El virus emparentado con el ébola y marburgo que habita en una cueva de España: ¿Podría provocar un brote?

Imagen microscópica del virus de Marburgo.
Imagen microscópica del virus de Marburgo.
CDC / WIKIPEDIA
Imagen microscópica del virus de Marburgo.

En las profundidades de una cueva escondida en los frondosos bosques asturianos mora, como el cuélebre del folclore local, una amenaza siniestra. Primo hermano de dos de los patógenos más letales conocidos por el hombre (el virus del ébola y el de Marburgo), el virus de Lloviu se esconde en la sangre de los murciélagos, tal vez esperando el momento de saltar a otra especie, como se cree que sucedió en su día con el SARS-CoV-2, causante de la covid.

Un filovirus en España

La idea puede resultar terrorífica, y ciertamente constituiría un buen punto de partida para un film post-apocalíptico, pero la realidad es bastante más modesta. Para entender por qué, 20minutos se ha puesto en contacto con Rafael Delgado, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital 12 de Octubre en Madrid y Profesor Titular de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

"Hay muchos filovirus descritos en diferentes localizaciones y nichos ecológicos, pero muchos de ellos no sabemos que hayan causado nunca enfermedad. Esto no quiere decir que no puedan causarla", explica este experto, que ha desarrollado buena parte de su trayectoria como investigador estudiando concretamente los filovirus, "pero hasta ahora solo conocemos dos géneros de filovirus que hayan causado enfermedad grave: el del virus ébola y el del virus de Marburgo", añade.

Y aun así, ni siquiera provocan estos estragos todos los miembros de estos géneros víricos. "En concreto, dentro del género del ébola hay uno, el virus Reston, que es el primero que se comprobó que podría no tener efecto patogénico sobre los humanos. De hecho, se caracterizó en un barrio en las afueras de Washington (Reston, precisamente) en el que había una instalación de animales en cuarentena en la que produjo un brote en una importación de monos procedentes de Asia", continúa. "Es patogénico para algunos animales, pero se infectaron algunas personas y aparentemente nadie desarrolló ninguna enfermedad clínicamente significativa".

Siendo "muy similares" ambos virus, puede sorprender el hecho de que uno provoque una enfermedad tan severa y el otro, en cambio, ni siquiera produzca síntomas. "La diferencia solo se conoce en parte", desarrolla Delgado. "Llamativamente, el virus Reston fue el que desencadenó casi todo el interés en el virus ébola. La infección del ébola virus tiene dos componentes: el componente directo, de la infección celular por el virus (lo que llamamos efecto citopático) y el indirecto, una respuesta inmune descontrolada. Se produce una respuesta inflamatoria que activa muchísimas vías, de manera que se produce un caos en el control inmunológico que afecta también a la coagulación, a la microcirculación y a muchos órganos. Por vías diferentes, pero es parecido a lo que pasa con la covid-19".

"Aparentemente, el virus Reston no activa estas vías inmunes. No conocemos todo, pero esta parece ser la principal diferencia entre uno y otro. Los virus del ébola más graves, el ébola-Sudán y el ébola-Zaire, son los que más activan el sistema inmune", explica. 

Una epidemia poco probable

"Luego tenemos el filovirus español, el virus de Lloviu", cuenta Delgado. Se describió en una cueva de Asturias (razón del nombre del género al que pertenece, el de los cuevavirus) en la década de los 2.000, y recientemente se ha cultivado en Hungría, donde también se ha detectado posteriormente", cuenta el experto. 

El mensaje es claramente tranquilizador: "Aparentemente, no desencadena esta respuesta que pensamos que está detrás de la gravedad del ébola o del virus de Marburgo".

"Se van a describir más filovirus, pero la mayor parte no va a ser capaz de infectar a humanos o no va a tener consecuencias tan graves"

"O sea, que hay muchos filovirus, y seguramente se van a describir más en muchos nichos ecológicos, pero la mayor parte de estos filovirus o no van a ser capaces de infectar a los humanos o si pueden infectar a los humanos no van a tener consecuencias tan graves como los primeros filovirus descritos, que lo fueron precisamente por razón de su patogenicidad", agrega.

Aun así, Delgado advierte de que la inocuidad del virus de Lloviu es "una suposición basada en su comportamiento respecto a la activación de algunas respuestas inmunológicas en modelos celulares. Hasta este momento, no se ha hecho ningún ensayo ni siquiera de infección experimental en animales, y sería necesario para estar seguros al 100%. Lo que sí sabemos es que seguramente es patogénico para murciélagos, porque se ha detectado en una cueva en concreto con una gran mortalidad de murciélagos".

