Siempre es importante contar con un botiquín o kit de primeros auxilios en casa, o si tenemos un negocio. Más aún si hay niños implicados. Aunque estos equipos suelen tener más o menos los mismos elementos, hay uno que se recomienda y que no todo el mundo conoce.
Se trata de una toalla roja. La enfermera pediátrica Sarah Hunstead siempre tiene una en su botiquín y explica por qué en su cuenta de Instagram, donde ella y un equipo de enfermeras comparten información útil y consejos sobre cómo tratar situaciones médicas en bebés y niños.
"¿Por qué recomendamos tener un paño o una toalla roja en tu botiquín de primeros auxilios? ¡Ayuda a ocultar la vista de sangre! Si a ti o a tu pequeño no os gusta ver sangre o si tu pequeño se asusta por completo incluso con una gota, estas toallas son una necesidad", dice Hunstead.
"Pueden ayudar con el miedo y la ansiedad que algunos pequeños (y grandes) sienten al ver sangre, lo que nos ayuda a lidiar con hemorragias nasales o cortes más fácilmente", añade.
Los niños son propensos a caerse y cortarse o rozarse las rodillas, los codos y la cara, y muchos tienen hemorragias nasales regulares, por lo que la enfermera recomienda abastecerse de toallas rojas en tu equipo para cuando tengas que limpiar una herida, pero no quieras que los niños entren en pánico ante la vista de la sangre.
Un kit de primeros auxilios debe contener como materiales para la limpieza de heridas como gel antiséptico para manos, guantes de nitrilo; materiales para la realización de curas, gasas estériles, compresas, suero fisiológico, algún tipo de antiséptico cutáneo (como povidona yodada o clorhexidina), sobre todo, en caso de tener heridas abiertas, agua oxigenada (para heridas con sangrado), tijeras, pinzas, esparadrapo, tiras protectoras o apósitos de distintos tamaños, pomada (para quemaduras); un termómetro; paracetamol e ibuprofeno; toallitas impregnadas en alcohol e imperdibles.
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