La Costa Azul atrae a los turistas por su ambiente glamuroso, sus paisajes naturales que combinan el mar y la montaña y los bellísimos pueblos que salpican todo el litoral. Entre ellos, hay una pequeña localidad que destaca por encima de las demás, literalmente, y es que se encuentra en lo alto de un acantilado donde rompen las aguas del Mediterráneo.
Hablamos de Èze, una de las villas más bonitas de esta zona de Francia. Casitas de piedra, edificios históricos y unas maravillosas vista son tan solo alguno de los elementos que hacen de este lugar el destino perfecto para una escapada al país galo.
Monumentos históricos y el recuerdo de Nietzsche
A tan solo 12 kilómetros del centro de la ciudad de Niza, se sitúa el pintoresco pueblo de Èze, dentro del departamento de Alpes Marítimos. Entraremos a la villa atravesando una puerta fortificada del XIV y nos sumergiremos en un entramado de callejuelas, casas medievales, tiendas de artesanías, perfumerías, restaurantes con estrellas Michelin…
Entre sus edificios históricos, destaca la Iglesia de Notre-Dame-de-l'Assomption, de estilo neoclásico, y la Capilla de los Penitentes Blancos, el edificio más antiguo de la localidad, construido en el año 1306.
Por otra parte, podemos descender hasta la zona baja del pueblo, Èze-Bord-de-Mer, por el sendero Chemin de Nietzsche, llamado así en honor al filósofo alemán, un amante de la belleza de la villa francesa. Aquí pasearemos entre casitas de fachadas rosas y ocres, una frondosa vegetación mediterránea y playas de piedras.
Tranquilidad máxima en un jardín exótico
Uno de los principales atractivos de Éze es su sorprendente Jardín Exótico, que "ofrece la oportunidad de descubrir plantas exóticas y la historia y tradiciones del pueblo", señalan desde Turismo de Éze. Está ubicado en la parte más alta de la población, concretamente en las ruinas de un antiguo castillo construido durante la segunda mitad del siglo XII. En este espacio podremos relajarnos entre hermosas composiciones florales y numerosas especies de cactus, al mismo tiempo que nos maravillamos con las vistas de la costa.
A las plantas del jardín, que provienen de todas partes del mundo, se suma un conjunto de quince esculturas de Jean-Philippe Richard, que no hacen más aumentar la belleza del lugar. Finalmente, encontraremos una terraza panorámica con tumbonas donde sumergirnos de lleno en una máxima relajación.
Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios