La pandemia ha aumentado y agravado los problemas de salud mental, especialmente entre los adolescentes y lo jóvenes, población que es, además, más tendencia a autolesionarse. En el Día Mundial de la Concienciación sobre la Autolesión, que tiene lugar el 1 de marzo, la psiquiatra Marina Díaz Marsá, vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, nos explica qué lleva a una persona a autolesionarse y qué población es la más vulnerable.
El 1 de marzo es el Día Mundial de la Concienciación sobre la Autolesión. ¿Qué se considera una autolesión?
Es un concepto muy amplio, pues puede ser cualquier conducta que nos hace daño, desde un intento de suicidio, en la que pone en riesgo su propia vida, hasta un consumo de sustancias que hacen daño, como persona que toma muchos laxantes, diuréticos o productos para adelgazar, hacerse cortes, quemaduras… todo tipo de conductas que dañan o ponen en riesgo la salud del individuo.
¿Cuál es la intención de una persona que se autolesiona? ¿Por qué lo hace?
Las personas que se autolesionan tienen un malestar tan profundo que piensan que la autolesión, de alguna manera, puede ayudar a mitigar. Es una forma de ‘distraer’ un malestar psicológico profundo que el individuo no quiere ver.
Las personas que se autolesionan, ¿suelen tener asociado algún problema, trastorno o enfermedad psiquiátrica?
Sí, este tipo de conductas se producen en personas que tienen un descontrol de los impulsos, algo que se da muy frecuentemente en personas con trastornos límite de personalidad, con trastornos de conducta alimentaria y, aunque es menor frecuente, también se da en personas con mucha ansiedad o con depresión.
Ahora además se está dando mucho en adolescentes porque se ha puesto como de moda en las redes sociales, y hay que advertirles de que se trata de conductas muy peligrosas, porque se puede ir de las manos muy fácilmente y provocar daños que tengan graves consecuencias.
¿Qué rasgos suele tener una persona que se autolesiona?
Cualquier persona con rasgos límites de personalidad tienen más riesgo de autolesionarse, personas que tienen intolerancia a la frustración, inestabilidad emocional elevada impulsividad… Todas estas personas tienen un sentimiento de vacío y son más proclives a autolesionarse. También se da más en el sexo femenino y fundamentalmente en gente joven.
“Las personas con rasgos límites de personalidad, baja intolerancia a la frustración, impulsividad e inestabilidad emocional tienen un mayor riesgo de autolesionarse”
La pandemia ha traído consigo más problemas de salud mental. ¿Han aumentado también el número de personas que se autolesionan?
Sí, porque se da más en población joven, y la población joven es que más afectada ha visto su salud mental a raíz de la pandemia. Y esto tiene que ver con la incertidumbre, con la pérdida de las rutinas por el confinamiento, con una mayor exposición a las redes sociales -que están haciendo un flaco favor a los adolescentes- y con una parte de valores en una parte de la sociedad que hace que los jóvenes estén más perdidos y sean más sensibles a la frustración. Están acostumbrados a gratificaciones inmediatas, y todo lo que sea pospone la gratificación, les cuesta. Todo esto, asociado a la incertidumbre y a la pérdida de rutinas, ha provocado que la población adolescente y joven se haya visto especialmente afectada por las consecuencias de la pandemia y que esto se traduzca en más conductas disruptivas, como las autolesiones, que en el contexto de distintos trastornos mentales, han aumentado de forma significativa.
Las personas que los rodean, ¿a qué signos tienen que estar atentos? ¿Qué nos puede hacer sospechar que una persona se está autolesionando?
Sobre todo, los cambios de conducta general, y especialmente una mayor irritabilidad, ansiedad, tendencia al aislamiento, una pérdida de rutinas, el fracaso escolar… Y fijarnos, claro, en si hay algún rasguño heridas, en las muñecas, las piernas... aunque es cierto que tienden a ocultarlo porque les produce vergüenza, porque ellos mismos entienden que no es una forma sana de manejar el malestar. En estos casos, habría que consultar pronto con un psiquiatra.
Además de buscar ayuda profesional, ¿cómo podemos ayudar a una persona que se autolesiona?
Sobre todo, acompañándola, entendiendo que no lo hace de manera voluntaria, sino que es la única forma que conoce de manejar y canalizar su malestar. Es una conducta que nace de la angustia, del miedo, del conflicto… Por eso lo que hay que hacer es escucharlo, acompañarlo… y convencerlo de que tiene que buscar ayuda médica, profesional que le ayude a manejar ese malestar de otra manera.
¿Hay algún tratamiento específico o basta con tratar la causa?
Efectivamente, lo que se trata es la causa, porque autolesionarse en un síntoma, la punta del iceberg de otras cosas que hay debajo, por eso hay que tratar la causa subyacente.
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