Los riesgos de usar una lista IPTV comprada en Internet para ver canales gratis

Las listas de IPTV suelen prometer títulos exclusivos de plataformas en streaming de pago o partidos de fútbol.
Las listas de IPTV ilegales suelen prometer títulos exclusivos de plataformas en streaming de pago o partidos de fútbol.
rattanakun vía Canva.com
Las listas de IPTV suelen prometer títulos exclusivos de plataformas en streaming de pago o partidos de fútbol.

Los servicios en streaming como Netflix, HBO Max, Disney+ o similares ofrecen amplios catálogos de películas y series a cambio de dinero que los usuarios deben abonar mensualmente. Estas plataformas cada vez suben más sus precios y algunos consumidores han optado por desuscribirse y volver a alternativas gratuitas como las IPTV (Internet Protocol TV).

Sin embargo, lo gratuito a veces puede salir muy caro. En Internet existen listas IPTV que son legales, de canales TDT en abierto, pero también las hay que no están autorizadas. Las primeras no cuestan nada y solo actúan como un medio de transmisión a través de reproductores compatibles para ver canales en abierto sin necesidad de tener un televisor con antena. Las segundas son las que pueden meter a los consumidores en más de un apuro.

Las IPTV ilegales son aquellas que ofrecen canales y contenido protegido por derechos de autor y por los que deberían pagar. Cuando las autoridades intervienen en una IPTV, tienen acceso a la información de todos los que la hayan usado, pudiendo conocer la dirección IP, correo electrónico e incluso datos bancarios (ya que la compra de IPTV en ocasiones cuesta un dinero inicial) que permiten localizar al usuario.

A finales de 2022, en Italia se multó a cerca de 1.600 personas por utilizar IPTV ilegales, por lo que las sanciones económicas pueden ser una realidad. Algunas multas llegaban a solicitar 1.032 euros.

Además de los Cuerpos y Fuerzas del Estado, los distribuidores de estos servicios ilegales también tienen acceso a esos datos personales y financieros que pueden usar de forma fraudulenta. Algunas webs prometen acceso a partidos de fútbol o al catálogo de plataformas en streaming y, una vez los consumidores introducen sus datos, los utilizan para suplantar la identidad o para duplicar la tarjeta bancaria.

En caso de que el servicio contratado no sea el esperado, los usuarios no pueden exigir un reembolso ni demandar judicialmente si no lo hacen, ya que se trata de una práctica fraudulenta.

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