El caza más inestable y peligroso de la historia: una nave con las alas al revés capaz de alcanzar casi 2.000 kilómetros por hora

Grumman-X29 fue un avión de combate que podía volar a un máximo de 15.000 metros de altura, alcanzaba una velocidad de Mach 1.6, tenía capacidad para un único piloto y poseía alas de flecha invertida.
En la imagen, el caza Grumman-X29.
En la imagen, el caza Grumman-X29.
NASA / Larry Sammons
En la imagen, el caza Grumman-X29.

Un avión de caza es una aeronave militar que está diseñado para la guerra área, además, puede atacar objetivos terrestres mediante el lanzamiento de bombas. Y un claro ejemplo de ello es el Grumman-X29, un caza de combate con las alas al revés que captó todas las miradas de los ejércitos durante su vida útil.

Concretamente, Grumman-X29 fue un avión de 14,7 metros de largo, tenía capacidad para un único piloto, incorporaba el motor 'General Electric F404' que era capaz de ofrecer una fuerza de empuje de 71,2 kN (kilonewton), podía volar a un máximo de 15.000 metros de altura, alcanzaba una velocidad de Mach 1.6 (1.852 kilómetros por hora, aproximadamente), su presupuesto costó cerca de 84 millones de dólares en total y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa del Departamento de Defensa de Estados Unidos realizó más de 400 misiones de prueba entre 1984 y 1992.

Pero más allá de sus características más técnicas, la gran propiedad de Grumman-X29 estaba en sus alas de flecha invertida con un ángulo de 33 grados para incrementar su capacidad de maniobra, sin embargo, el inconveniente de este diseño estuvo relacionado con varios problemas de estabilidad.

Entonces, ¿cómo era posible que los pilotos pudiesen maniobrar un avión inestable? Los pilotos contaban con ordenadores digitales y otros tres analógicos para realizar constantes correcciones de vuelo, de esta manera, evitaban que el sistema fallase mientras Grumman-X29 estaba en el aire.

No obstante, para evitar que las alas de flecha invertida se desprendieran en pleno vuelo a consecuencia de la divergencia aeroelástica, los creadores de Grumman-X29 tuvieron que fabricar un polímero reforzado con fibra de carbono que limitase la torsión.

Por otro lado, más allá de su inestabilidad y poca seguridad, el avión terminó adquiriendo dos alerones con forma de aleta vestigial delante de las alas invertidas para dar más capacidad de maniobra a los pilotos. 

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