La sedación paliativa, el método que ayuda a aliviar los síntomas que no se pueden anular con el tratamiento habitual

Imagen de recurso del Hospital General de Mallorca, cama, habitación, centro hospitalario, Palma, archivo
Imagen de recurso de unas camas de hospital. 
EUROPA PRESS - Archivo
Imagen de recurso del Hospital General de Mallorca, cama, habitación, centro hospitalario, Palma, archivo Wochit

Dentro de los cuidados paliativos, aquellos que ayudan a los pacientes con graves enfermedades a prevenir o tratar los síntomas de la enfermedad o el tratamiento, se encuentra la sedación paliativa, que consiste en paliar el sufrimiento evitable de un paciente que tiene síntomas refractarios, los que no se pueden anular con el tratamiento habitual. 

Por tanto, el objetivo de la sedación paliativa es conseguir el mejor estado y el máximo confort para el paciente, no solo físicamente hablando, sino también psicológica y espiritualmente, tal y como indican desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). 

Es importante saber que siempre que se administra la sedación se deben diagnosticar y dejar constancia de la situación y los síntomas refractarios que sufre el enfermo, teniendo en cuenta las necesidades de este y de sus familiares.

Igualmente, este alivio del sufrimiento físico y/o psicológico que no se puede conseguir con otras medidas, necesita del consentimiento explícito, implícito o delegado del paciente para su aplicación. 

Diferencias entre la sedación paliativa y la sedación en la agonía

Hay dos tipos de sedación: la paliativa y la sedación en la agonía. Aunque ambas forman parte de los cuidados paliativos, no hay que confundirlas, ya que se diferencian, sobre todo, en la intensidad de los cuidados. 

Po un lado, la sedación paliativa es la administración de fármacos, en las dosis y combinaciones mínimas para reducir la consciencia del paciente que padece una enfermedad avanzada o en fase terminal, con el fin de aliviar los síntomas refractarios.

Sin embargo, la sedación en la agonía o sedación terminal consiste en la aplicación de fármacos que buscan la disminución profunda y previsiblemente irreversible de la conciencia en un enfermo cuya muerte se prevé muy próxima, es decir cuando se encuentra en la fase de agonía, tal y como indica un artículo científico publicado en SciELO, del Instituto de Salud Carlos III.

Por tanto, con esta sedación en la agonía se pretende evitar el sufrimiento del paciente en los últimos momentos de su vida, consiguiendo una muerte confortable, tanto en el hospital o el domicilio. La atención para pacientes terminales se ofrece únicamente cuando se espera que la persona viva 6 meses o menos, según MedlinePlus.

De este modo, los cuidados paliativos pueden empezar en el momento del diagnóstico y al mismo tiempo que el tratamiento, mientras que los cuidados para pacientes terminales se dan ya cuando se suspende el tratamiento de la enfermedad, cuando hay constancia de que la persona no va a sobrevivir.

¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una persona sedada?

En primer lugar, hay que saber que la sedación no provoca la muerte de una persona, sino que la causa del fallecimiento será la propia enfermedad que padezca. Sin embargo, cuando se aplica la sedación terminal es porque los médicos especialistas ya saben que no hay probabilidad de que el paciente sobreviva. 

Los factores que afectan al tiempo que un paciente permanece sedado antes de morir son múltiples, como la fase de la enfermedad en la que se encuentre o su estado físico en el momento de la sedación. Esto puede hacer que la supervivencia de la persona varíe entre unas pocas horas, varios días o, incluso, semanas.

De hecho, desde la AECC, indican que ni la sedación paliativa ni la sedación en la agonía son formas encubiertas de la eutanasia, ya que la sedación pretende aliviar el sufrimiento del enfermo sin acelerar la muerte, mientras que la eutanasia busca la muerte anticipada del paciente de forma deliberada mediante aplicación de fármacos a dosis letales.

Según datos del mencionado estudio, del 16% al 52% de los enfermos oncológicos atendidos en unidades especializadas, fallecen bajo los efectos de una sedación. Una vez iniciada la sedación, en el caso de los pacientes terminales, la media de supervivencia fue de unos 2 días y medio, variando entre 1,3 días y casi 4 días. 

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