El castillo italiano que triunfa entre los turistas: una fortificación sobre las aguas turquesas de un lago

Castillo Scaligero.
Castillo Scaligero.
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Castillo Scaligero.

La belleza que guarda Italia no deja de sorprendernos a cada paso que damos. Y es que lugares como el Castillo Scaligero, en Sirmione, resultan sobrecogedores. Últimamente, esta fortificación se ha vuelto muy popular entre los turistas, ya que nos regala un paisaje de postal en el que se combina a la perfección la obra del hombre con la naturaleza que la rodea.

El origen de la fortaleza

Rodeado por las aguas turquesas del lago de Garda, se alza el imponente Castillo Scaligero, custodiando la entrada al casco antiguo de Sirmione. La fortaleza fue construida a mediados del siglo XIV, por voluntad de la familia Della Scala, quien gobernó Verona y su territorio entre los siglos XIII y XIV.

Castillo Scaligero.
Castillo Scaligero.
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La arquitectura original del castillo se remonta a alrededor de los años 1360 y 1380, cuando también se llevó a cabo su puerto fortificado y su dique. A partir del siglo XVI, cuando la importancia de Sirmione como punto defensivo disminuyó, la fortaleza fue cambiando de funciones. Por ejemplo, en la época napoleónica y después bajo la dominación austriaca, fue utilizado para el alojamiento de las tropas y como depósito de armas y provisiones.

Más adelante, acogió las oficinas municipales, la oficina de correos y una prisión. Y finalmente, el aspecto que llega a día de hoy es el que se definió durante las restauraciones de 1919.

Una visita a su interior

El Castillo Scaligero se puede visitar por 6 € con la entrada general o 2 € con la entrada reducida. Para adentrarnos en su interior deberemos cruzar un revellín que protege su entrada, pasando por un puente que en su momento fue levadizo. Su patio central, que fue utilizado antaño para realizar ejercicios militares, está protegido por la Torre del Homenaje, con 37 metros de altura y unas vistas impresionantes del lago Garda. Por otro lado, en un segundo patio se exponen restos arqueológicos de entre los siglos XIV y XIX.

Castillo Scaligero.
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Asimismo, destaca su dársena, todo un ejemplo de fortificación portuario y donde se refugiaron las flotas de Escalígero y Venecia. Esta quedó enterrada por la acumulación de residuos durante años, de modo que en el siglo XIX se convirtió en un patio transitable. Sin embargo, en 1919, con los trabajos de reforma, se volvió a quitar la tierra y las aguas del Garda entraron de nuevo.

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