Crítica de 'Golpe de suerte': vuelve el mejor Woody Allen, y probablemente ni él sepa cómo, ni de dónde

Dice Woody Allen en A propósito de nada, su última biografía, que todo lo que le hace falta a un crítico es “un conocimiento enciclopédico del cine, pasión, una gran pluma, pero nada de gusto”. Curiosamente, escribir sobre las películas del director neoyorquino se ha convertido, de manera casi exclusiva, en una cuestión de gusto. Analizados con objetividad académica, sus últimos trabajos no deberían ser tan irregulares, pero indudablemente lo son. Algunos resultan soporíferos y otros, como el caso que nos ocupa, están repletos de vitalidad. Y pese a su rendimiento desigual, todos tienen buenos repartos, localizaciones atractivas, a Vittorio Storaro en la dirección de fotografía e inquietudes narrativas similares. Los créditos siguen usando tipografía Windsor y las bandas sonoras siguen pareciéndose. 

La forma en la que Woody Allen plantea su personalísima puesta en escena parece ya, no por vaga sino por icónica, lo suficientemente identificable como para que una inteligencia artificial pueda replicarla, como ya ha ocurrido con la mirada de Wes Anderson o Tim Burton. De hecho, el comentario más habitual alrededor de Rifkin’s Festival (2020), su anterior obra, ambientada en el Festival de Cine de San Sebastián, era que parecía estar hecha por un imitador de Woody Allen, que tuviese todas sus claves formales, pero careciese de su corazón. 

Golpe de suerte tiene, sin duda, corazón. Reside en la pareja formada por Fanny (Lou de Lâage) y Alain (Neils Schneider). Ella es una joven que trabaja en el mundo del arte, casada con un adinerado hombre de negocios. Él es un bohemio escritor, enamorado de ella desde el instituto. Un fortuito encuentro les hace comenzar una inesperada relación, en la que la ilusión que consiguen transmitir sus intérpretes permite olvidarse de lo machacón de la primera parte, demasiado preocupada en reforzar sus premisas: un matrimonio que hace aguas, la frivolidad de los ricos, una mirada amarga hacia la duración del amor... Todo visto, pero esta vez, todo funciona. 

Quizás el secreto esté en la segunda mitad, en la que gana peso la comedia, el humor negro. Probablemente desde Si la cosa funciona (2009) o Blue Jasmine (2013) no era Woody Allen capaz de construir un personaje tan retorcido y genial como Jean Fournier, el marido rico y cornudo, interpretado con infinidad de recursos por Melvil Poupad. Devuelve a la filmografía de Allen una comedia física que acompaña cada gag, en una armonía entre el sketch y el diálogo ácido muy habitual en sus mejores trabajos, como Misterioso Asesinato en Manhattan (1993). 

Pero, pese a todo, creo sinceramente que todo esto es potra. Que, al igual que la pelota de tenis en Match Point (2005) podía caer en cualquier lado de la cancha, hemos estado a un suspiro de que a Allen le diese por hacer una película completamente distinta. Hemos estado a un aleteo de mariposa de que su carrera terminase -supuestamente es la última, veremos- en decepción. Gracias a Dios, no ha sido así. Esta es de la que gustan.

FICHA TÉCNICA

Golpe de suerte

• Director:

  Woody Allen

• Género:

  Romance

• País:

  Francia

• Sinopsis:

  El matrimonio aparentemente ideal de Fanny se tambalea cuando se topa accidentalmente con su excompañero de clase Alain. Pronto, ambos comienzan una relación totalmente inesperada.

• Guion: Woody Allen
  
  Reparto: Lou de Lâage, Niels Schneider, Valérie Lemercier, Melvil Poupad.
  
  Duración: 93 min.
  
  Veredicto: Hace que la anterior parezca mal hecha a propósito.
  
  Distribuidora: Wanda Films
  
  Estreno: 29/09/2023