Schienenzeppelin fue una locomotora diseñada por Franz Kruckenberg en 1929, llegó a superar los 220 kilómetros por hora en 1931 y su propulsión se realizaba por medio de una hélice de empuje ubicada en la parte trasera.
Este modelo medía 25,85 metros de largo, su altura eran 2,8 metros, tenía dos ejes y aguantaba dos motores de avión de gasolina BMW IV de seis cilindros (más tarde un solo BMW VI de doce cilindros de 600 caballos de fuerza).
El cuerpo del Schienenzeppelin fue aerodinámico (teniendo cierta semejanza con los populares dirigibles Zeppelin de la época), fue construido de aluminio para reducir el peso y podía transportar a 40 pasajeros.
A principios de 1930, la firma Gesellschaft für Verkehrstechnik (GVT) tenía el prototipo de su tren zepelín, y unos meses después, hacía su primer recorrido a 182 kilómetros por hora entre Hannover y Burgwedel (Aleminia) a bajo consumo.
Solo se construyó un modelo, aunque por problemas de seguridad permaneció fuera de servicio y se desmanteló en 1939. Ni las mejoras ni la velocidad sirvieron de ayuda a Schienenzeppelin, debido a que se encontró con el viento en contra en su intento por implantarse en la red ferroviaria.
Los inconvenientes estaban relacionados con la falta de financiación, la poca aprobación por las altas velocidades y el peligro que presentaba la hélice trasera.
Finalmente, su diseñador Kruckenberg vendió el modelo a la Deutsche Reichsbahn-Gesellschaft. A pesar de que quiso conservarlo, el Ministerio de ferrocarriles del Reich no quiso invertir dinero en trasladar la maquinaria a un museo, asimismo, las autoridades nazis lo desguazaron en 1939 para aprovechar sus materiales y motores.
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