Consultorio de Psicología: "Mi familia política siempre mete las narices en la relación con mi marido, estoy al borde de la separación"

Una pareja discutiendo.
Una pareja discutiendo.
Vera Arsic de Pexels
Una pareja discutiendo.

Ya puedes leer aquí la nueva entrega del consultorio de Psicología con el que 20minutos pretende ayudar a resolver las dudas y dificultades que puedan tener los lectores (con los amigos, la pareja, la familia, en el trabajo...).

Para plantear tu problema escribe un correo electrónico a consultoriopsicologia@20minutos.es. Aquí tienes las respuestas que ha dado a las cuestiones de esta semana nuestra experta, Mª Jesús Álava Reyes.

Cómo ayudar a un depresivo

PREGUNTA La depresión es una enfermedad que está a la orden del día y en mi caso tengo un familiar que la padece. ¿Qué podemos hacer los familiares para que no nos afecte psicológicamente?

Muchas veces el bajón emocional que sufre la persona afecta al resto de parientes y es duro de llevar. También me gustaría saber cómo podemos ayudarle y qué cosas no podemos decirle. ¡Muchas gracias! Ana

RESPUESTA DE LA EXPERTA La depresión es el trastorno psicológico que más afecta a la población occidental en nuestros días, habiéndose convertido en la segunda causa de baja laboral en la UE.

La mayoría de las personas asocian depresión con tristeza, y es cierto que la tristeza suele estar en el núcleo de la depresión, pero estar triste no significa necesariamente estar deprimido.

Las depresiones se caracterizan por tener un estado anímico negativo, con pérdida de interés por las diversas actividades y sensación de incapacidad o inutilidad para afrontar las actividades u obligaciones cotidianas. La persona se siente indefensa, sin esperanza ante el futuro, con actitudes muy negativas y pesimistas frente a la vida y hacia su relación con el entorno.

La depresión condiciona nuestra forma de ver las cosas y ahí es importante que establezcamos algunas defensas. Si vemos que la persona deprimida no para de hablar de su malestar, intentar acortar al máximo las conversaciones y no pretender que razone en esos momentos.

Otro tema importante es medir nuestra fortaleza emocional, si nos sentimos vulnerables emocionalmente, restrinjamos nuestra interacción para que no nos debilitemos. Por otra parte, es mucho lo que podemos hacer para ayudar a la persona deprimida.

Una actitud clave es que NO nos irritaremos con la persona deprimida, y no lo hagamos cuando esta no responda a nuestras expectativas. Estos enfados suelen agravar los sentimientos de menosprecio y de culpabilidad del deprimido.

Es importante asumir que es complicado remontar una depresión y que ello no es debido a la falta de voluntad del deprimido, sino a la propia depresión que, entre otras cosas, anula la voluntad de la persona.

Conviene que contribuyamos a que la persona realice actividades gratificantes, actividades con las que antes disfrutaba. Como los procesos son lentos, será muy importante reforzar pequeñas mejorías. No escatimaremos nuestros comentarios positivos, los gestos de afecto, los detalles…

En definitiva, intentemos estar cercanos y pacientes, dando lo mejor que llevamos dentro, pero midiendo también nuestras fuerzas.

Mal comportamiento de primas adolescentes

PREGUNTA Soy madre de dos chicas de 14 y 16 años. Estas vacaciones las estamos pasando con la familia de mi hermana, que tiene una hija de 15, en una casa que tienen en la montaña. Los días que nuestros maridos tienen que ir a trabajar nos quedamos mi hermana y yo solas con las tres chicas.

La verdad es que nos esta resultando difícil controlarlas. No respetan los horarios de comidas. Para ir al pueblo tienen que andar un kilometro por un camino bastante peligroso y por las noches vuelven bastante tarde. Se pasan el día agitadas y riéndose.

Nuestra paciencia esta empezando a agotarse. Lo peor vino cuando las chicas estaban en la ducha por la mañana, mi hermana y yo oímos que estaban de risas como siempre y vimos que estaba saliendo agua por debajo de la puerta del baño.

