Para que una escapada sea inolvidable hay que buscar algo con lo que destaque y conseguirlo es tan fácil como apostar por un buen hotel. Pero en este caso no estamos pensando en uno que sea bonito, esté céntrico o tenga servicios exclusivos. Vamos un paso más allá con esta lista de hoteles muy especiales. Son hoteles ubicados en edificios emblemáticos y llenos de historia. Esos que incluso aparecen en las guías de viaje y en los que solo con verlo de lejos ya te sientes un afortunado. Aquí van algunos de los favoritos:
Vincci Capitol (Madrid)
Si piensas en Madrid, una de las imágenes más icónicas es la esquina de Gran Vía con Callao, donde el cartel de Schweppes llena de color la noche madrileña. Pues justo allí, detrás de ese cartel, puedes alojarte. Hoy todo el edificio está ocupado por el hotel Vincci y las vistas desde sus habitaciones son espectaculares, al igual que desde su bar.
El edificio que aloja al Vincci Capitol fue el primero de Madrid en contar con sistema centralizado de aire acondicionado
Aunque todo el mundo lo conoce por Capitol, realmente ese es el nombre de los cines que hay debajo. El edificio se llama Carrión y abrió sus puertas en los años 30. Su estilo art déco llamó la atención, pero mucho más el que fuese el primer edificio de Madrid en contar con sistema centralizado de aire acondicionado.
Áurea Palacio de Sagasta (Cádiz)
Cuando paseas por el centro de Cádiz hay un edificio que siempre llama la atención. Una preciosa fachada que desprende elegancia y clase, tal y como cualquiera de las estancias de este maravilloso hotel. El Palacio Sagasta es un buen ejemplo de lo que era una casa-palacio barroca en el siglo XVIII.
El Palacio Sagasta de Cádiz es un buen ejemplo de lo que era una casa-palacio barroca en el siglo XVIII
Después se convirtió en la Embajada Británica durante la Guerra de Independencia, de hecho todavía conserva detalles originales. Pero, sin duda, uno de los motivos por los que merece y mucho la pena este hotel (además de sus increíbles habitaciones) es su azotea. Allí destaca una de las torres mirador de mayor envergadura de la ciudad. Y, cómo no, una de las mejores vistas.
Alhambra Palace (Granada)
Si has visitado la Alhambra y has fantaseado con la idea de revivir aquella época llena lujo y belleza, este es tu hotel. Y es que en ocasiones es complicado diferenciar dónde termina el monumento y dónde empieza el hotel. Fue en 1905 cuando el duque de San Pedro ya tuvo claro el poder que iba a tener el turismo y mandó construir este hotel, que sigue siendo uno de los más lujosos de la ciudad.
Alojarse en el Alhambra Palace de Granada es casi como hacerlo en el mismo palacio nazarí
Cada detalle del interior recuerda a la cercana Alhambra y es pura fantasía desde la recepción hasta el baño, pasando por sus numerosos salones. Estilo neo-nazarí en su máxima expresión, donde no faltan arcos, mosaicos, cuidados artesonados y espejos. Te costará mucho decidir cuál es tu rincón preferido.
Los Agustinos (Haro, La Rioja)
Qué mejor forma de terminar un delicioso día entre bodegas que alojándose en uno de los hoteles con más historia y más espectaculares de la zona. Por eso, si estás buscando estancia en La Rioja, este hotel en Haro es la mejor elección.
Los Agustinos de Haro conserva huellas de sus etapas como convento, guarnición militar, cárcel y hospital
Durante sus 600 años de historia, el que sigue siendo uno de los edificios más bonitos ha sido convento, guarnición militar, cárcel y hospital. Todas estas funcionen han dejado su huella para crear espacios únicos. La zona del restaurante es preciosa, y sus habitaciones, con una cuidada decoración llena de elementos elegantes, pero nada recargada, son ideales para una escapada muy especial.
Palacio Ludovice (Lisboa)
Visitar Lisboa supone subir y bajar cuestas en busca del mejor mirador y uno de los que siempre encabeza la lista de más impresionantes es el Mirador de San Pedro de Alcántara. Y justo detrás hay un edificio cuya fachada amarilla destaca entre todas las demás. En su día fue la residencia privada de João Federico Ludovice, arquitecto del rey João V en el siglo XVIII. Y siendo el hogar de un arquitecto está claro que su interior va a ser muy especial. Y así lo es, sobre todo después de la reciente restauración a la que se sometió para convertirse en uno de los mejores hoteles de la ciudad.
El palacio Ludovice fue uno de los pocos edificios que resultó intacto tras el gran terremoto que asoló Lisboa en el año 1755
Hoy su interior es tan bonito que aun después de haber pasado el día pateando la ciudad te gustaría seguir con una visita guiada por cada rincón del hotel. Aunque también es buena idea quedarse en su restaurante, una de las estancias más especiales. Entre su larga historia hay que mencionar que fue uno de los pocos edificios que resultó intacto tras el gran terremoto que asoló gran parte de Lisboa en el año 1755.
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