Cinco pueblos en los que se respira paz y es más fácil desconectar este verano

Si tu objetivo estas vacaciones es olvidarte de todo y disfrutar de unos días en completa tranquilidad… esto te interesa
Pueblo mediterráneo del Cabo de Gata.
Pueblo mediterráneo del Cabo de Gata.
Getty Images/iStockphoto
Pueblo mediterráneo del Cabo de Gata.

Descansar, echarte todas las siestas que puedas, comer bien y dar largos paseos para despejar la mente. Si este es el plan que más deseas para estas vacaciones en España o para una simple escapada este verano, olvida las ciudades o los destinos turísticos más solicitados, por mucho que esa oferta en un hotelazo que acabas que ver te esté llamando a gritos.

A estos pueblos es posible que cueste llegar, pero luego se guardarán para siempre en la memoria

Buscar un pueblo pequeño en el que alegrarse si la cobertura no es buena y en el que la oferta hotelera es limitada puede suponer un esfuerzo más para tu agotada mente, pero aquí tienes una ayuda en forma de cinco pueblos a los que igual te cuesta llegar, pero que guardarás para siempre en tu corazón. Y es que, además de tranquilos, pequeños y manejables, son muy bonitos.

1. Sos del Rey Católico (Zaragoza)

Sos del Rey Católico.
Sos del Rey Católico.
Getty Images/iStockphoto

Se trata de uno de los pueblos medievales más bonitos y también mejor conservados; tanto, que algunos rincones parecen sacados directamente de un decorado. Sí, su nombre está relacionado con Fernando El Católico, ya que fue aquí donde nació este rey.

El pueblo medieval y aragonés donde nació Fernando El Católico es uno de los más bonitos y mejor conservados 

Además de subir y bajar sus cuestas y perderse por su laberinto de calles, sus alrededores son una maravilla. Podrás encontrar otros pueblos preciosos y nada masificados, como Uncastillo; parajes naturales para desconectar por completo, como la cercana Foz de Lumbier, e incluso unas ruinas romanas de las que seguro que no habías oído hablar y que no cobran entrada por la visita, los Bañales.

2. Castro Caldelas (Orense)

Vista aérea de Castro Caldelas al amanecer.
Vista aérea de Castro Caldelas al amanecer.
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Situado en el corazón de la Ribeira Sacra, este pequeño pueblo coronado por un castillo del siglo XIV es ideal para aquellos que les gusta el buen comer y, sobre todo, el vino. Y es que la zona está repleta de bodegas que abren sus puertas para visitas y catas. Eso sí, no pidas un albariño, aquí se bebe godello. Sin ir muy lejos te puedes perder en esos bosques gallegos siempre tan verdes y fotografiar varias cascadas. Además, muy cerquita tienes algunos de los miradores más impresionantes sobre el río Sil.

3. Calatañazor (Soria)

Calle tranquila de Calatañazor.
Calle tranquila de Calatañazor.
Getty Images/iStockphoto

Perfecto para los que su principal requisito es dormir fresquito. Pero también para los amantes de la historia o los que quieren disfrutar de la naturaleza. Situado a medio camino entre Soria y Burgo de Osma, este puede que sea el pueblo más bonito de la zona, pero no el único que merece una visita.

4. San Martín de Ampurias (Gerona)

Foro romano de las ruinas de Ampurias.
Foro romano de las ruinas de Ampurias.
Getty Images/iStockphoto

Encontrar un poco de tranquilidad en un pueblo del litoral peninsular es complicado, pero en este es posible. En parte, porque es tan pequeño que una reunión de todos los vecinos no se puede considerar una multitud. Muchas de sus casas de piedra se alquilan en verano y en los alrededores puedes encontrar pequeños hoteles llenos de encanto.

En los alrededores de San Martín de Ampurias se pueden encontrar pequeños hoteles llenos de encanto

Una vez allí, te ayudará a recargar las pilas un buen chapuzón en la playa, un paseo por su Camino de Ronda rodeado de pinos (la esencia más pura de la Costa Brava) o incluso una visita a las ruinas arqueológicas de Ampurias. Que el saber no ocupa lugar incluso en verano.

5. Cabo de Gata (Almería)

Faro del Cabo de Gata, en Almería.
Faro del Cabo de Gata, en Almería.
Toño Balaguer

Otra opción playera es este pequeño pueblo de Almería. Parece que está en el fin del mundo y la verdad es que casi, pero gracias a eso no llega mucha gente. Desde aquí hasta el faro que lleva su nombre (donde por cierto está el arrecife de Las Sirenas, uno de los sitios más bonitos que hayas visto en tu vida) es una larga playa en la que tu vecino de toalla estará a una buena distancia. ¡No olvides unas gafas de bucear! Solo con meter la cabeza ya alucinarás con todo lo que puedes ver.

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