OPINIÓN

¿Qué es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y cómo se puede tratar?

Prueban la eficacia del tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo usando 'la ilusión de la mano de goma'
Prueban la eficacia del tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo usando 'la ilusión de la mano de goma'
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Prueban la eficacia del tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo usando 'la ilusión de la mano de goma'

Más del 5% de la población sufre de TOC, trastorno obsesivo – compulsivo (Nardone, 2015). Pero ¿qué entendemos los profesionales bajo trastorno obsesivo – compulsivo? Los pacientes diagnosticados de este trastorno tienen la necesidad irrefrenable de querer controlar su realidad. Realizan ciertas acciones o pensamientos ritualizados con el fin de reafirmar que tienen el control de lo que les puede suceder o les ha pasado ya.

La mayoría de las veces el trastorno responde en un principio a una lógica: tengo las manos sucias, me las lavo para limpiarlas. No obstante, es la repetición exagerada la que convierte este trastorno en algo ilógico, disfuncional y limitante. Un ejemplo clásico sería: “Tengo miedo de infectarme de alguna bacteria (obsesión) así que me lavo las manos cada 10 minutos (compulsión)”. Lo complicado de este trastorno, es que la compulsión no acaba con la idea obsesiva y el miedo, solo los alimenta más y más.

Tratamientos principales: psicoterapia y medicamentos

Los dos tratamientos principales del TOC son la psicoterapia y los medicamentos. A menudo, el tratamiento es eficaz con una combinación de ambos. Hoy voy a hablar de dos de las terapias más conocidas y eficaces para el tratamiento del TOC.

En primer lugar, la terapia – cognitivo conductual que utiliza mayormente la exposición y prevención de respuesta (Gómez, Leyton y Núñez, 2010). En esta técnica se expone al paciente progresivamente a un objetivo temido o a una obsesión como la suciedad con el fin de que compruebe que eso “tan malo” que tanto teme que llegue, no llegue finalmente nunca. Dejar de realizar las compulsiones es esencial, ya estas alimentan la creencia irracional de: “no me infecto las manos porque me las lavo con mucha frecuencia”. Nuestro papel como profesionales también reside aquí en enseñarle técnicas de relajación para controlar la ansiedad que les provoca la exposición gradual a dichos estímulos.

En segundo lugar, la terapia breve estratégica utiliza la técnica del contrarritual para el tratamiento del TOC. En la técnica del contrarritual el terapeuta prescribe al paciente una serie de acciones o pensamientos ritualizados que tienen como fin anular sus rituales compulsivos. 

Por ejemplo, si el paciente necesita lavarse cada vez que toca algo que pueda estar “sucio”, se prescribe al paciente un contrarritual: Desde ahora a la próxima vez que nos veamos, cada vez que ponga en acto uno de sus rituales, lo deberá hacer cinco veces, ni una menos ni una más. 

Puedes evitar hacerlo, pero si lo haces una vez, lo deberás hacer 5 veces, ni una menos ni una más. Puedes no hacerlo, pero si haces uno harás cinco (Nardone, 2015). Al cabo de un tiempo los pacientes se cansan mucho de su propio ritual y les acaba produciendo rechazo. Lo que antes les provocaba alivio, ahora les provoca hastío. Es precisamente cuando la mente del paciente empieza a cuestionarse sobre la efectividad de sus compulsiones.

Nardone también utiliza junto al contrarritual la técnica del aplazamiento. Les pide que cuando sientan la necesidad de realizar la compulsión que esperen 10 minutos (luego va aumentando progresivamente). Una vez pasados esos 10 minutos deben realizar el ritual, pero el número de veces necesario indicado por el terapeuta. De tal manera que se reduce el número de compulsiones diarias y al mismo tiempo la sensación de rechazo cada vez que se realiza.

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