La presión arterial disminuye de noche con el ejercicio físico

  • Ese descenso es necesario ya que cuando es más alta que durante el día puede estar relacionado con un mayor riesgo cardiovascular.
  • A un porcentaje alto de pacientes no les baja la presión arterial por la noche.
  • Cuando las arterias están más envejecidas el patrón circadiano suele ser peor.
Contra la hipertensión es imprescindible una alimentación sana y equilibrada.
Contra la hipertensión es imprescindible una alimentación sana y equilibrada.
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Contra la hipertensión es imprescindible una alimentación sana y equilibrada.

La hipertensión es la principal causa de muerte en el mundo, pero la mayoría de los hipertensos ignora que lo son. A quienes sí conocen su patología les interesará saber que el ejercicio físico regular contribuye al descenso de la presión arterial en horas nocturnas.

Lo han observado investigadores de la Universidad de Salamanca, que recuerdan que el descenso de la presión arterial en horas nocturnas es necesario ya que cuando es más alta que durante el día puede estar relacionada con un mayor riesgo cardiovascular.

En la parte de su estudio que ahora ha sido publicada en la revista American Journal of Hypertension el objetivo era ver la relación entre la actividad física y el patrón circadiano de la presión arterial, que "no siempre es igual durante el día, tiene cierta variabilidad y lo habitual es que por la noche disminuya", ha comentado a SINC Luis García Ortiz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca.

Esta disminución nocturna "es un factor protector frente a eventos cardiovasculares, pero a un porcentaje alto de pacientes no les baja la presión arterial por la noche y estas personas tienen un riesgo mayor".

De hecho, según los investigadores, cuando las arterias están más envejecidas el patrón circadiano, que hace referencia a la evolución de esta medida a lo largo de las 24 horas del día, suele ser peor.

Estudio español con 1.345 pacientes

En el estudio han participado 1.345 pacientes de Salamanca, Valladolid, Barcelona, Cuenca, Bilbao y Zaragoza que tenían entre 20 y 80 años sin patologías cardiovasculares previas.

La actividad física se ha medido de dos formas. Por una parte, se les preguntó a los pacientes cuánto ejercicio habían hecho la semana anterior mediante un cuestionario estructurado y validado. La segunda forma fue más empírica, ya que consistió en colgar un acelerómetro durante una semana entera en el cinturón del paciente para medir la actividad física que va realizando.

Además, la intensidad del ejercicio se dividió en tres categorías: poca, moderada y mucha. Esta clasificación ha sido muy significativa, puesto que los resultados indican que los individuos que realizaron más actividad física se comportaron mejor, es decir, a mayor cantidad de ejercicio, más baja la presión arterial por la noche.

"Estos sujetos tienen un 50% más de probabilidades de que su patrón circadiano sea el adecuado con respecto a los que no realizan actividad física", apunta Luis García Ortiz, ya que el patrón circadiano "tiende a descender más en los sujetos que hacen más ejercicio físico, sobre todo en la actividad moderada e intensa, ya que en la actividad ligera no hay gran diferencia", señala.

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