La ciudad de Vitoria-Gasteiz espera al viajero con muchos encantos como la Catedral de Santa María, la Plaza de la Virgen Blanca o la Plaza del Machete. Pero para aquellos que ya lo hayan visitado todo, aún les quedarán algunos lugares secretos no tan conocidos en la capital del País Vasco.
Basílica de San Prudencio de Armentia
La basílica de San Prudencio es una de las construcciones románicas más espectaculares del territorio alavés, levantada a finales del siglo XII. Este lugar fue un importante centro espiritual en la Edad Media y la cuna de San Prudencio de Armentia, el obispo de Tarazona.
Cementerio de Santa Isabel
El cementerio de Santa Isabel se fundó a principios del siglo XIX con enterramientos masivos por una epidemia de tifus y tomó el nombre de una antigua ermita ubicada en el lugar. Este camposanto fue elegido por el Ayuntamiento de Madrid como ejemplo para futuros cementerios en dicha ciudad, ya que, según declararon, "es sin disputa uno de los cementerios más bonitos y completos de España".
Museo de Armería
El Museo de Armería de Álava nos presenta una exposición sobre la historia y la evolución de las armas desde los orígenes de la humanidad hasta principios del siglo XX, pasando por piezas medievales halladas en las excavaciones de la parte alta de la ciudad y armas utilizadas en la Batalla de Vitoria.
Parque de los Astrónomos
El 18 de julio de 1860 a las 13:37 horas, gran cantidad de astrónomos se reunieron en lo alto del barrio de Santa Lucía para observar un eclipse solar, ya que previeron que la ciudad de Vitoria sería uno de los mejores lugares donde apreciar el fenómeno. A día de hoy, un monumento piramidal en el bautizado como Parque de los Astrónomos da constancia de este acontecimiento histórico y en él se lee: "En este terreno se situaron las misiones científicas enviadas por diferentes naciones para estudiar el eclipse total de sol que tuvo lugar el día 18 de julio de 1860".
Búnker de Salburua
Durante la Guerra Civil la Legión Cóndor instaló un búnker para acoger su base de operaciones en el antiguo Aeródromo de Salburua. Durante la ofensiva franquista del frente norte, entre marzo y julio de 1937, salieron desde esta pista una parte de los bombarderos que arrasaron las localidades de Durango y Gernika. Hoy en día los restos del búnker se puede observar desde el exterior, aunque en el terreno se ha instalado un parque infantil.
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