Entramos dentro y ellas estaban bromeando tirándose agua con la ducha. Ya nos enfadamos de verdad y les hicimos bajar a la cocina y bañarse en un balde grande que tenemos, mientras mi hermana y yo desayunábamos. Desde entonces han estado un poco mas tranquilas.

No sé si piensan que fuimos demasiado duras con ellas, pero creo que ha llegado un punto que necesitan una llamada de atención seria. Me gustaría saber sus opiniones al respecto. Aurora.

RESPUESTA DE LA EXPERTA Es importante poner una serie de NORMAS, LÍMITES, HÁBITOS… que les ayuden a conseguir la regulación emocional y el comportamiento que tanto buscan.

Lo que no es positivo es actuar por impulsos. Es decir, las normas deben estar claras para todos, y también deben estar perfectamente especificadas las consecuencias en caso de no cumplirlas.

Comenta el tema del baño…, es una solución algo drástica, que obedece más bien al enfado de ese momento, pero no podemos improvisar soluciones a ese tipo de situaciones; es preferible que tengan claro lo que pueden o no pueden hacer y, cuando sucede algo así, lo importante es que asuman las consecuencias. Por ejemplo, recoger el baño, limpiar el resto de la casa ese día…

Resulta más preocupante el tema de por las noches. Si el camino es peligroso y hay 1 km hasta el pueblo ahí sí que habría que poner unas normas y unos límites que no admitiesen interpretaciones. Por ejemplo una hora establecida para llegar a casa, y en caso de incumplimiento, no salir ya por las noches durante una semana o el tiempo que hayan determinado.

También se pueden buscar alternativas: si van al pueblo, las irán a recoger en coche… En definitiva, las vacaciones son para todos, las tareas deben ser compartidas por todos y las normas deben establecerse previamente en función de la edad de los hijos, de sus características y de las circunstancias del momento.

Algunos libros les pueden ser de utilidad como 'El adolescente indomable' o 'De niñas a malotas', ambos escritos por Angel Peralbo,

Cómo pararles los pies

PREGUNTA Atravieso una difícil etapa en mi matrimonio y todo por el hecho de que mi familia política está siempre metiendo las narices en la relación con mi marido.

Continuamente están quejándose sobre mí o diciéndome que hago mal esto o lo otro o lo de más allá con respecto a mi marido.

Curiosamente no me afean conducta alguna respecto a cómo cuido o me relaciono con nuestro hijo, que tiene 4 años. No sé cómo cortar esto ni si el que debe parar los pies a su madre, especialmente es ella la persona conflictiva aunque también mi suegro y cuñados pero menos, es mi marido.

Pero tampoco le quiero presionar para que tenga una bronca. Lloro a menudo por todo esto y como ya va para largo estoy planteando separarme. Gracias por su consejo. Beli.

RESPUESTA DE LA EXPERTA Una decisión tan importante como una separación no debemos tomarla cuando emocionalmente estamos mal.

Si el tema le afecta tanto, tiene dos opciones para trabajar: a) Hable con su marido para decirle que intente poner determinados límites a su familia y b) Trabaje usted su confianza, su seguridad, su autoestima…, para que estas situaciones no le afecten y sepa actuar con asertividad (diciendo las cosas de forma muy clara, sin herir, sin crear tensiones innecesarias, pero cortando conductas descalificatorias por la otra parte).

La asertividad le servirá para este caso y para multitud de situaciones en su vida diaria. Verá como trabajarla en libros como 'Emociones que hieren' o 'Lo mejor de tu vida eres tú'. En ellos detallo cómo actuar ante este tipo de críticas y cómo subir nuestra autoestima y conseguir que nuestro bienestar no dependa de las opiniones de los demás.

Repito, antes de separarse, hay muchas opciones a trabajar, especialmente la opción b) pues, además, en su escrito, en ningún momento pone que la relación con su marido esté tan deteriorada o falta de amor como para que sea imposible la convivencia.

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