Una combinación experimental de fármacos frena en ratones uno de los cánceres de pulmón más mortales

Un estudio en ratones muestra que una terapia combinada detiene la progresión de cáncer de pulmón de células pequeñas
Un estudio en ratones muestra que una terapia combinada detiene la progresión de cáncer de pulmón de células pequeñas
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Un estudio en ratones muestra que una terapia combinada detiene la progresión de cáncer de pulmón de células pequeñas

El cáncer de pulmón es uno de los que más muertes causa cada año en el mundo. Afortunadamente, en los últimos años los científicos están encontrando cada vez más tratamientos que mejoran la supervivencia de quienes lo padecen.

Ahora, un equipo de investigadores ha logrado detener en modelos animales (ratones) la progresión del cáncer de pulmón de células pequeñas, uno de los tipos más letales, empleando una combinación experimental de dos fármacos. Gracias a esos prometedores resultados, se están planificando ya los primeros ensayos en seres humanos.

Una vieja conocida

Tal y como describen en el medio científico Cancer Discovery, uno de estos medicamentos, la ciclofosfamida, es una vieja conocida en el tratamiento del cáncer pulmonar de células pequeñas: sin embargo, había caído en relativo desuso desde los años 80, cuando fue reemplazada por alternativas con menores efectos secundarios.

Con todo, uno de los principales problemas tanto de este fármaco como de sus alternativas era que los tumores tendían a desarrollar rápidamente tolerancia a los tratamientos.

Es aquí donde entra en juego el segundo componente del cóctel, ya que su objetivo es precisamente ralentizar el proceso de reparación por el que las células tumorales adquieren la resistencia a la ciclofosfamida.

Impedir la reparación de las células

Desde hace algún tiempo se sabía que las células del cáncer pulmonar de células pequeñas expresan una cantidad inusualmente alta de una proteína llamada SMYD3. Esta proteína tiene entre sus funciones la regulación de un mecanismo que repara un tipo concreto de daño en el ADN. Específicamente, este daño se denomina daño por alquilación, y es el que la ciclofosfamida causa a las células cancerígenas.

Por tanto, los autores teorizaron que un fármaco que fuese capaz de inhibir la expresión de la proteína SMYD3 debía aumentar la eficacia de la ciclofosfamida.

Los experimentos demostraron que, mientras que la ciclofosfamida por sí misma funcionaba sólo temporalmente y el inhibidor de la SMYD3 ralentizaba en cierto grado el crecimiento del tumor, la combinación de ambos fármacos lograba detener completamente el crecimiento tumoral. Este efecto se mantuvo durante toda la duración del experimento (aproximadamente un mes), mucho más que los tratamientos individuales.

Este enfoque, por tanto, podría traer de vuelta al frente de batalla la ciclofosfamida, ya que lo que parece que está claro es que los fármacos que la reemplazaron no mejoran con mucho sus resultados: actualmente se estima que sólo añaden entre dos y seis meses a la esperanza de vida del paciente, pese a ser menos dañinas para el organismo.

Como es lógico, esta combinación de medicamentos aún se encuentra en fases muy tempranas de su desarrollo: al fin y al cabo, por el momento sólo se ha probado en ratones. Sin embargo, el equipo ya está buscando iniciar ensayos clínicos de fase uno en seres humanos.

Referencias

Valentina Lukinovic, Simone Hausmann, Gael S. Roth et al. SMYD3 Impedes Small Cell Lung Cancer Sensitivity to Alkylation Damage through RNF113A Methylation-Phosphorylation Cross-Talk. Cancer Discovery (2022), DOI: https://doi.org/10.1158/2159-8290.CD-21-0205

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