¿Cómo llevarse bien con los suegros? Siete consejos para conseguir la mejor relación con la familia política

  • Hay que respetar sus opiniones aunque no coincidan con las nuestras o nos parezcan equivocadas.
  • Establece siempre límites: se puede aceptar un consejo pero no que organicen la vida y los asuntos de la pareja.
Imagen de la comedia 'Los padres de ella'
Imagen de la comedia 'Los padres de ella'
UNIVERSAL PICTURES
Imagen de la comedia 'Los padres de ella'

Entrar en la familia política con buen pie no siempre es fácil. Llevarse bien con los suegros (o futuribles suegros) le quita el sueño a la mayoría e incluso ha sido un tema recurrente en el celuloide, que ha sabido sacarle el jugo para dar forma a comedias divertidísimas como la clásica Adivina quién viene esta noche (1967) o la saga Los padres de... protagonizada por Ben Stiller y Robert de Niro.

Más allá de los tópicos cinematográficos, construir una sana relación desde el principio con los suegros resulta fundamental. Sobre todo porque son dos personas importantísimas para nuestra pareja y porque, si la relación sentimental prospera y perdura en el tiempo, formarán también parte de nuestra vida durante años. ¿Cómo conseguirlo? Estos son algunos consejos que pueden ayudar en este proceso:

La pareja y la familia propia siempre por delante

Aunque en la cultura española no está demasiado arraigado, en los países anglosajones sí se prioriza la relación de pareja (con o sin hijos) como el auténtico núcleo familiar. No es que las relaciones familiares anteriores desaparezcan pero la familia que se crea adquiere relevancia y predomina frente a la familia en la que uno ha nacido.

No hacer comparaciones

La relación que nuestra pareja tiene con su familia puede ser completamente distinta a la que nosotros hemos forjado con la nuestra. Cada padre ha criado a sus hijos con la educación, los valores y en las circunstancias que ha podido. Por lo tanto, hay que evitar hacer odiosas e innecesarias comparaciones entre ambas. Cada familia es diferente y cada una decide cómo hacerlo.

Respeto mutuo

No se trata solo de respetar a los suegros sino de que también ellos respeten a la pareja y su independencia. En nuestro caso es importante ser respetuosos, hablarles con educación, medir nuestras palabras, respetar sus opiniones sobre cualquier tema o asunto (aunque no coincidan con las nuestras o nos parezcan equivocadas) y cuidar la forma en la que expresamos las nuestras. Todo esto evitará conflictos innecesarios y además, respetándoles a ellos también demostramos respeto hacia nuestra pareja.

Poner límites

Es importante recordar siempre que una relación es única y exclusivamente cosa de dos. Se puede aceptar una opinión de los suegros si previamente se le ha pedido pero quien debe decidir siempre es la pareja. Desde un principio hay que establecer límites para evitar que se sientan tentados a organizar nuestra vida o inmiscuirse en nuestros asuntos.

Cordialidad y pocas críticas

Hay que intentar mantener una relación cordial por el bien de ambas partes. Se trata de llevarse bien intentando marcar aquellos límites que no queremos que sobrepasen dentro de nuestra relación. Otro punto muy importante sería evitar o no meterse en terrenos farragosos tocando determinados temas que pueden resultar peliagudos o dar pie a alguna discusión como la religión o la política. Por último reprimir las ganas de hacer críticas, ya sean estas a la cara o por la espalda ya que nunca se sabe si podrían llegar a enterarse. Lo ideal es comunicarle a la pareja en privado (siempre con respeto y delicadeza) cualquier malentendido o problema que surja con ellos para intentar buscar una solución.

Descubrirlos

Nada mejor para conseguir llevarse bien con los suegros (y con cualquier persona en general) que preocuparse por conocerlos, descubrir sus aficiones y sus gustos, acompañar a nuestra pareja a visitarlos, hacer planes juntos los cuatro, quedar con ellos con ellos de vez en cuando, tener algún detalle en fechas señaladas... En definitiva, ser receptivos a una buena relación.

Dejar los niños al margen

Es imprescindible fomentar una relación sana entre nietos y abuelos, enseñar a los niños a quererles y respetarles. Aunque exista alguna fricción nunca metamos a los niños en medio porque una buena relación entre nietos y abuelos afianzará también los vínculos con la familia política. Eso sí, también es fundamental establecer acuerdos, poner límites y dejarles claro que son los padres los que deciden a la hora de elegir la forma de criar a sus hijos.

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