Las Smart Home pueden ayudarnos a ahorrar en la factura de la luz. De eso, ya hemos hablado en otras ocasiones. Los sistemas de calefacción o refrigeración inteligentes pueden programarse y solo activarse en caso de llegar a cierta temperatura dentro de casa o también se puede instalar luces o enchufes conectados que bajen la intensidad o se apaguen al llegar a ciertas horas del día.
La transformación digital de una vivienda ayuda a reducir los gastos a final de mes sin necesidad de renunciar a la comodidad, ya que están conectados a la red y, generalmente, pueden controlarse desde una app o incluso con Alexa o el Asistente de Google. Las ventajas de convertir un hogar son tantas que, según un estudio de Juniper Research, el número de edificios inteligentes o 'smart buildings' llegará a los 115 millones en 2026. Esta cifra supondría un aumento del 150% con respecto a la cifra actual, que es de alrededor de 45 millones de edificios.
La diferencia entre un edificio normal y un smart building es que los sistemas instalados se modifican para que el funcionamiento pueda automatizarse y, así, son más cómodos, eficientes, sostenibles, económicos y seguros. Susana Quintás, consejera asesora para Metrikus España y Latinoamérica, que se encarga de la transformación inteligente de oficinas, comentaba para elEconomista.es hace un año que los proyectos que habían realizado en Madrid ayudaban a ahorrar "entre el 10 y el 20%" en gasto energético.
Los pasos para convertir un edificio en un smart building pasan por la iluminación, la climatización (tanto para verano como para invierno), enchufes inteligentes, control de accesos y seguridad (para saber qué zonas están ocupadas y cuáles no y regular solo la temperatura y encender la luz en aquellas en las que hay gente), etc.
Lo que nos espera con los smart building
DEBOS, la compañía responsable de la creación del primer sistema operativo español para la digitalización de smart buildings, ha pronosticado cómo será el futuro de la construcción. Sus afirmaciones prevén que los edificios residenciales dentro de diez años serán, en su mayoría, inteligentes, y que el ahorro será mucho mayor de lo que lo es actualmente.
- El edificio y la construcción del mismo será inteligente. La tecnologización de la edificación permitirá usar sistemas basados en la nube, para que los jefes de obra puedan automatizar los procesos de control de operaciones y supervisarlas en remoto. Esto agilizaría y abarataría los costes de construcción de edificios con lo último en tecnología.
- Edificios funcionales. El diseño de los hogares irá enfocado a garantizar la satisfacción de las necesidades de las personas y permitirá aprovechar al máximo los recursos naturales para llegar a cumplir con esta función.
- Más barato y eficiente. Según la Comisión Europea, las viviendas y edificios son las responsables de alrededor del 40% del consumo total de energía y del 36% de las emisiones de carbono. DEBOS afirma que los smart buildings consumirán menos, por lo que las facturas de luz, agua o gas se reducirán.
- Mayor seguridad: Los usuarios podrán gestionar su vivienda y el acceso a la misma desde el móvil. De este modo, será más difícil que entren a robar sin que se enteren y puedan llamar a la policía a tiempo.
- ¿Y la ciberseguridad? Al digitalizar las casas, son muchas las personas que se preocupan por los ciberataques. DEBOS cree que los sistemas estarán completamente protegidos.
- Control centralizado. Los edificios inteligentes del futuro tendrán un sistema centralizado para ocuparse de todos los elementos digitalizados. Con un único ecosistema, será más fácil gestionarlos y asegurarse de que todo funcione correctamente.
"El futuro ya ha comenzado, y el futuro de la vivienda son los edificios inteligentes que permitan a las personas interactuar con ellos de forma sencilla y natural, mejorando su habitabilidad –opina Ignacio de Martín, CEO de la compañía-. Sin embargo, lo cierto es que nos encontramos en un mercado actual muy atomizado y, hasta ahora, sin una solución que integre todos los elementos de la vivienda que pueden digitalizarse. Esto impide poner al usuario y a su confort en el centro, y al final se trata de hacer la vida más fácil a las personas en todo momento. DEBOS llega para abordar este problema y elevar la experiencia del usuario al más alto nivel".
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