Las náuseas matutinas y los vómitos son un signo muy conocido del embarazo. Son muy habituales y, normalmente, no conllevan ningún riesgo parara la madre ni para el bebé. Sin embargo, cuando se vuelven excesivos y persistentes pueden convertirse en un problema más grave. Este caso es lo que llamamos hiperémesis gravídica.
¿Qué es la hiperémesis gravídica? ¿Cuáles son sus causas?
La hiperémesis gravídica es, entonces, una condición caracterizada por la presencia de nauseas y vómitos intensos y persistentes durante el embarazo. Se trata de un problema serio que puede llevar a la deshidratación, a pérdidas importantes de peso y desequilibrios electrolíticos.
Sus causas no están del todo claras, pero se cree que podría derivar de un exceso de la hormona llamada gonadotropina coriónica humana o GCH, que produce la placenta.
¿Cuáles son sus síntomas?
El principal síntoma, como hemos mencionado, son las náuseas y vómitos intensos y persistentes (especialmente más allá del tercer mes) durante el embarazo. Además, quienes padecen hiperémesis gravídica pueden experimentar mucha más salivación de lo normal, pérdida de peso, síntomas propios de la deshidratación (orina oscura, piel seca, debilidad, mareos, desmayos), estreñimiento e incapacidad para ingerir líquidos o alimentos.
¿Cómo se trata?
Si los efectos de la hiperémesis empiezan a ser suficientemente graves, el médico puede decidir administrar líquidos o nutrientes por vía intravenosa (en un contexto hospitalario). Además, existe la posibilidad de intentar el tratamiento con determinados medicamentos contra las náuseas.
En casos más leves, se pueden minimizar sus efectos evitando eventos desencadenantes (si es posible identificarlos) y con algunos ajustes en la dieta.
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