El frío del invierno, ¿un buen aliado contra la obesidad?

  • Con frío consumimos más calorías para mantener la temperatura corporal.
  • Pero en invierno se engorda debido a la baja actividad física, los platos contundentes y la calefacción puesta a tope.
  • El ejercicio físico es mejor en invierno ya que activa la quema de grasas.
Una mujer se protege del frío.
Una mujer se protege del frío.
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Una mujer se protege del frío.

En esta sociedad del consumo, que come más de lo que necesita, elogiamos todo lo que nos hace la vida más fácil. Tal vez por eso elogiamos el calor frente al frío. Y sin embargo, el frío es sano, como aún podemos escuchar en muchos pueblos, y un aliado contra la obesidad.

Si hace frío consumimos más calorías para de ese modo poder mantener la temperatura corporal. Por eso, el doctor Rubén Bravo, supervisor de Nutrición y Endocrinología del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), asegura  que "el frío puede resultar un aliado oportuno contra la obesidad".

"Más de la mitad de lo que ingerimos está destinado a mantener la temperatura corporal: si hay frío ambiente, consumimos más calorías", ha comentado el experto, quien ha explicado que el deporte y las bajas temperaturas "activan el consumo de grasas que nos ayudan a adelgazar".

Pero el frío tiene su "lado oscuro". En invierno se tiende a engordar más debido a la baja actividad física, los platos contundentes y la calefacción puesta a tope.

El deporte, mejor en invierno

Bravo ha comentado que al contrario de lo que muchos creen, las bajas temperaturas no son un obstáculo para hacer deporte porque múltiples estudios demuestran que "el ejercicio físico realizado en un ambiente frío activa la quema de grasas". Además, en el verano existe un "mayor riesgo de insolación y sofocos".

Los que no están acostumbrados a realizar actividad física cuando la temperatura ronda el bajo cero, deben tomar medidas para que el sudor no se les enfríe, porque es la forma más rápida de coger un constipado.

"Si uno se abriga en capas, mientras realiza su rutina deportiva al aire libre y termina llegando a casa con una ducha caliente, el riesgo de resfriado es inexistente", explica el doctor.

Calefacción bajo control

Por esta razón, Bravo ha argumentado que no es conveniente poner al máximo la calefacción, sea en casa, en la oficina o en el coche, y si la temperatura ambiental se fija en 21,5 grados, "sería más que suficiente".

El doctor ha dicho que en invierno en la dieta hay que "priorizar la comida caliente, ya que nos ayuda a entrar en calor y saciar más rápido el hambre", pero desde luego, ha matizado, "es un error grave confundir una sopa con un cocido contundente".

"Si comemos de forma inteligente, no tendremos subidas y bajadas de peso durante el año, de modo que evitaremos la 'operación bikini'", ha expuesto el nutricionista.

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