La espectacular gruta azul de Capri, un lugar maldito y de culto que es un reclamo turístico

La gruta azul de Capri, Italia
La gruta azul de Capri, Italia
Getty Images/iStockphoto
La gruta azul de Capri, Italia

Bañada por las aguas del mar Tirreno, la isla de Capri es uno de los destinos más espectaculares de Italia. Caracterizada por sus hermosos paisajes naturales, el lugar es perfecto para una escapada. De hecho,  algunos de los grandes emperadores romanos como Tiberio o Augusto la usaron como lugar de descanso. 

De todas las actividades que ofrece, una de las más demandadas es la excursión en barco por sus alrededores, y no es para menos, pues la isla esconde secretos que nunca imaginarias. Uno de ellos es lo que se conoce como la gruta azul de Capri, una cavidad con una belleza única donde se entremezclan distintas tonalidades de azul. Esto hace que el lugar se convierta en un cóctel de sensaciones difícil de olvidar. 

Un lugar de culto y maldito 

Geológicamente hablando, la gruta azul es un sistema cárstico de cavidades subterráneas abiertas al mar, que confluyen en un espacio más amplio conocido como la Catedral Azul. Esta es la única que está abierta al público y se encuentra en la cara norte de la isla. El lugar alberga una profundidad de 60 metros de largo y 25 de ancho, permitiendo una visita de lo más cómoda. 

La gruta azul de Capri, Italia
La gruta azul de Capri, Italia
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Igualmente, los hallazgos arqueológicos encontrados en 1963 han demostrado que la gruta fue utilizada como Ninfeo. Se trata de una especie de santuario donde se rendía culto a dioses menores relacionados con las fuerzas de la naturaleza. Estos restos se conservan hoy en día en el Museo della Casa Rosa, en Anacapri. A su vez, también se encontraron una serie de estatuas de época romana que representan a Poseidón, Tritón y otras criaturas marinas. 

Sin embargo, con el paso del tiempo la gruta cayó en el olvido y sobre ella surgieron numerosas leyendas, hasta el punto de ser considerada un lugar maldito. Tanto es así, que se decía que estaba guardada por espíritus diabólicos que volvían loco a cualquiera que entrase en ella. No obstante fue redescubierta en el siglo XIX por el poeta August Kopisch. 

Qué ver en la gruta

A la cavidad se accede por una apertura de apenas un metro de altura, que una vez superada se pasa directamente a la bella Catedral Azul. A la izquierda del fondo de la cueva se pueden apreciar varias aperturas en la pared rocosa que se comunican con la gruta Guarracini

En cambio, por el lado sur occidental se ubica una plataforma romana que nos conduce a la Galería de los Pilares, que enlaza a través de un pasadizo con la conocida como la Sala de los Nombres. Esta se caracteriza por contener firmas de los antiguos visitantes que se adentraron en el lugar. 

Cómo visitarla 

Tal y como señala el portal visitarcapri.com, la visita se realiza en compañía de un marinero en una pequeña barca en la que pueden subir hasta 4 personas, por un coste de 14 € cada una. Puedes subir directamente a ella en la parada situada al final de Via Pagliaro o coger una lancha motora desde el puerto Marina grande y hacer trasbordo a la barca. Otra alternativa es contratar un servicio privado por un precio que oscila entre los 150 y 200 €.

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