparó titulares por el misterio en torno a la identidad desconocida de la escritora de la novela en la que se basa y que responde al nombre de Elly Conway (se ha rumoreado incluso de que se trata de Taylor Swift). Curiosamente, la trama del filme se contagia del enigma y convierte a Elly Conway en protagonista de la historia.

La Elly Conway (Bryce Dallas Howard) de la pantalla grande es una solitaria y exitosa autora con una serie de novelas de espionaje superventas, que disfruta de una vida tranquila con su gato Alfie. Cuando uno de sus libros sobre el agente secreto Argylle (Henry Cavill), empeñado en sacar a la luz los trapos sucios de un sindicato del crimen a nivel global, se hace realidad y coincide con las operaciones encubiertas de una auténtica organización de espías, la escritora se ve obligada a ayudar a un agente secreto, Aiden (Sam Rockwell), a frenar a sus enemigos.

En un viaje que recorre Inglaterra, Francia y Arabia, Argylle desdibuja la línea entre la realidad y el mundo de ficción creado por la protagonista. Esta pronto descubre que, en lugar de la escritora Elly Conway, es Rachel Kelly, una espía a la que la organización criminal enemiga ha lavado el cerebro. Sus novelas son sus recuerdos de las misiones en las que ha participado, como la última en la que se disponía a exponer a la División de Ritter (Bryan Cranston) antes de que la capturaran y olvidara su vida. 

'Argylle': final explicado

Rachel/Elly descubre su verdadera identidad cuando Aiden la lleva con Alfred Solomon (Samuel L. Jackson), ex subdirector de la CIA y jefe en la sombra de la dupla que trata de dejar al descubierto las prácticas del sindicato de Ritter. En el tercer actor de Argylle, cuando los protagonistas visitan Arabia para recuperar la memoria con toda la información que compromete a Ritter y que guarda Saba Al-Badr (Sofia Boutella), un nuevo giro de guion desvela que Kelly traicionó a sus compañeros y se unió al enemigo en determinado momento.

Sin embargo, en el presente, esta prueba su lealtad a bordo de un buque en los últimos minutos del filme. Allí, además de salvar la vida a Aiden, protagoniza dos llamativas peleas, una con un colorido baile y otra con unos improvisados patines, para rescata la información sobre Ritter y enviársela a Solomon. 

Una vez en la cubierta, Rachel/Elly y Aiden intentan hacer llegar el contenido de la memoria a su cabecilla, pero Ruth (Catherine O'Hara), madre falsa de Elly y aliada de Ritter, toma el control sobre la protagonista con una caja de música con la que provoca que esta olvide sus recuerdos y se convierta en una arma de matar. 

Con Ruth dominando las acciones de Rachel/Elly, esta se enfrenta a Aiden y trata de matarlo. Su enamorado, al no poder hacer nada para despertarla de sus trance, decide rendirse para no herirla y termina tendido en el suelo, esperando a que la espía le aplaste la cabeza con su bota mediante un 'twist', como él le ha enseñado. 

Afortunadamente, la protagonista vuelve en sí y, con ayuda de su aliada Keira (Ariana DeBose), que aparece por sorpresa después de que la pareja la hubiera dado por muerta en su última misión (nada que no pueda solucionar un pañuelo que tapone bien una herida), frena a Ruth. 

Después de enviar los archivos a Solomon, los tres agentes se marchan en lancha mientras la embarcación en la que estaban minutos antes explota de fondo. La imagen de este trío es sustituida por la de Keira, Argylle y Wyatt (John Cena), sus homólogos en la novela de Conway, dando fin a su historia también. 

En la secuencia final, Rachel/Elly está leyendo su último libro de Argylle frente a sus lectores. Entre los asistentes, está Aiden, tosiendo al tener a Alfie sobre su regazo (es alérgico), además de Solomon y Keira. Justo cuando la historia parece haber concluido, cierto invitado se levanta durante la ronda de preguntas: un Henry Cavill con tupé y melena. La autora pone cara de sorpresa mientras este afirma que la protagonista tendrá preguntas para él. ¿Argylle es real? ¿Es algo más que el álter ego de Rachel? 

'Argylle': escena postcréditos

Aquí no acaban las sorpresas. Antes que nada, aclaremos que Argylle está intrínsecamente vinculada a Kingsman en contenido y forma. Incluso recupera a actores de la primera entrega como Samuel L. Jackson y Sofia Boutella, que daban vida al villano con ceceo y su secuaz en el filme de Firth y Egerton. Y, cuanto más avanza la trama, más se acerca a Kingsman en sus escenas de acción coloridas y el tono paródico, seguramente vaticinando lo que se viene.

La escena postcréditos arranca 20 años antes de lo acontecido en Argylle y nos traslada a un pub inglés, The King's Man. Dentro del local, un joven interpretado por Louis Partridge (Enola Holmes) habla con el dueño con un lenguaje en clave. Se trata de un agente que, sorpresa, responde al nombre de Aubrey Argylle. 

Se trata del personaje de Cavill, quien también existe en el presente de Argylle y parece ser miembro de los agentes de Kingsman, confirmando que todas las películas de espías de Vaughn comparten universo. Sin embargo, esta teoría plantea nuevas incógnitas. Si la saga Kingsman y Argylle tienen lugar en el mismo mundo, ¿por qué Samuel L. Jackson y Sofia Boutella interpretan a diferentes personajes en la primera de Kingsman y esta última película?

A falta de saber cómo justifica Vaughn este embrollo, que probablemente se resuelva en la tercera entrega de Kingsman, se nos ocurre una explicación: que todo sea una invención de Conway. La autora ha podido desarrollar las historias de Kingsman y Argylle, dando a sus personajes el físico de gente que forma parte de su vida. 

Si bien es emocionante para los fans de Kingsman reencontrarse con los espías con mejores modales de la gran pantalla en esta nueva aventura, Argylle resulta una apuesta confusa que abusa de los giros de guion y se pierde entre tanto engaño, tanta conexión y tanto misterio. 

Tanto su final como su escena postcréditos sorprenden, pero, en lugar de cautivar, hacen que el espectador se sienta estafado al cambiar por completo el significado del filme. 

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