Casi mil años de historia de la realeza se esconden entre las paredes del Castillo de Windsor. Esta imponente fortaleza no solo es una joya de la monarquía británica, sino también de la arquitectura, ya que es el castillo habitado más grande y antiguo del mundo. Visitarlo es posible, con un recorrido que nos hace viajar en el tiempo a través de sus diferentes etapas y conociendo a los 40 reyes que allí habitaron.
La historia del Castillo de Windsor
Por órdenes de Guillermo el Conquistador, se empezó a erigir el Castillo de Windsor alrededor del año 1070, para proteger el acceso occidental a Londres. Sin embargo, al tener una fácil conexión con la capital y estar cerca de un bosque, pronto se transformó en una residencia real. En 1110, Enrique I fue el primero en residir en el castillo, y su nieto Enrique II lo convirtió en palacio a finales del siglo XII y sustituyó los muros originales de madera con piedra.
En la década de 1350, Eduardo III convirtió a Windsor en un palacio gótico con el objetivo de que tuviera áreas para negocios oficiales y para uso privado. Por su parte, los monarcas de la dinastía de los Tudor continuaron añadiendo mejoras; por ejemplo, Enrique VIII mandó a construir una terraza de madera desde donde observar la caza en el parque de abajo, e Isabel I llevó a cabo un extenso programa de reparaciones.
Carlos II modernizó los apartamentos reales y otorgó al interior del castillo una apariencia aún más majestuosa con costosos textiles y tapices. Jorge III quiso transformar también el exterior del edificio en un palacio gótico, un proyecto que continuó Jorge IV, haciendo que tuviera una apariencia más imponente con más torres y almenas. Bajo las órdenes de Guillermo IV, se creó la Cámara de Waterloo, celebrando la derrota de Napoleón Bonaparte.
Durante el reinado de Victoria, "Windsor fue el palacio principal de la monarquía británica y el foco del Imperio Británico y de casi toda la Europa real, muchas de cuyas familias estaban relacionadas con la Reina", señalan desde Turismo de Gran Bretaña. Posteriormente, Eduardo VII y su sucesor Jorge V, volvieron a darle luz a los decorados del interior del castillo.
Cuando el rey Jorge VI ascendió al trono en 1936, él y la reina ya vivían en Windsor, de hecho Isabel II se crio en el palacio; durante su reinado pasó muchos fines de semana allí y fue su residencia permanente desde 2021. En la actualidad, en el castillo viven y trabajan más de 500 personas y es una de las visitas turísticas más populares del país.
La visita a Windsor
Durante el recorrido, los visitantes pueden adentrarse en espacios tan majestuosos como la la Gran Sala de Recepción y su decoración dorada; la Cámara de Waterloo y su enorme mesa; las habitaciones construidas para Carlos II y su reina, Catalina de Braganza; los apartamentos privados creados para Jorge IV, y la Capilla de San Jorge, uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica de Inglaterra, entre otras muchas cosas.
También podremos contemplar el famoso Cambio de Guardia los jueves y sábados; y por supuesto admirar las impresionantes obras de arte de la Colección Real, como por ejemplo, pinturas de Hans Holbein, Van Dyck y Rubens.
El Castillo de Windsor se puede visitar de jueves a domingo. Del 1 de marzo al 31 de octubre abre de 10 a 17:15 y del 1 de noviembre al 28 de febrero de 10 a 16:15.
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