Qué vacuna contra el coronavirus se recomienda en embarazadas: cuándo es el mejor momento para su administración

El cerclaje cervical es un tratamiento que funciona cuando una mujer ha sido diagnosticada con una insuficiencia del cuello uterino.
Los expertos sí recomiendan la administración de la vacuna.
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El cerclaje cervical es un tratamiento que funciona cuando una mujer ha sido diagnosticada con una insuficiencia del cuello uterino.

Actualmente, el Ministerio de Sanidad recomienda la vacuna en embarazadas basándose en todos los datos disponibles hasta el momento, pues "no indican ningún efecto adverso sobre el embarazo", así como por las recomendaciones médicas de otros países. 

Por ello, "se propone vacunar a las embarazadas o mujeres en periodo de lactancia con vacunas de ARNm cuando les corresponda según el grupo de priorización al que pertenezcan y en cualquier momento del embarazo", detallan desde Sanidad.

No obstante, existe una "preocupación" a nivel general por esa falta de asistencia a la vacunación en mujeres gestantes, tal y como ha asegurado este miércoles la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

¿Qué vacunas son más recomendables?

Como detalla Sanidad en su última actualización sobre la vacunación, la recomendación de vacunar a embarazadas y lactantes se realiza tras la publicación de una revisión completa con todos los datos disponibles sobre su seguridad y eficacia en el registro de Estados Unidos correspondientes a más de 35.000 embarazadas que recibieron una de las vacunas de ARN mensajero (Pfizer o Moderna).

Los efectos secundarios son los mismos porque "los componentes no atraviesan la barrera placentaria".

En este sentido, las únicas vacunas recomendadas para embarazadas son las que utilizan ARNm, esto es, las desarrolladas por Pfizer y Moderna que requieren de la administración de dos dosis para la inmunización. Los posibles efectos adversos tras la vacunación serán los mismos que para la población general y no llegarían al feto "porque los componentes de la vacuna no atraviesan la barrera placentaria", asegura el doctor Marcos Cantarero, presidente de Asociación Ginecológica Española.

Tras conocerse los resultados del registro llevado a cabo en Estados Unidos con embarazadas que habían recibido alguna de estas dos vacunas, se ha demostrado que "tanto el perfil de reacciones locales y sistémicas tras la vacunación, como la mayor frecuencia observada tras la segunda dosis, están en línea con el perfil de reactogenicidad observado en la población de mujeres no embarazadas", destaca en un comunicado la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME).

"El riesgo de complicaciones es mayor durante el tercer trimestre de la gestación".

¿Cuándo se debería vacunar?

El embarazo supone un riesgo mayor de enfermar gravemente como consecuencia de la Covid-19 y desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan firmemente la administración de la vacuna. 

"El riesgo de complicaciones asociadas a la infección COVID-19, tanto para la gestante como para el feto, es mayor durante el tercer trimestre de la gestación", indica la FACME. No obstante, los datos sobre la vacunación en el primer trimestre de gestación son todavía limitados.

"Es razonable situar la vacunación a partir de la 20 semana de gestación".

Por tanto, "es razonable situar la vacunación a partir de la 20 semana de gestación, una vez superado el periodo de mayor riesgo teórico para el feto por la vacuna y antes del mayor riesgo de la infección natural por SARS-CoV-2", afirman los expertos.

En el caso de que la mujer confirme su embarazo justo después de haber recibido la primera dosis de la vacuna, los profesionales sanitarios deberán ofrecer toda la información necesaria para esta situación y seguir con la vacunación, salvo si ella no está de acuerdo.

¿Qué dicen los estudios en embarazadas?

El registro llevado a cabo en Estados Unidos mediante los datos del sistema de vigilancia conocido como 'v-safe after vacunation health checker' se realizó entre el 14 de diciembre de 2020 hasta el 28 de febrero de 2021 e incluyó a un total de 35.691 participantes de 16 a 54 años de edad identificadas como embarazadas, explican en la investigación publicada en 'The New England Journal of Medicine'.

El objetivo de este análisis era conocer la seguridad de las vacunas ARNm Covid-19 en este colectivo realmente vulnerable ante una posible infección. Así, uno de los efectos adversos tras la vacunación más frecuente entre embarazadas fue el dolor en el lugar de la inyección, mientras que el dolor de cabeza, la mialgia o la fiebre se notificaron con menos frecuencia. 

Asimismo, las gestantes no notificaron reacciones graves con mayor frecuencia que las no embarazadas, salvo náuseas y vómitos, que "se informaron con una frecuencia ligeramente mayor solo después de la segunda dosis".

Los hallazgos preliminares "no mostraron señales de seguridad obvias entre las embarazadas que recibieron vacunas de ARNm". Sin embargo, se requiere "un seguimiento más longitudinal para informar de los resultados maternos, del embarazo y del lactante", destacan. 

Además, los datos del seguimiento de 3.958 de estas participantes, de las cuales 827 habían completado la gestación, revelan que no se incrementa el número de nacimientos prematuros o abortos por recibir la vacuna. Por tanto, tras los datos obtenidos no se detecta "ningún problema de seguridad para las embarazadas que se vacunaron o para sus bebés", concluyen desde los CDC. 

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