De los 26 cantones de Suiza, el de Valais es uno de los más grandes, soleados y variados del país. Aquí están las estaciones de esquí más altas de Suiza y las favoritas de los esquiadores más arriesgados y profesionales, donde pueden disfrutar de dos mil kilómetros de pistas. Es en este cantón donde se encuentra el monte más famoso de los Alpes, el Monte Cervino, en la frontera con Italia, cuya silueta por cierto ya no veremos en el envase de los chocolates Toblerone.
En este cantón se encuentran el idílico pueblo de Zermatt y la fabulosa estación de Crans-Montana, desde donde el skyline alpino es el más imponente de los Alpes
Aquí se encuentran el idílico pueblo de Zermatt y la fabulosa estación de Crans-Montana, desde donde el skyline alpino es el más imponente de los Alpes, ya que se llegan a diferenciar decenas de picos “cuatromiles” de la cordillera, Cervino y Mont Blanc incluidos, así como los milenarios glaciares. Es tierra de nieve y alta montaña, pero también de importancia vinícola, cuya tradición y cultivo se remonta a 700 años antes de Cristo. Sus viñedos ocupan 5.236 hectáreas y los de la ribera sur del valle del Ródano forman espectaculares paisajes por su cultivo en terrazas, al ser también de los más escarpados. Los viñedos de Saillon y Riebe también tienen récords; el primero por ser el más pequeño del mundo y el segundo por ser el más alto de Europa Central, situado a 1.100 metros. Solo faltaba un Cristo para terminar de bendecir esta comarca suiza.
Lugar de peregrinación
En 1935 se inauguraba el Cristo de Lens, en el pueblo del mismo nombre, muy cerca de la estación alpina de Crans-Montana. Se levantó para conmemorar el decimonoveno centenario de la Pasión de Cristo y para recordar la hegemonía cristiana sobre el espíritu, el alma, las instituciones y la política de Valais, una invitación también a la paciencia y al coraje. El jefe del cantón de Valais, más de cuatro mil personas y todo el seminario de Sion, capital de Valais, acudieron al acto.
Desde entonces es importante lugar de peregrinación, pero ya a principios del siglo XX la colina de Châtelard, desde donde ahora reina el Cristo de Lens, había sido comparada con el Gólgota o Calvario de Jesús y en 1933 se instaló un Vía Crucis con sus catorce estaciones hasta lo alto de la colina. Sin duda un lugar muy especial.
A 1.271 metros de altitud y con sus 30 metros de altura, el monumental Cristo Rey de Lens es también uno de los situados a más altura del mundo
A 1.271 metros de altitud y con sus 30 metros de altura, el monumental Cristo Rey de Lens es también uno de los situados a más altura del mundo. Sin embargo, una peculiaridad lo hace único: no tiene ambos brazos abiertos en cruz sino que levanta el brazo derecho mientras que en el izquierdo porta la cruz de Cristo como símbolo de victoria y esperanza frente a la muerte. Está recubierto de bronce y en su cabeza se colocaron piedras de diferentes colores. Bajo su base hay una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Perpetuo Socorro y a los cuatro santos del Valais: San Mauricio, San Teódulo, San Pedro de las Lianas y San Bernardo de Menthon. En el pórtico de entrada están representados los escudos de los trece distritos del cantón.
Dos rutas para elegir
El sendero hasta los pies del Cristo de Lens es uno de los más de ocho mil con que cuenta este cantón. Desde el encantador pueblo de Lens se puede llegar caminando, pero también hay un parking más próximo al inicio de la ruta. Aunque el paseo no es extremo, el desnivel es de algo más de 610 metros, por lo que en algunos puntos se hace algo ¡cuesta arriba! De todas formas, hay dos opciones. La ruta circular y más larga es, sin embargo, más sencilla, y la ruta más directa, la que atraviesa el Vía Crucis, es más intensa. La primera trascurre bordeando la colina y pasa por la capilla dedicada a la Virgen de Lourdes. Si el recorrido se comienza desde el parking, la duración total hasta llegar a lo alto puede ser de 45 minutos; si se empieza desde Lens, algo más de una hora.
La ruta circular y más larga es, sin embargo, más sencilla, y la ruta más directa, la que atraviesa el Vía Crucis, es más intensa
El Vía Crucis es más cañero, pero estando en forma no presenta mayor complicación y, por supuesto, se puede y recomienda ir por uno de los senderos y regresar por el otro. Salvo días de nieve extrema, la ruta puede hacerse sin problema en cualquier estación del año; siempre será sorprendente por las increíbles vistas al Valle del Ródano y los Alpes y por la naturaleza entre la que discurre el camino. Si se hace con perros, en Suiza es obligatorio llevarlos atados. Al regresar, el encantador pueblo de Lens ofrece la esencia rural suiza, una preciosa iglesia, casas al más puro estilo “Heidi” y buena gastronomía regada con los vinos del Valais.
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