Realizar un gran viaje a un destino lejano y exótico forma parte de los sueños, de los anhelos, de aquello que gustaría realizar al menos una vez en la vida. Cumplir ese sueño puede ser además compatible con el respeto y el cuidado del planeta. En estos destinos se puede sentir el latido de su corazón más ecológico porque aquí quien manda es la naturaleza.
En estas selvas, islas, montañas y ríos se siente el latido más auténtico y natural del planeta Tierra
COSTA RICA
No existe un destino igual para hacer realidad un viaje cien por cien verde y ecológico. Costa Rica es, definitivamente, el lugar donde vivir un ecoturismo sin fisuras. Su reconocida sostenibilidad se debe no sólo a ser el vergel más codiciado de Centroamérica sino también el país con la mayor biodiversidad del mundo. A ello se suma un inigualable respeto por el medio ambiente, que se hace efectivo al tener más de un cuarto de su superficie bajo protección o al producir toda su electricidad con fuentes renovables. Para más inri, este diminuto territorio ha alumbrado un concepto de hotel que avala su orientación eco-friendly a través de la Certificación para la Sostenibilidad Turística (CST), en la que los establecimientos están categorizados por Hojas (así como en gastronomía son Estrellas) para que comulguen el lujo con el cuidado de la naturaleza.
Costa Rica es el país con la mayor biodiversidad del mundo y el lugar donde vivir un ecoturismo sin fisuras
TORRES DEL PAINE
Catalogado como la Octava Maravilla del Mundo, este Parque Nacional esculpido con colosos de piedra y hielo no sólo es la reserva más famosa de Chile sino uno de los espacios protegidos más sublimes del continente americano. Un universo de glaciares y fiordos que ocupa la punta occidental del Cono Sur, el lugar donde la tierra queda desmenuzada en la antesala del fin del mundo. Aquí, en el rincón más remoto y místico de la Patagonia, la naturaleza se expresa de manera tan superlativa que su disfrute sólo puede tener una orientación ecológica. Muchos deciden recorrerlo a pie. Para ello está la W, su ruta más célebre, sólo apta para cuerpos en forma y mentes convencidas de que el itinerario de sus 76,1 kilómetros no les llevará menos de cuatro o cinco días.
MONTAÑAS ROCOSAS
Pocos escenarios resultan tan deslumbrantes como el que conforma este sistema de cordilleras montañosas que se eleva como una enorme muralla, sin interrupción, paralela a la costa oeste de Norteamérica. Desde Canadá hasta Estados Unidos y a lo largo de todo un rosario de parques nacionales (Jasper, Banff, Kootenay, Yoho, Waterton…), esta barrera geológicamente más antigua que los Alpes o el Himalaya encarna el concepto de inmensidad, de belleza infinita e inabarcable. Una espina dorsal en la que todo es poderosamente grandioso: desde la plétora de lagos esmeralda hasta los ríos de aguas bravas, desde las rocas de filo imposible hasta los valles profundos. Y, por supuesto, el horizonte dentado de unas imponentes montañas que son el hogar de los osos.
Las Montañas Rocosas vertebran la costa oeste de América del Norte y son más antiguas que los Alpes y el Himalaya
LAS CATARATAS VICTORIA
Es uno de los mayores espectáculos naturales del África austral. Las cataratas Victoria, declaradas Patrimonio de la Humanidad, constituyen el salto de agua del río Zambeze situado en la frontera de Zambia y Zimbabue. La impactante cascada, con más de sesenta millones de litros de agua que vierte cada minuto desde una altura de 107 metros, forma parte de dos parques nacionales: el Parque de Mosi-oa-Tunya, en el primero de estos países, y el Parque de las Cataratas Victoria, en el segundo. Más allá de la contemplación del atronador desplome, que de por sí ya justifica el viaje, también se puede emprender un adrenalínico rafting por los 19 rápidos del río, dar un paseo en barco al atardecer o hacer un respetuoso safari junto a leones que han nacido en cautividad.
ISLAS GALÁPAGOS
Trece islas y un sinfín de islotes, la naturaleza en su estado primigenio y sin adulterar, los ecos de Darwin en su definitiva teoría de la evolución. Así es este archipiélago del océano Pacífico, emplazado a mil kilómetros de la costa continental de Ecuador. Un lugar que no sólo cuenta con el título de mejor destino sostenible de América, sino que, además, exhibe un alto grado de biodiversidad y endemismo debido a su aislamiento geográfico e histórico. Se han reportado más de 3.000 especies marinas existentes, de las cuales el 18.2% son endémicas. Aquí no encontramos paisajes tropicales y playas exuberantes, pero sí tortugas, iguanas, caballitos de mar, pelícanos, leones marinos… e innumerables ejemplares de fauna que se puede apreciar a pocos metros.
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