La de Machado, la de Bécquer, la de Unamuno, Soria es una de esas provincias por descubrir para la gran mayoría. Lo primero, tal vez, es su naturaleza privilegiada, con magníficos bosques, embalses y lagunas.
Y luego está su patrimonio histórico-artístico. Sus vestigios arquitectónicos permiten viajar por la historia de restos prerromanos, murallas, monasterios, ermitas e iglesias. Y sus castillos, perfectamente enmarcadas en el paisaje. De estos últimos, de todos los que salpican la geografía soriana, destacamos estos seis.
Castillo de Almenar de Soria
La estructura de esta fortaleza, que data de los siglos XV y XVI, se basa en una planta cuadrada en cuyos vértices se erigen cuatro torres redondas. Además, los alrededores del castillo se encuentran rodeados de un foso y, tras las murallas, se pueden hallar diferentes estancias que conservan todavía hoy su su estructura primitiva. Gustavo Adolfo Bécquer escenificó aquí dos relatos de sus famosas Leyendas.
Castillo de Medinaceli
La monumental Medinaceli conserva parte de su muralla romana. En el extremo occidental de ésta se levanta el castillo, reconstruido sobre la primitiva alcazaba árabe del barrio viejo, de la que solo perduran las caballerizas subterráneas. Presenta planta cuadrada con torreones circulares en tres de sus esquinas y torre del homenaje de planta rectangular en el ángulo este. De muros ciegos, solo se abre la puerta de acceso, con grandes dovelas. Actualmente es el cementerio de la Villa. El casco histórico de Medinaceli está declarado Bien de Interés Cultural.
Castillo de Monteagudo de las Vicarías
Construido por la familia Hurtado de Mendoza entre los siglos XV y XVI, se trata de una fortaleza gótico-renacentista. El castillo se encuentra en el casco urbano de la villa, en el interior de la muralla que la rodeaba completamente y de la que se conservan bastantes restos. Tiene dos puertas, la principal y la falsa, con arcos apuntados y defendidas ambas por sendos matacanes. En su interior destaca el patio porticado renacentista, con doble galería y bella decoración de yesería plateresca en la superior.
Castillo de Berlanga de Duero
En el origen, en los siglos X y XI, hubo una fortaleza musulmana que, en el XII, tras la conquista castellana, se amplió con el cinturón exterior amurallado que se conserva. El castillo que hoy vemos fue construido entre los siglos XV, cuando tuvo la función de castillo señorial, y en el XVI, cuando se transformó en una fortaleza artillera.
Castillo de Calatañazor
Conocido también como Castillo de los Padilla, lo encontramos en este precioso pueblo soriano de casas de adobe, madera y piedra. De la fortaleza original sobreviven algunos lienzos y parte de la torre del homenaje (del siglo XIV). El antiguo patio de armas se abre hoy al caserío en forma de plaza porticada, presidida por los restos de la torre del homenaje y el rollo jurisdiccional. Por el noroeste, cuenta con un foso, mientras que por el valle de la Sangre la propia altura de los riscos ofrece una protección suficiente. Calatañazor está fortificada. De esa muralla se conservan lienzos en el noroeste y sur, tambores y una pequeña puerta.
Castillo de Gormaz
Llegó a ser la fortaleza europea más grande de su época y es la fortaleza árabe más grande de Europa. Su construcción comenzó en el siglo IX, durante el Califato de Córdoba, sobre los restos de otro castillo. Consta de dos partes separadas por un foso. Al este, el alcázar, la torre del homenaje, la "torre de Almanzor", el aljibe y los aposentos califales. En la parte oeste, una alberca y una explanada donde acampaban las tropas. Una gran puerta, la Puerta Califal, denota su origen islámico.
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