Castellón es un destino capaz de enamorar a todos los sentidos y la nieve no suele faltar a su cita cada invierno en el interior de la provincia. Todo castellonense que quiera disfrutar de un maravilloso día de nieve tan solo tiene que coger el coche y recorrer unos pocos kilómetros.
Si tu próximo destino es Castellón y quieres conocer algunos de los mejores lugares donde presenciar fascinantes paisajes cubiertos de nieve, aquí te mostramos algunos de ellos.
Morella
El municipio de Morella es uno de los favoritos para disfrutar de la nieve en Castellón. Recientemente, la Organización Mundial del Turismo ha incluido este lugar entre los Mejores Pueblos Turísticos de 2021. No dudes en visitar su joya más preciada, el castillo de Morella que data del III milenio antes de Cristo. Además, puedes acercarte a ver la iglesia arciprestal Santa María la Mayor con arquitectura gótica y el Convento de San Francisco próximamente convertido en Parador Nacional de Turismo.
La Pobla del Bellestar (Vilafranca)
Situado a 1.140 sobre el nivel del mar y junto al cauce del Río de las Truchas, este municipio sirve de límite entre la Comunidad Valenciana y la de Aragón. Entre los diversos edificios que puedes descubrir destaca la ermita de San Miguel, primitiva parroquia del pueblo. También es de gran importancia el puente gótico, que a veces se ha dicho erróneamente que es romano.
Arroyo Cerezo (Castielfabib)
Arroyo Cerezo fue fundado en el siglo XVI. Es el núcleo habitado más alto de la Comunidad Valenciana, al encontrarse a 1.330 metros de altitud. Rodeado de extensos pinares, robles y sabinas, en su cumbre confluyen las fronteras de Aragón, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Uno de los lugares más populares que ver en Arroyo Cerezo es la Cruz de los Tres Reinos, un cerro situado en las proximidades.
Sant Joan de Penyagolosa (Vistabella del Maestrat)
El Santuario de Sant Joan de Penyagolosa está declarado como Bien de Interés Cultural. Su construcción de origen medieval cuenta con posteriores ampliaciones neoclásicas y barrocas. La iglesia también se amplió a finales del siglo XVIII con bóvedas de lunetos y una capilla lateral, dedicada a Santa Bárbara.
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