Virus 'fáciles' de controlar... en países desarrollados

Además de lo que sabemos del virus de Lloviu, hay otros factores que hacen poco probable un brote de filovirus en España o en Europa. "Puede darse que haya casos aislados, y de hecho esto ya se ha producido", dice, "especialmente si se produce un brote como los que se han dado de ébola en África. Pero es más difícil que a partir de estos casos haya una cadena de transmisión activa".

"A pesar de la gravedad de la enfermedad, y en parte precisamente por ello, es relativamente fácil identificar a las personas enfermas y establecer ya medidas de control. El ébola es mucho más grave que el coronavirus, pero mientras que el último se transmite por aire el primero lo hace por contacto directo con una persona enferma; y la covid se contagia por personas que no están enfermas o no parece que lo estén. Las personas infectadas por ébola, en su mayor parte, están gravemente enfermas y antes del desarrollo de los síntomas la transmisión es muy rara: se necesita una gran concentración de virus para que se dé la transmisión y las personas con una alta concentración de virus están gravemente comprometidas", detalla el investigador.

"Es muy fácil detectar a las personas enfermas y poner medidas de control", resume. "Esto es más difícil en África, pero yo no esperaría que con las medidas sanitarias disponibles en países como los europeos o Estados Unidos se produzca un brote a partir de algunos casos importados", detalla.

"También era relativamente fácil de controlar la viruela del mono", reflexiona no obstante, "y ahora tenemos en España, en una circunstancia completamente extraordinaria, más de 2.000 casos confirmados y no hay ninguna evidencia de que esté controlada en este momento. Y también necesita contacto estrecho para transmitirse".

Las zonas de mayor riesgo

Otro gallo canta en otras regiones del mundo, algunas de ellas entre las más densamente pobladas del planeta, como son el sur de Asia o el sudeste Asiático. "Allí sí se podrían dar las circunstancias para que se cueza un gran brote", opina el experto. "La infección por ébola o por Marburgo en general se ha dado en cadenas de transmisión muy pequeñas en áreas muy remotas, con la excepción de un brote muy grande en África occidental. En aquella ocasión, apareció el virus en una zona relativamente bien comunicada, con mucha movilidad de personas y densamente poblada".

"Si el virus aparece en ciertas zonas de África o Asia, sí que se podría producir un brote de mayores dimensiones y con mucho más riesgo"

"Es una situación nueva en muchas partes de África, en las que se han construido carreteras para el comercio con minerales, caucho, etc. Gracias a eso, las personas infectadas viajaban e incluso cruzaban fronteras con relativa facilidad, y eso fue lo que propició toda la extensión de una epidemia de filovirus con decenas de miles de personas infectadas", narra.  

"Si el virus aparece en un entorno urbano con muchísima más movilidad en esas zonas de Asia y de África sí que se podría producir un brote ya de una dimensión mayor y con muchísimo más riesgo", asevera.

Vigilancia incrementada

Esta posibilidad, aunque quizás no sea comparable a la pandemia desencadenada por el SARS-CoV-2, no es desdeñable, y explica el interés de los epidemiólogos en estudiar y describir filovirus como el del ébola, el de Marburgo o el de Lloviu. "Antes de la pandemia había ya una cierta actividad en la vigilancia de determinados virus, por ejemplo buscando los reservorios naturales de los virus en África. Ahora se ha incrementado ese interés, como también ha aumentado por la investigación animal con murciélagos", explica este investigador. "El interés... y la financiación".

Precisamente, esta situación arroja una luz diferente sobre situaciones como la que se da actualmente en Ghana, donde se han detectado ahora por primera vez dos casos del virus de Marburgo. "Tenemos la sensación de que hay más brotes, pero ahora el diagnóstico es mucho más sencillo. Antes posiblemente estaba sucediendo lo mismo, pero no nos enterábamos".

"Se busca saber cuál es la ecología y la circulación de agentes potencialmente pandémicos desde sus reservorios naturales hacia animales intermedios y finalmente al hombre", aduce. "Lo que es discutible es hasta que punto toda esta vigilancia es lo suficientemente precisa para evitar la aparición de un agente como el SARS-CoV-2, con extraordinaria potencialidad pandémica", concluye.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento