Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Perro ta vamos a hablar de un aspecto tecnológico fundamental en torno a estos animales: su chip de identificación.
El microchip que llevan insertado, generalmente, los perros en el lateral izquierdo del cuello es muy pequeño –su tamaño es similar a un grano de arroz– y tiene un número único que se registra en una base de datos –como si se tratase del DNI animal–. Además, si no lo sabías, la base de datos que acabamos de mencionar es una gran fuente de información, ya que es donde aparece el nombre del dueño, la dirección de su domicilio y el número de contacto en caso de pérdida.
Estos chips son obligatorios en la mayoría de las comunidades autónomas, contiene datos legibles, se coloca antes de que el perro empiece a salir a la calle con normalidad y permite identificar al animal en todo momento.
Concretamente, su objetivo consiste en identificar a nuestros amigos peludos para evitar abandonos o robos y, ante todo, facilitar que cualquier perro perdido pueda volver con su familia cuanto antes.
¿Cómo se implanta en el animal?
La implantación del microchip es indolora, se realiza mediante un aplicador estéril y no requiere de sedación del animal.
Este aparato consta de unos elementos electrónicos que contienen información en forma de código alfanumérico, además, va recubierto por una cápsula que garantiza la sensación de no llevarlo puesto.
Su coste puede variar dependiendo de donde vivas o de las tarifas del veterinario, no obstante, el precio varía desde los 15 hasta los 40 euros.
¿Cómo puedo saber si un perro lleva microchip?
Cuando un perro aparece suelto por la calle y lleva collar, en lo primero que hay que fijarse es si tiene una chapa identificativa en la que aparezca el número de contacto. En el caso de que no lleve esta chapa, es posible que en el mismo collar lleve grabado algún otro identificativo o incluso la palabra 'microchip' para alertar de que tiene, además de dueño, una identificación permanente.
Si todavía seguimos sin encontrar ninguna pista, debemos palpar suavemente en el cuello, concretamente entre los omóplatos. Además, el microchip está revestido con una capa de metacrilato, que podemos sentir con la yema de los dedos al palpar ejerciendo una suave presión sobre el cuello. Así que, con todos estos datos, es posible que lo identifiquemos con facilidad –si es que lo lleva insertado–.
No obstante, cabe la posibilidad de que si el microchip lleva puesto mucho tiempo se haya desplazado ligeramente, por lo que debes tocar al animal un poco más alrededor de la zona.
¿Cómo puede leerse un microchip?
Una vez hechas estas averiguaciones básicas, lo recomendable es que acudas al veterinario. Allí será donde realmente puedan saber si el perro tiene o no microchip y, en el caso de que así sea, le pasarán un lector especial para poder leer los datos que lleva insertados.
Es habitual que los veterinarios tengan este tipo de escáneres y suelen leer los datos de forma gratuita.
Por otro lado, puedes llamar a la Policía. Los agentes se encargan de verificar si el animal tiene el dispositivo para poder localizar a su dueño.
Apúntate a nuestra newsletter y recibe en tu correo las últimas noticias sobre tecnología.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios