Space Sustainability Rating: el examen que suspenden la mayoría de las empresas espaciales

La basura espacial puede dificultar la exploración espacial de los astrónomos.
La basura espacial puede dificultar la exploración espacial de los astrónomos y la aceleración de las misiones obliga a tomar medidas para evitarlo.
Joaquín Sánchez vía Flickr
La basura espacial puede dificultar la exploración espacial de los astrónomos.

A medida que las misiones espaciales aumentan, las empresas y agencias buscan reducir costes a toda costa. Pero esta no es la única tarea pendiente que deben tachar de la lista: si quieren que la exploración avance al ritmo que lo está haciendo, deben tener en cuenta la sostenibilidad, que hace referencia a la reducción de la basura espacial.

El año pasado se lanzaron con éxito 180 cohetes al espacio. La mayoría de estos se produjeron para colocar en la órbita terrestre baja satélites que se encargan de la observación de la Tierra y a la telecomunicación. Al situarse cerca, concretamente a menos de 2.000 kilómetros de altitud, son un problema para las observaciones espaciales de los astrónomos desde abajo y también hay riesgo de colisión entre estos objetos y los restos de satélites ya inoperativos.

Los expertos estiman que hay alrededor de 25.000 piezas espaciales que se mueven en las órbitas bajas, lo que implica que los encargados de las misiones deben intentar reducir la probabilidad de choque en sus futuros lanzamientos. De lo contrario, conforme más tecnología espacial se encuentre deambulando por el espacio cercano, más inconvenientes habrá. 

Mediante el SSR, la ESA y el resto de instituciones participantes pretenden reducir el riesgo de colisión de basura espacial con satélites operativos.
Mediante el SSR, la ESA y el resto de instituciones participantes pretenden reducir el riesgo de colisión de basura espacial con satélites operativos.
ESA

Tanto la Agencia Espacial Europea (ESA) como otras entidades espaciales formaron el consorcio SSR, que son las siglas de Space Sustainability Rating, para combatir el problema planteado. Se trata de una asociación sin fines de lucro que lleva desde junio de 2022 trabajando en la clasificación de misiones espaciales según su sostenibilidad y la probabilidad de choque es uno de los aspectos que se tiene en cuenta. 

La clasificación SSR

Emmanuelle David, directora ejecutiva del Centro Espacial EPFL (eSpace), explica que el análisis para clasificar la sostenibilidad de las misiones se hace a las empresas "que desean evaluar, diseñar y operar· de forma sustentable y responsable. Los operadores de las misiones deben dirigirse al centro SSR, ubicado en eSpace, y ahí recopilan información sobre diferentes aspectos para luego determinar su nivel de sostenibilidad.

"El SSR tiene como objetivo influir en el comportamiento de todos los actores de los vuelos espaciales, especialmente las entidades comerciales, y ayudar a que se generalicen las prácticas sostenibles que necesitamos desesperadamente", apuntó Holger Krag, Director del Programa de Seguridad de la ESA al hablar de la utilidad que pretendían darle al programa. 

Existen cuatro etiquetas que, de menos a más sostenible, son: bronce, plata, oro y platino. Dentro de la clasificación también se incluyen estrellas de bonificación, que se conceden si la encargada de la misión va más allá de lo que se pide.

Hay cuatro niveles de clasificación: bronce, plata, oro y platino.
Hay cuatro niveles de clasificación: bronce, plata, oro y platino.
Space Sustainability Rating

El proceso de clasificación

Según explican en el blog de la ESA, la evaluación de la sostenibilidad de una misión espacial consta de seis módulos:

  • Índice de la misión: se fijan en el número de naves espaciales, su masa, área de sección transversal y parámetros espaciales. Adrien Saada, oficial de operaciones de la SSR, afirma que estos datos sirven "para calcular un riesgo expresado como la probabilidad de colisión multiplicada por su gravedad potencial". También se valora si disponen de una estrategia para eliminar el objeto una vez llegue al final de su misión. 
  • Detectabilidad, identificación y rastreabilidad: evalúan cómo los operadores pueden detectar, identificar y rastrear la nave desde la Tierra. 
  • Intercambio de datos: comprueba si los operadores de la misión comparten información relevante con sus pares (otros expertos del ámbito) y personas interesadas. Esto puede ser crucial, ya que uno puede detectar una amenaza con antelación y alertar al equipo. 
  • Enfoque internacional: analiza si la misión tiene en cuenta la opinión de instituciones como la ONU, que han publicado documentos internacionales sobre la sostenibilidad espacial.

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