En la zona más septentrional de Francia, en la región de Normandía, se sitúa el Monte Saint-Michel, un islote rocoso rodeado de una increíble bahía. Fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO en el año 1979, uno de los primeros del país galo. Las calles estrechas y empedradas junto a la impactante abadía que se encuentra en la cima del islote, nos da la sensación de estar en un cuento de hadas.
Un recorrido por el Monte Saint-Michel
En el islote rocoso, donde se encuentra el Monte Saint-Michel, se unen las aguas del mar Atlántico y el estuario del río Couesnon. Cuenta además con una sorprendente historia, leyendas y monumentos de gran interés cultural y artístico.
Antes, los ciudadanos de la isla quedaban atrapados cuando subía la marea, motivo por el cual, en el año 2015, se construyó un puente, que conecta el islote con la región de Normandía en el continente.
El Monte Saint-Michel tiene una extensión de 4 kilómetros cuadrados. La localidad medieval está rodeada por una alta muralla que cuenta con una abadía en su interior, con una altura de 170 metros sobre el nivel del mar. La puerta principal es la Puerta del Rey, situada en la zona meridional del recinto.
La muralla fue construida, aproximadamente, en el siglo XIV, durante la Guerra de los Cien Años, para evitar la entrada de los enemigos. Es por ello que está reforzada por grandes torreones, troneras, puentes levadizos y fosos.
El Monte Saint-Michel es un lugar de ensueño, sus casas están construidas con piedra de granito y con tejados de pizarra o de madera, con un entramado de madera, también conocido como 'pan de bois', típico de la arquitectura medieval francesa. En ellas es posible ver saeteras, ventanillas muy estrechas, que antiguamente servían para vigilar a los enemigos.
Los edificios están colocados de manera escalonada, y van desde la muralla hasta la abadía, atravesados por La Grande Rue, la calle principal. Esta cuenta con aproximadamente 300 metros llenos de tiendas y restaurantes.
La ciudad del libro
El Monte Sant - Michel, además de ser un precioso lugar situado en una bahía, es conocida como 'la ciudad del libro', y es que aquí antaño se reproducía una enorme cantidad de obras. Además, era un importante punto de peregrinaje, que recibió peregrinos de la talla de reyes y personajes históricos como Juana de Arco, quien acudió a la isla durante la Guerra de los Cien Días.
Uno de los visitantes más frecuentes fue el compositor Claude Debussy. Le gustaba tanto visitar este mágico lugar que hasta le dedicó una obra musical conocida como 'La catedral sumergida'.
'La maravilla'
La abadía del Monte Saint-Michel es la obra de arquitectura gótica más monumental de toda Europa, de ahí que la apodaran 'La maravilla'. Fue levantada en el año 966, aunque fue remodelada en varias ocasiones durante la Edad Media.
Bajo la sala central se esconden la capilla de Trente-Cierges, la de Saint-Martin y la cripta del coro. Los enfrentamientos bélicos provocaron su abandono, hasta que en el siglo XIX se restauró. Está abierta 362 días del año y es totalmente gratuita para los menores de 26 años, si no tiene un coste de 11 €.
Cómo llegar
El trayecto en coche hasta el Mont Saint Michel desde Rennes, es de 1 hora por la carretera A-84. Desde Caen es de 1 hora y 21 minutos por la carretera A-84.
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