El telescopio espacial James Webb se lanzó en diciembre de 2021 y hasta julio del año pasado la NASA no nos comenzó a dar imágenes del Cosmos. Sin embargo, una vez empezó, no han parado de publicar las impresionantes fotografías que el vehículo va observando en su trayecto.
Ahora, Webb ha logrado capturar, con un detalle nunca antes visto, una parte del centro de nuestra galaxia. La formación estelar que ha sido fotografiada tiene el nombre de Sagitario C y está a unos 300 años luz del Sagitario A estrella, el agujero negro supermasivo central de la Vía Láctea.
¿Qué ha logrado capturar el telescopio James Webb?
En la imagen capturada se estima que hay unas 500.000 estrellas y entre las cuales hay un cúmulo de protoestrellas, que son las que todavía se están formando y creando flujos que emanan brillo en medio de la oscuridad. En el interior de este cúmulo se encuentra una protoestrella anteriormente conocida y que es 30 veces más grande que nuestro Sol.
Eso sí, la luz que emiten las protoestrellas no puede ser vista por el telescopio, ya que la nube de la que emergen es tan densa que lo impide y hace que esa área parezca con menor población cuando es todo lo contrario. Hay unas nubes oscuras e infrarrojas de menor tamaño que parecen agujeros del campo estelar, pero que es ahí donde se forman las futuras estrellas.
En palabras de Samuel Crowe, investigador principal del equipo de observación, afirma que nunca se habían dado datos infrarrojos en esta región con el nivel de resolución y sensibilidad que obtienen con Webb y que están descubriendo muchas características con un gran nivel de detalle nunca obtenido antes.
El instrumento NIRCam
Este dispositivo es una cámara de infrarrojo cercano que pertenece al telescopio Webb y que permitió capturar emisiones a gran escala del hidrógeno ionizado que rodea la parte inferior de la nube oscura. Esto es el resultado de fotones energéticos emitidos por estrellas jóvenes masivas. Desde el equipo plantean investigar con mayor detenimiento las estructuras en forma de agujas en el hidrógeno ionizado que parecen estar en varias direcciones.
Con Webb, y gracias a que el centro de la galaxia está lo suficientemente cerca, en concreto, a unos 25.000 años luz de la Tierra, permite a los astrónomos el almacenar una gran cantidad de datos sobre la formación de las estrellas y del entorno cósmico de la galaxia. El comprender esto de la mejor manera posible es clave para conocer la historia del origen de gran parte del universo.
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