Pocos países ofrecen dos océanos, y la variedad paisajística que ello supone, a pocas horas de distancia en coche. Su rica gastronomía, cultura y artesanía son también cualidades que los españoles valoran mucho. Comienza ahora su estación seca y estos cuatro destinos son tan sorprendentes como diferentes. La Pura Vida en Costa Rica va más allá de una simpática frase: es toda una filosofía de vida.
El cráter más grande
El colorido del volcán Poas lo hace impactante y único en su género. Se trata de uno de los volcanes activos con el cráter más grande del mundo, a tan solo 50 km de San José, capital de Costa Rica. Se encuentra a 2.750 metros de altitud y la ruta hasta llegar al cráter transcurre entre vegetación y cientos de colibríes, sin ser en absoluto complicada. Muy cerca del volcán hay lugares de interés como el Parque Fraijanes, la Catarata de la Paz en Vara Blanca, Bajos del Toro o San Rafael de Heredia, donde desde el hotel Lodge Poas organizan excursiones a caballo para sus huéspedes.
El Poas es uno de los volcanes activos con el cráter más grande del mundo
Muy curiosa resulta la iglesia de Grecia, la ciudad más dulce por su producción de azúcar y ron. Tiene una iglesia neogótica construida completamente en metal por la Empresa de Eiffel en 1894. Por supuesto es Monumento Nacional. La ciudad de Grecia es además considerada por la Unesco como una de las ciudades ecológicas más limpias del mundo. Otro curioso pueblo de esta zona es Sarchi, cuna de la artesanía costarricense gracias a sus famosas carretas de colores.
Arena blanca y mar turquesa
Manzanillo, cruzando a la costa caribeña y ubicado en el interior del Refugio de Vida Marina y Salvaje Gandoca-Manzanillo, es uno de los 71 parques que posee el país. Tranquilo y seguro, es el lugar perfecto para recorrer sus playas y bosques tropicales en bicicletas que pueden alquilarse en el pueblo. Toda la costa ofrece playas de arena blanca y mar turquesa, y es el lugar ideal para los amantes del surf. Muy cerca de la costa de Manzanillo hay un arrecife de coral que puede disfrutarse fácilmente con gafas y tubo de buceo.
Manzanillo es perfecto para recorrer sus playas y bosques tropicales en bicicletas que pueden alquilarse en el pueblo
Puerto Viejo se encuentra al norte de Manzanillo y también es un pintoresco lugar para perderse entre sus peculiares tiendas y restaurantes llenos de vida caribeña. Esta selva tropical es la más adecuada del país para escuchar a los pequeños monos aulladores o saraguatos, cuyos gritos, entre humano y animal, y parte del rito erótico para conquistar a sus hembras, pueden hacer estremecer, aunque sean totalmente inofensivos. La mejor hora para escucharlos es al amanecer. En las playas y manglares podremos ver los cangrejos azules que también salen cada mañana y con toda probabilidad algún oso perezoso se cruzará en el camino. En la zona hay una gran variedad de hoteles y resorts, así como bares, restaurantes y terrazas para disfrutar de la gastronomía caribeña, de sus pescados y mariscos.
Flora y fauna únicas
El Parque Nacional Palo Verde es una de las áreas de conservación con mayor diversidad biológica del país. El lugar idóneo para los amantes de la fauna, la flora y el avistamiento de aves. Comprende un mosaico de más de quince comunidades naturales diferentes, incluyendo el bosque de bajura, el bosque siempre verde, el bosque pantanoso, el bosque caduco de cerros calizos, “zacatonales” y manglar. Los humedales representan el 60% del área del parque y son un santuario para miles de aves acuáticas, residentes y migratorias, razón por la cual fue declarado Humedal de Importancia por la Convención Mundial de Humedales. Se han identificado más de 750 especies de plantas, entre las que destacan el palo verde que da nombre al parque, el pachote, el cedro amargo y el guanacaste. Aquí se encuentran también cinco de las seis especies de mangle existentes en el país.
En cuanto a la fauna, se han identificado más de 280 especies de aves entre migratorias y residentes, algunas en vías de extinción o con poblaciones muy reducidas, como la lapa roja y el pavón, además de patos o garzas reales, entre otras. Desde el hotel Borinquen Mountain Resort & Spa, en Rincón de la Vieja, podremos disfrutar de las vistas de la montaña desde nuestro bungalow con balcón privado.
Turismo de cavernas
Por último, la genuina Península de Nicoya. En concreto el Parque Nacional Barra Honda, que protege un importante recurso geológico, un sistema de cavernas calcáreas de formaciones de estalactitas y estalagmitas, visitables desde 1983. El cerro Barra Honda, de unos 450 metros de altitud, está constituido por antiguos arrecifes coralinos que emergieron debido a un levantamiento provocado por fallas tectónicas y posee numerosas fuentes de agua superficial y subterránea que proveen de agua potable a las comunidades vecinas. Se estima que las cavernas podrían tener unos 70 millones de años y hoy en día se han contabilizado 42 cavernas, de las que solo 19 de ellas son aptas para la visita turística por su profundidad y seguridad. Miles de murciélagos revolotean las cuevas, pero son inofensivos.
En la zona se han identificado 80 especies de aves pertenecientes a 34 familias distintas, como las lapas rojas o los gavilanes, destacando igualmente su gran cantidad de mamíferos, como ardillas, mapaches y coyotes. Toda la zona de Nicoya es una maravilla por sus bosques, selvas y playas. El hotel Giada está en la hermosa playa de Samara y para los turistas más sostenibles este hotel tiene la certificación de 100% Carbono natural.
Cómo llegar
Iberia tiene vuelos directos a San José y en el propio aeropuerto se alquilan coches 4 x 4 para recorrer el país, la mejor manera de disfrutar de la Pura Vida.
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