Lo dicen los locales y también la Economist Intelligence Unit, la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist: Viena es la mejor ciudad del mundo para vivir. Y esta no es ni la primera vez que lidera este ranking ni la única vez que le otorgan este título tanto por este medio como por otros igual de prestigiosos del todo el mundo.
Según la Unidad de Inteligencia de la revista “The Economist”, Viena es la mejor ciudad del mundo para vivir
Los motivos que hacen de la capital austriaca el destino ideal para vivir es su gran oferta cultural y de ocio junto a sus excelentes infraestructuras y transporte público. También se valoran otras áreas como el sistema educativo y la seguridad.
Para ir abriendo boca
Pero antes de empezar a buscar piso y trabajo en la ciudad de la música clásica y los cafés está bien empezar por pasar allí unas vacaciones o una escapada y empezar así a conocer la ciudad poco a poco. El verano es una de las mejores épocas para ir a Viena ya que su agenda está repleta de actividades para todos los gustos, donde obviamente el arte y la música son siempre grandes protagonistas.
La la capital austriaca es ideal para vivir por su oferta cultural y de ocio, sus infraestructuras, transporte público, sistema educativo y seguridad
En breve comenzará la Sommer Rhapsodie. Un completo festival que se celebra en los preciosos jardines del Palacio Liechtenstein y que combina arte, música y gastronomía. En el Teatro de Marionetas del Palacio de Schönbrunn sus famosas figuras vuelven a enamorar tanto a niños como a mayores, y el ImPulsTanz, el festival de danza más grande de Europa, pondrá a bailar a toda la familia con músicas del mundo.
Repaso a los clásicos
Si hay un personaje histórico que sigue muy presente en Viena es la figura de la emperatriz Sissí. El cine y la literatura han ayudado a que su personaje traspase fronteras, pero también a que la idea que tenemos de ella sea algo diferente a la que fue en realidad.
Para conocerla bien, nada mejor que recorrer el Palacio Hofburg, la que fue su residencia en la capital de su imperio y que hoy acoge una extensa exposición sobre ella y su vida. Entre los objetos que se exponen se incluye incluso el primer diente de leche que se le cayó.
El palacio Hofburg y las calles del centro de Viena parecen sacados de un decorado de película
El Palacio Hofburg, lugar de residencia durante ocho siglos de los Habsburgo, también parece sacado de un decorado de película, al igual que las calles que rodean a la catedral de San Esteban, reconocible por su tejado de colores.
El Ring de Viena
Otro imprescindible es el precioso palacio de estilo barroco de Belvedere, que hoy acoge la Galería de Austria y donde encontramos la mayor colección de obras de Klimt, incluido su famosísimo “Beso”.
Un poco más apartado de la zona central de la ciudad, delimitada por la avenida de circunvalación Ringstrasse o Ring de Viena, hay que seguir el curso del Danubio y visitar otros lugares de interés como la gran noria del Prater o la escuela de los niños cantores de Viena. Y si tiene tiempo, busque el número 54 de la Praterstrasse y entre en la casa museo del genio de los valses, Johann Strauss hijo. Aquí fue donde compuso “El Danubio Azul”.
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