A finales del invierno, sobre todo en los meses de febrero y marzo, un manto blanco cubre los alrededores del pintoresco pueblo portugués de Torre de Moncorvo. Pero no es precisamente nieve lo que hacer cambiar el paisaje, sino la floración de cientos de almendros. Por este motivo, la villa se ha ganado el apodo de 'la capital de los almendros'. Pero más allá de sus tierras de cultivo, esta localidad guarda muchos otros encantos para todo aquel que quiera descubrirlos.
Un espectáculo natural y gastronómico
El pueblo de Torre Moncorvo, muy cercano a la frontera con España, pertenece al distrito de Braganza y se encuentra en la confluencia de los ríos Sabor y Duero, en el fértil Valle de Vilariça. Un buen momento para visitarlo es durante la floración de los almendros, no solo para contemplar ese espectáculo de la naturaleza, sino también para disfrutar de la feria de artesanía que organiza el Ayuntamiento cada año por esas fechas y da a conocer la región a través de la iniciativa "Almendros en Flor".
Pasear por los campos donde el blanco con ligeros tonos rosados de los almendros es una experiencia mágica, a la que se suma la parte gastronómica. En nuestra visita a esta villa no podemos perdernos deliciosas especialidades regionales como las almendras recubiertas e incluso asistir a su ritual de su elaboración.
Importantes templos religiosos
Torre Moncorvo fue un importante núcleo comercial entre los territorios al norte del Río Duero y la zona vinatera de Beira Alta. Esa prosperidad dio origen a la construcción de muchos templos religiosos como la imponente Iglesia Matriz del siglo XVI, que se alza en el corazón del pueblo con una altura de 30 metros.
También destaca la Iglesia de la Misericordia, construida bajo un estilo renacentista. Asimismo, merece la pena visitar el Museo del Hierro y de la Región de Moncorvo, que nos muestra cómo fue la evolución de la industria minera en la zona, así como información sobre la historia y las costumbres locales.
Cómo llegar a Torre de Moncorvo
El pueblo de Torre de Moncorvo se encuentra a tan solo 40 minutos de la frontera con España. Por ejemplo, las localidades salmantinas de Salto de Saucelle y La Fregeneda se encuentran a 50 minutos. Por otro lado, desde la ciudad de Salamanca, es trayecto asciende a 2 horas y 20 minutos por la CL-517.
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