Amaia Salamanca debutó en un episodio de Los hombres de Paco en 2007, pero lo que la hizo popular fue su personaje de Catalina en Sin tetas no hay paraíso, una de las telenovelas de mayor éxito en España en los últimos años. Desde entonces, Salamanca ha alternado la pequeña pantalla con las salas de cine, aunque es principalmente en la televisión donde la actriz ha encontrado su refugio gracias a series como Gran hotel o Tiempos de guerra.
Uno de sus papeles más recientes es el de Astrid en la serie Bienvenidos a Edén, disponible en Netflix, en la que, junto a otras celebridades de las redes sociales, el personaje de Amaia Salamanca viaja a una isla secreta para asistir a una fiesta, promocionada por una nueva marca de bebidas.
Gran parte de la carrera de Amaia Salamanca ha ido en consonancia con su atractivo: mujeres seductoras y poderosas que le hacían, en ocasiones, pasar un mal rato a los hombres que las pretendían, como le ocurre a Mario Casas en Fuga de cerebros. Sin embargo, esta trayectoria tuvo un pequeño receso en 2010, apenas unos meses después de haberse emitido el último capítulo de Sin tetas no hay paraíso. El proyecto responsable de este paréntesis se titulaba Felipe y Letizia.
La serie de los reyes Felipe y Letizia
Amaia Salamanca interpretó a la reina Letizia en la serie Felipe y Letizia, que constó de dos capítulos y que finaliza con la boda de los monarcas en la catedral de la Almudena. Su pareja en la ficción fue Fernando Gil (Spanish Movie y Machos alfa), mientras que los papeles de suegra y suegro recayeron, respectivamente, en Marisa Paredes (La flor de mi secreto y La vida es bella) y en Juanjo Puigcorbé, que ha interpretado, también, a Don Juan en la miniserie Sofía.
Pese a sus buenos datos de audiencia (24’6 % frente a los 24’7% de Hispania), la crítica no tuvo buenas palabras para Felipe y Letizia, ya fuese por sus diálogos o por sus inexactitudes históricas, como emplazar encuentro de Asturias entre los reyes un año antes de lo previsto o por involucrar a Letizia, aún como periodista, en una campaña sobre el cambio de pesetas a euros en 2002, cuando esta moneda llevaba ya dos años en curso.
La Casa Real no hizo declaraciones acerca de la serie y Letizia, en un acto, dijo que ignoraba que hubiese una serie en marcha sobre ella, aunque La Vanguardia informó que fuentes cercanas a Zarzuela reconocían que ni Letizia ni Felipe se habían sentido identificados con la miniserie de Telecinco, además de advertir cierta molestia respecto al retrato que, en la producción, se hace de el rey Juan Carlos y de Sofía.
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