Bizum es un proveedor de servicios de pago inmediato a través del teléfono móvil que llegó a España en octubre de 2016 y, desde entonces, se ha convertido en la solución de pagos más utilizada en nuestro país porque se puede emplear para devolver dinero, pagar en webs de comercio electrónico, hacer donaciones, realizar pagos en puntos de venta de Loterías y Apuestas del Estado, o pagar tasas e impuestos.
Además, desde su lanzamiento hasta la actualidad, Bizum ha llevado a cabo más de 2.542.000.000 operaciones y ha movido más de 134.300 millones de euros a través de sus transferencias inmediatas, según su página web oficial. Pero, ¿alguna vez nos hemos parado a pensar en que todavía hay personas que utilizan las transferencias tradicionales para mandar dinero?
Desde que Bizum llegó a nuestras vidas, atrás se quedaron las transferencias bancarias entre distintos bancos porque suelen tardar varios días en llegar y, en ocasiones, van asociadas a múltiples comisiones. Sin embargo, estos pequeños hándicaps podrían desaparecer para siempre, debido a que el Parlamento Europeo ha aprobado una actualización de la normativa de pagos europea que obliga a que todas las transferencias sean iguales a Bizum.
¿Cómo serán las nuevas transferencias bancarias?
Concretamente, este cambio supone que los movimientos de dinero sean gratuitos y prácticamente instantáneos. Es decir, las transferencias deberán ser ejecutadas independientemente del día y la hora, tendrán que llegar a su destino en un tiempo inferior a los diez segundos y el pagador debe ser informado de que el dinero se ha recibido correctamente o si ha habido cualquier incidencia.
Por otro lado, dicha normativa obligará a implementar medidas contra el fraude para que los usuarios y los bancos se aseguren de que el dinero llega bien al destinatario, por lo tanto, las entidades bancarias tendrán que incorporar un sistema de verificación de la identidad de obligado cumplimiento.
¿Cuándo se aprobará esta medida?
En el momento que se apruebe esta normativa, los distintos países de la Unión Europea tendrán un plazo de un año para hacerla efectiva en las leyes nacionales. Asimismo, hay que tener en cuenta que esta normativa pertenece al Parlamento Europeo y se aplicará, incluso, a aquellos países que no utilizan el euro –éstos dispondrán de un mayor periodo de adaptación–.
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