Qué ver y qué hacer en una de las ciudades más bonitas y menos conocidas de Flandes

Está considerada la capital de la cerveza y es una de las ciudades universitarias más importantes de Europa. ¿Te suena?
Plaza principal y Ayuntamiento de Lovaina.
Plaza principal y Ayuntamiento de Lovaina.
Flavio Vallenari
Plaza principal y Ayuntamiento de Lovaina.

Al nombrar Flandes, a la mente siempre llegan primero ciudades tan turísticas como Brujas o Gante, pero en esta región de Bélgica hay muchos más rincones por descubrir (o para repetir) y uno de ellos es Lovaina (o Leuven). Se trata de una encantadora ciudad con un rico patrimonio en la que siempre hay buen ambiente ya que son miles de estudiantes los que cada curso “invaden” Lovaina. Aquí encontrarás una amplia agenda cultural y una todavía más amplia oferta de ocio; tanto, que te costará creer que estés en una ciudad del centro de Europa.

Plaza Oude Markt, "la barra de cerveza más larga de Europa".
Plaza Oude Markt, "la barra de cerveza más larga de Europa".
Flavio Vallenari

La barra más larga de Europa

Así denominan los locales a Oude Markt y es que esta preciosa plaza está rodeada de edificios clásicos que no solo son espectacularmente bonitos sino que también tienen la particularidad de que todos, excepto dos que pertenecen a la Universidad, cuentan con un bar o restaurante en su parte baja, por eso se dice que esta plaza tiene la concentración de bares más alta de Europa y que juntos forman la barra la más larga. Así, visitar Oude Markt y no encontrar un lugar donde degustar una cerveza tradicional belga es imposible.

Se dice que la plaza Oude Markt de Lovaina tiene la concentración de bares más alta de Europa
Perspectiva de la famosa biblioteca universitaria en el mercado de la plaza Ladeuze.
Perspectiva de la famosa biblioteca universitaria en la plaza Ladeuze.
Getty Images

Su antigua Universidad

En Oude Markt es fácil encontrarse a los muchos universitarios que estudian en una de las universidades más antiguas de Europa, pero también en otros muchos puntos de la ciudad que también son interesantes para los visitantes.

Desde la torre de la Universidad, parecida a nuestra Giralda, se obtienen las mejores vistas de la ciudad

En la antigua Lonja de Paños está la sede central de la Universidad, un edificio por el que todos deben pasar antes de comenzar sus estudios y que hoy incluso tiene una tienda llena de souvenirs. También se puede visitar su biblioteca, un edificio curioso con una trágica historia detrás. Y es que los alemanes la quemaron por completo durante la Primera Guerra Mundial, pero rápidamente se reconstruyó con la ayuda de muchas bibliotecas e instituciones de Estados Unidos. Una vez se terminó el bonito edificio, se decidió construir una torre para acoger a un carillón que se sigue utilizando hoy en día.

En tu visita puedes acceder a la gran sala de lectura y después subir a lo alto de la torre, la misma que tanto recuerda a la Giralda sevillana y desde la que obtendrás unas estupendas visitas del centro de Lovaina.

El espectacular exterior del Ayuntamiento de Lovaina.
El espectacular exterior del Ayuntamiento de Lovaina.
Getty Images/iStockphoto

La gran joya

Aunque su cerveza, Stella Artois, es lo más conocido de Lovaina fuera de sus fronteras y la Universidad es lo que más personas atrae curso tras curso, el edificio de su Ayuntamiento es el gran símbolo de la ciudad. Una gran maravilla ante la que es fácil quedarse embobado.

De estilo gótico, se construyó con la idea de competir con el Ayuntamiento de Bruselas y pusieron todo su empeño (y dinero) en lograrlo. Sus obras comenzaron en 1439, pero el aspecto tan impresionante que sorprende hoy no lo tuvo hasta 400 años después, cuando se llenaron todos los nichos con las 236 esculturas que hoy lo adornan.

Las obras del edificio del Ayuntamiento comenzaron en 1439, pero el aspecto tan impresionante que sorprende hoy no lo tuvo hasta 400 años después

Todas y cada una de las personas representadas tienen nombre y apellidos, por lo que podemos considerar esta fachada como un auténtico salón de la fama en el que caben desde políticos hasta reyes, pasando por Papas, teólogos y artistas. Uno de ellos es el pintor Dieric Bouts, uno de los grandes pintores flamencos. Una de sus obras maestras, “La última cena”, se puede visitar en el templo que se encuentra justo frente al Ayuntamiento, la iglesia de San Pedro.

Aunque hasta el 28 de abril esta obra, junto a otras del artista, se pueden observar en la exposición que acoge el museo MLeuven. “Atelier Bouts” no solo muestra las grandes obras del pintor flamenco, también todo el proceso que se ha llevado a cabo de restauración y detalles que se han descubierto sobre su técnica.

Pequeña calle adoquinada con casas tradicionales de Flandes en el Gran Beaterio de Lovaina.
Pequeña calle adoquinada con casas tradicionales de Flandes en el Gran Beaterio de Lovaina.
iStock

Un poco de calma

En pleno centro de la ciudad encontramos un auténtico pueblo medieval que sigue siendo un oasis de calma hoy en día. Se trata del Gran Beaterio, un lugar muy especial que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que durante siglos acogió solo a mujeres, hasta 360 en su época de mayor esplendor.

El Gran Beaterio de Lovaina está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y durante siglos solo acogió a mujeres

Las beguinas no eran monjas. Sí hacían voto de castidad y de obediencia, pero eran libres de entrar y salir cuando quisiesen y de ejercer su profesión y manejar su dinero, algo un tanto complicado a comienzos del siglo XII, cuando se fundó. Hoy es posible perderse por ese laberinto de calles ya que, aunque se ha reconvertido en casas para los estudiantes, es una zona abierta al público por la que es un placer pasear.

La Abadía del Parque, a las afueras de Lovaina.
La Abadía del Parque, a las afueras de Lovaina.
Getty Images/iStockphoto

En plena naturaleza

En un paseo de unos treinta minutos (mucho menos en bici) se llega a uno de los lugares más especiales para los belgas, la Abadía del Parque, uno de los complejos monásticos mejor conservados de todo el país. Además de lo agradable que es pasear por su exterior, su interior y su mobiliario permanecen casi intactos desde el siglo XVII, destacando los relieves del techo de su biblioteca, una preciosidad que podrás admirar cómodamente acoplado en uno de sus sofás.

Fácil de llegar

Desde el aeropuerto de Bruselas un tren conecta Lovaina en tan solo quince minutos y, si quieres ir desde Bruselas ciudad, en veinte minutos llegarás desde la Estación Central. Eso sí, aunque es posible realizar una visita en el día, es muy recomendable quedarse en Lovaina al menos 48 horas para disfrutar al máximo de su estupendo ambiente.

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